El Buen Amor (Pablo Alborán)

Capítulo 88: "La Boda. Parte1: Déjà vu."

Canción Two Ghosts, Harry Styles.

-Valeria, Valeria.- los susurros hacen que la imagen de Pablo se desvanezca de mis sueños, y me despierto poco a poco, a medida que me incorporo en la cama.

Cuando finalmente abro los ojos tengo que parpadear fuertemente para poder ver a través de toda la luminosidad que hay en mi habitación, hasta que finalmente distingo el rostro de mi padre a centímetros de mí.

-Papá, ¿qué haces aquí?- pregunto frotándome los ojos, mi padre está sentado en el borde de la cama, vestido con la misma ropa de anoche.

Ayer, cuando terminamos las clases de baile, me fui a la pastelería con Harry, mientras que Caitlyn se fue a su despedida de soltera con sus amigas, y mi padre y Hugo se fueron a la del primero. Mi padre me comentó que no nos volveríamos a ver hasta la ceremonia, ya que no quería ver a Caitlyn antes de la boda, por si eso daba mala suerte.

-Buenos días.- saluda y me besa la mejilla.- Quería hablar contigo antes de la boda.- explica y me apoyo en el cabecero de la cama, estirando todo mi cuerpo.

-¿Qué hora es?- murmuro mientras intento recordar lo que estaba soñando antes de que mi padre me despertara, pero lo único que consigo recordar es la imagen de Pablo, sé que he soñado con él, pero no sé el qué.

-Las ocho.- dice y suspiro, es demasiado pronto, y quiero volver a dormir.- Lo sé, pero quería hablar contigo antes de que se despierte Caitlyn, no quiero que se entere de que estoy aquí.

-¿Dónde has dormido? ¿Y Hugo? – tardo unos segundos más en despertarme completamente, y empiezo a ser consciente de las cosas. Hoy es la boda de mi padre y Caitlyn, y la verdad es que tengo muchísimas ganas, es lo único que me ha mantenido ilusionada estos días, ver como el amor en ocasiones sí triunfa.

-Hemos dormido en casa de un amigo, Hugo sigue ahí, no quería despertarlo porque hemos llegado de la despedida hace un par de horas.- abro los ojos sorprendida, no me creo que apenas haya dormido la noche antes de su boda.-

-¿Y por qué no te has quedado durmiendo?- pregunto ya que no sé como va a conseguir mantenerse despierto durante todo el día.

-Siento que ayer no hablamos del todo de Pablo, y quería venir a hablar contigo.-pongo los ojos en blanco, me acabo de despertar, no me creo que ya esté hablando del tema otra vez, cuando no han pasado ni veinticuatro horas desde nuestra última conversación.

-Papá...

-No, déjame hablar. Necesito contarte esto, sé que a lo mejor no te va a hacer cambiar de opinión, pero no quiero vivir sabiendo que podría haber hecho algo para cambiar tu ruptura con Pablo y no lo hice.- me mantengo callada, respirando, y esperando a que me cuente todo lo que quiere contarme.

-Adelante.- hago un gesto con la mano, indicándole que puede empezar a hablar, y que no voy a interrumpirlo.

-Ayer no pude decirte todo lo que quería. Lo único que quiero es que estés completamente segura, no quiero que un día te despiertes y te arrepientas de haber tomado esta decisión. No quiero que dentro de un par de años te des cuenta de que tendrías que haberle dado otra oportunidad al amor de tu vida. No vivas del arrepentimiento, no tomes las mismas decisiones que tomé yo.- sus ojos me miran suplicantes, y podría asegurar que está a punto de ponerse a llorar, frunzo el ceño, confundida con sus últimas palabras.

-¿A qué te refieres?

-A tu madre, a ti, a Hugo, a la familia que perdí.- me llevo la mano a la frente y me masajeo las sienes, cierro los ojos y espero a que siga hablando.- No sabes lo mucho que me arrepiento de todo el daño que os hice, cada vez que lo pienso me siento horrible conmigo mismo. No me malinterpretes, amo a Caitlyn, y no me arrepiento de haberla conocido, ni de estar con ella, pero me hubiese gustado haber hecho las cosas de otra manera. Las cosas entre tu madre y yo no estaban bien, siempre discutíamos, sé que tendríamos que haberlo dejado, sé que no tendría que haber estado con las dos a la vez. Fue una gran estupidez, y no me di cuenta de todo el daño que estaba haciendo, hasta que lo hice. Hasta que vi que había destruido a nuestra familia. Sé que voy a vivir el resto de mi vida con ello...- le interrumpo antes de que siga hablando.