Capítulo 63: "Ataque de ansiedad."

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Canción Uncover, Zara Larsson.

-¿Empezamos con la mudanza?- pregunta Pablo nada más dejar nuestras maletas en el pasillo de su piso. Trampi salta de mis brazos y sale corriendo a la cocina.
-Pablo, acabamos de llegar de un viaje en coche de cinco horas- cierro la puerta detrás de mi.- Creo que deberíamos descansar, a demás,los de la mudanza deben estar ya recogiendo mis cosas.- ayer por la noche llamamos a un servicio de mudanzas para que recogieran mis cosas, el portero de mi piso les abriría la puerta y vigilaria en cualquier momento. Después me encargaría de pagarle. Ya que Pablo insistió en hacer la mudanza lo antes posible. Fui bastante seria acerca de guardar todo mi estudio de pintura delicadamente, ya que era lo único que tenía, lo demás era todo del piso de alquiler. También llamé a la dueña del piso para decirle que me iba, ella fue comprensiva y dijo que sobre esta semana viajaria a Madrid para "romper el contrato". Me sentía bastante mal por el lío que estaba montando con esto de la mudanza, pero mudarme hacía feliz a Pablo, y eso era lo importante.
-Pero tenemos que limpiar la habitación de invitados para poner ahí tu estudio- me explica y sonrío, amo el hecho de que vaya a renunciar a tener una habitación de invitados simplemente para que yo pueda tener un sitio donde pintar.- Y tenemos que dividir mi armario para tu ropa, y organizar el baño.- dice y mi sonrisa se ensancha al imaginarnos a ambos lavándonos los dientes en nuestro baño, de nuestra casa. Bueno aunque en realidad es suya.
-¿Qué te parece si dormimos un ratito? Los de la mudanza no vienen hasta las cuatro y nosotros acabamos de comer, tenemos tiempo. - él asiente, dejamos las maletas ahí mismo, en medio de la entrada, Pablo entrelaza mi mano con la suya y vamos a su habitación. Está igual que la última vez que la vi, cuando recogi su ropa y la guardé en la maleta para irnos al funeral, ya que él no estaba en condiciones de hacerlo. Recuerdo lo inerte que estaba en el tanatorio, su mano sobre la mía estaba inmóvil como si no tuviera pulso, no parecía él, parecía que su alma se había ido pero que su cuerpo seguía ahí. Deshacemos la cama y nos metemos en ella, con la ropa puesta, sin soltarnos la mano, acurrucados, hasta que lentamente nos quedamos dormidos.

Unos golpes hacen que me incorpore rápidamente en la cama. Me froto los ojos con los laterales de mis manos y giro la cabeza para despertar a Pablo. No está. ¿Dónde está? Un grito. Como si fuera un acto reflejo me levanto de la cama y salgo corriendo al pasillo para ver de donde ha venido el grito, para ver donde esta Pablo. Otro golpe me ayuda a encontrar el sitio de donde viene el ruido. La habitación de invitados. Corro hacia a ella y me encuentro toda la habitación desordenada. La cama está deshecha, la mesilla tirada por el suelo junto a un jarrón de flores, la maleta junto a la ropa de Salva está revuelta por los suelos. Mierda, la ropa de Salva. Me giro sobre mis pies y me encuentro a Pablo sentado en el suelo con la espalda apoyada en la pared, está llorando, mucho. Aunque no puedo verle la cara ya que la está tapando con sus manos, y por un momento siento miedo. Me pongo de rodillas en frente suya.
-Pablo...-le quito las manos de sus ojos, están muy rojos, más que los de Elena todos estos días. El miedo dentro de mí aumenta pero intento mantener la calma, porque si la pierdo, estaremos perdidos.
-Yo...Yo, quería, quitar, las, cosas- dice entrecortadamente.- y, entonces, vi, la ropa de Salva.- empieza a llorar más fuerte aún y su respiración se vuelve entrecortada, su piel pálida. Mierda, no, no.- No...puedo...respirar.- consigue decir. Su respiración sigue siendo rápida y entrecortada, esto no es bueno. Esto era lo que no quería que pasara. Esto era lo que quería evitar, por esto no quería dejarle solo en ningún momento. Está sufriendo un puto ataque de ansiedad. Recuerdo lo que sentía yo en esos momentos, sentía que me estaba ahogando, que no podía respirar.
-Pablo.- pongo mis manos en sus mejillas y consigo que me mire.- Intenta normalizar tu respiración, respira tranquilo- digo pero no consigo nada. Me acerco a él, y apoyo mi frente con la suya. Ni siquiera podía controlar los míos, no sé que voy a hacer ahora mismo.- Cierra los ojos y sólo intenta respirar, no pienses en nada. Deja la mente en blanco y céntrate en algo.- las lágrimas salen a borbotones de sus ojos, esto no está funcionando, mierda. -Pablo, por favor, céntrate en respirar, escucha mi voz. Escucha mi voz y solo piensa en respirar tranquilo.- consigo decir y después de los peores segundos de mi vida noto como su cuerpo se va relajando bajo el mío hasta que su respiración se vuelve normal y constante. Suspiro y me alejo sentándome en el suelo, déjando que un par de lágrimas caigan por mis mejillas.
-Que susto me has dado...-él se acerca a mi y tranquilamente limpia mis lágrimas con sus dedos pulgares. Ha llevado lo que acaba de pasar mejor de lo que imaginaba.-¿Estás bien?- le pregunto y él asiente.
-Gracias a ti- dice ahora más tranquilo, su piel está volviendo a tener color y no puedo evitar soltar un suspiro.
-No vuelvas a darme estos sustos, nunca. - ahora es mi corazón el que late fuertemente bajo mi pecho.- Yo solía sufrir ataques de ansiedad cuando mis padres se separaron, aprendí a controlarlos. Pero no pensé que funcionaría contigo...
-Yo sólo me centré en tu voz como me dijiste...Fue como si estuviera perdido y seguir tu voz me ayudara a salir de ahí, como si tu voz me salvara...- susurra y no puedo evitar sonreír. Acerco mi cara un poco más a su rostro, sin dejar de mirarle los labios.
-¿Puedo...?- pregunto quitando la mirada de sus labios y centrándola en sus ojos.- ¿Puedo besarte?- vuelvo a preguntar. Él se queda mirándome y yo me alejo.- Soy estúpida, no debería haberlo preguntado, está claro que con todo lo que ha pasado no es el momento.Soy una egoísta- estoy a punto de levantarme del suelo pero él me lo impide y me acerca más a él. Estamos sentados uno frente a el otro.
-No te estaba diciendo que no. Sólo me ha sorprendido que me lo hayas preguntado. Sabes que me puedes besar cuando te de la maldita gana.- dice y acorta la distancia pegando sus labios con los mios. Empiezan a moverse al mismo ritmo, como si estuvieran sincronizados. Y lo había echado tanto de menos, había echado de menos esta cercanidad que había desaparecido estas dos semanas. Había echado de menos el sabor de sus labios sobre los mios, y por un momento siento que mi Pablo ha vuelto, que todo el dolor ha desaparecido.
-Mierda, te quiero tanto.- susurra sobre mis labios cuando nos separamos, yo aún con los ojos cerrados y noto como besa la punta de mi nariz.- Es íncreible como puedes sacarme todo el dolor de encima aunque sea por unos segundos.- dice y la decepción recorre mi cuerpo, está claro que el dolor no ha desaparecido para siempre, pero es normal, solo ha pasado poco más de una semana. Le acaricio la mejilla con mi mano y él la coge depositando un beso en el dorso de ésta.
-¿Qué te parece si recojo yo ésta habitación y tu me dejas espacio en tu armario?- él asiente y ambos nos levantamos del suelo, no quiero que esté más recordando la estancia de Salva aquí.
-Los de la mudanza tienen que estar a punto de venir.
-¿Qué quieres que haga...-me maldigo a mi misma por tocar el tema.- con la ropa?- no menciono su nombre ya que no quiero hacerle daño, en cambio, señalo la ropa de Salva que hay por el suelo.
-Guárdala en el armario...Aún no estoy listo para deshacerme de ella.- dice y ahora, en esta habitación y recogiendo la ropa de Salva, se me ocurre una idea para que deje de sufrir tanto por él.
-Pablo, no quiero mudarme aquí.- suelto y sé que no debería haber utilizado esas palabras cuando veo su cara, sus ojos empiezan a enrojecerse y me acerco rápidamente a él, pongo mi mano en su pecho, sus latidos van más rápido de lo normal, le he asustado.
-¿He hecho...he hecho algo mal?- se disculpa y pongo mi otra mano en su mejilla.
-Claro que no Pablo- noto como se relaja bajo mi tacto.- solo que, me gustaría tener un piso, aunque sea alquilado, pero nuestro. Quiero que esté vacio y que compremos cosas para él, este piso es tuyo y el mío es mío, yo quiero uno para nosotros. Quiero que sea el primer paso para volver a empezar, ¿vale?- pregunto buscando su mano, él entrelaza nuestros dedos y me da un apretón.
-Me encanta cuando hablas de nosotros y me encanta como nos ves en un futuro.
-Este es nuestro primer paso importante, ¿vale ángel?
-Ángel tú.
-Pero tu eres mis alas.- sonrío haciéndole sonreír también.- No sería nada sin ti.
-Y tú eres mi voz.-me responde.- Yo tampoco sería nada sin ti.- besa mis labios levemente.- Te amo.
-Te amo.- le digo también con una sonrisa.
-Ahora que lo pienso...-se sienta en la cama y tira de mi para que me siente en su regazo.- Mis padres tienen un piso en Madrid, sé que has dicho que querías que compraramos uno, pero este está completamente vacío y podemos ponerlo a tu nombre también.
-¿Cómo es que tienen un piso aquí?- pregunto mientras le acaricio el pelo,
-Solíamos venir aquí de vacaciones, la cosa es que no sé exactamente dónde está, voy a llamar a mi padre y cuando me diga la dirección llamo a los de tu mudanza para que no vengan aqui.- dice y le beso la frente antes de bajarme de su regazo.
-Voy a ir guardando las cosas de la habitación, ¿te parece bien? ¿O prefieres recogerlo tú? Entiendo que son tus cosas.
-Sin secretos, ¿vale? Hazlo tú.- asiento y me dirijo a su habitación.
-Pablo, ¿tienes cajas?- le pregunto en voz alta mientras miro debajo de la cama.
-En la estantería superior del armario.- abro la puerta del armario, y como Pablo ha dicho hay cajas de cartón pero no las suficientes como para guardar todo lo del piso.
-Pablo, vamos a necesitar más cajas.- vuelvo a decir en alto mientras me subo a una silla para alcanzarlas.
-Luego vamos a comprar.-dice y oigo como empieza a hablar por teléfono, ha salido de la habitación de invitados y ahora está en el salón, cojo las cajas de cartón y me acerco a la mesita que hay al lado de la cama, supongo que en el lado en el que duerme Pablo. Abro el cajón para meter todo en la caja de cartón, hay un montón de libros, no sabía que Pablo leyera tanto, hay como unos cinco, saco todos y al parecer son libros filosóficos. Voy leyendo los títulos de cada uno antes de meterlos en la caja, son títulos conocidos, como La Naranja Mecánica, el hombre en busca de sentido, el mundo de Sofía...
El último libro que hay en el cajón es un libro pequeño, un poco más grande que la palma de la mano, y es de cuero negro sin ningun título, parece un cuaderno. Abro el cuaderno en una página cualquiera y reconozco inmediatamente la letra cursiva de Pablo, mejor dicho, es un diario, o una agenda. Y sé que no deberia leerlo, pero no puedo evitarlo. Mis ojos van directos a lo primero que hay escrito en el margen superior de la página, la cuál es amarilla y hasta huele a viejo.
"Me ha llevado un mes y un cuarto de este cuaderno el poder entenderla. Ella es una persona fuerte, en este mes la he visto llorar con los dedos de una sola mano, y eso que tenía razones para hacerlo. Ha sufrido tanto, y siempre ha encontrado la manera de seguir a delante, incluso cuando no hay salida, ni cuando estaba yo para ayudarla. Es más fuerte que yo y la admiro por ello. También es muy insegura, por lo que con los años ha ido construyendo un gran y duro muro alrededor de ella y no deja entrar a nadie. Sólo Dios sabe lo mucho que agradezco que me haya dejado entrar y poder ver como es ella en realidad, no cambiaría la oportunidad que me ha dado por nada del mundo. Y sólo Dios sabe, lo mucho que deseo quedarme con ella dentro de este muro para siempre."
Sé que Pablo se enfadaría si sigo leyendo, pero no puedo evitarlo, tengo curiosidad por lo que sigue, así que paso la siguiente página de forma cuidadosa, intentando no romper las frágiles páginas ya que eso me delataría.
"Hay una razón por la que supe el nombre de Valeria el primer día que hablamos, cuando ella y su familia vinieron a mi casa nada más mudarse. Y no es porque mi madre me lo dijera, nunca olvidé lo bonito que sonaba su nombre cada vez que lo pronunciaba. La reconocí nada mas tirarla al suelo cuando nos vimos por primera vez, esos ojos verdes eran dificiles de olvidar. Al contrario que ella, yo si que la recordaba, la recordaba de antes de que se mudara a Madrid. Yo tenía como unos 8 años, y ella 5 casi 6, recuerdo cada vez que jugábamos juntos o cuando nos retábamos a ver quien se podía comer mas helados aunque luego acabaramos enfermos. Siempre he sido alguien romántico, de pequeño era distinto a los demás, incluso con 8 años yo sentía una gran admiración hacia Valeria, por eso era tan protector con ella, la quería. Incluso cuando se fue a Madrid, no pude evitar preguntar cada día por ella a mi madre. Por eso, cuando volvió a Málaga no perdí el tiempo con ella, quise enamorarla, porque ella fue mi primer amor. Y es algo que ella no sabe. Aún, cuando cierro los ojos, puedo verla con el pelo rubio y largo recogido en dos trenzas altas atadas con lazos, que cada día eran de un color distinto, y con unos enormes ojos de color verde casi gris. Siempre la he querido, inluso antes de lo que ella piensa."
No puede ser, es un diario sobre mi.
-Valeria, ¿quieres ver el piso?- la voz de Pablo hace que pegue un bote y que tire su diario directo a la caja, espero que no me haya visto. - Perdón, no quería asustarte.- dice pero no proceso bien sus palabras, sigo aún en shock por lo que acabo de leer, él me quiere desde pequeño, una lágrima cae por mi mejilla. -¿Estás bien?-pregunta y me limpio la lágrima antes de dar media vuelta.
-Vamos a ver nuestra futura casa.- digo cogiendo su mano y saliendo de la habitación.

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Nota de autor,
HOLAAAAAAAA!!!!
Tengo un problema, no sé si voy a poder subir mas a menudo porque estoy bastante ocupada. Solo llevo dos días de clase y ya estoy agotada. Estoy en 2 de bachillerato y no me queda nada por terminar y ya desde el primer día nos están mandando deberes y 😿😿
Lo bueno es que este finde me voy a sevilla, me voy el viernes por la mañana asi que no iré a clase, y el sábado voy al auditorio a ver a Pablete ajnsjdndix que gaanaaaas. Me recomendais algun lugar para visitar en sevilla??? Ando un poco perdida jajaj.
Ayyyyy que Pablo y Valeria ya van a vivir junticos que monos jajajaja, el siguiente capítulo lo subiré sin problema pero creo que hay alguno que tengo sin escribir, y voy a tardar lo suyo en ponerme a escribir, lo siento:/// intentaré tenerlo lo antes posible!
Os gusta la nueva portada de AESA? Y mi encabezado?
No os olvideis de escuchar la canción!
Abrazo koala!

El Buen Amor (Pablo Alborán)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora