Capítulo 81: "31 de Mayo. Parte1"

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Canción Mercy, Shawn Mendes

Cuando el despertador suena a las seis de la mañana lo apago antes de que Pablo se despierte. Salgo de la cama en silencio y veo que sigue dormido profundamente, lo que me da una hora de ventaja. Bajo a la cocina en silencio y empiezo a preparar la masa para los brownies siguiendo las instrucciones de google.
Ayer tuve todo el día ocupado, después de hacer exámenes en la universidad fui al hotel donde se alojan la familia de Pablo y mi familia y todos fuimos a comprar cosas para la fiesta mientras que Pablo estaba en el estudio, sin tener ni idea de que están aquí en Madrid. También quedé con Raúl y fuimos juntos a comprarle el regalo a Pablo, estuve dándole muchas vueltas hasta que por fin se me ocurrió que comprarle. Y ahora, he madrugado porque quiero hacerle unos brownies para desayunar, aunque debería estar estudiando ya que hoy tengo los últimos exámenes y necesito aprobar todo.
No es que Pablo y yo hayamos arreglado las cosas después de lo que me dijo en el mirador, la verdad es que seguimos igual que antes, sigue sin haber contacto, pero al menos ya nos dirigimos la palabra. Es mejor que nada. No sé como voy a actuar con él hoy, ya que vamos a pasar todo el día juntos aunque aún no lo sepa, espero que se despierte de buen humor y podamos pasar 24h cómodos y con naturalidad. Aunque eso signifique volver mañana a la rutina.
Echo la masa en un molde a la vez que bostezo fuertemente, tengo demasiado sueño y espero que los brownies no se quemen en el horno si me quedo dormida. Echo pepitas de chocolate sobre la masa aún sin hacer ya que Pablo es un amante del chocolate, y lo meto en el horno, poniendo la temperatura que pone en la página web. Subo a mi estudio de pintura intentando hacer el mínimo ruido posible, cojo los apuntes de la Universidad y decido repasar los contenidos del examen mientras la masa se prepara.
Estoy muy nerviosa, queda poco más de media hora para las siete, la hora en la que sonará el despertador y Pablo se despertará, y no tengo ni idea de qué voy a hacer. ¿Cantarle el cumpleaños feliz? ¿Besarle? Llevamos más de una semana sin tocarnos, todo va a ser muy incómodo. Decido no pensarlo más y que sea lo que tenga que ser. Continuo estudiando hasta que el horno empieza a pitar, haciendo que mi corazón se detenga, por un momento pienso que la masa se ha quemado y que es el detector de humos lo que está sonando hasta que me doy cuenta de que el tiempo de cocinado ha acabado. Menos mal, es la primera vez que uso el horno y no tenía ni idea de como funcionaba. Me pongo unos guantes gordos y saco los brownies, coloco el molde sobre la encimera de cocina y los corto en cuadrados. Saco una bandeja de madera y dejo en ella el plato con brownies, colocados uno encima del otro y clavo una vela en el que está más alto. También pongo un vaso de zumo de naranja y un jarrón pequeño lleno de agua con una rosa de jardín en él. Esto sería lo que Pablo me prepararía a mi por mi cumpleaños, ya era hora de que me molestara en ser igual de detallista que él.
Subo las escaleras con cuidado, ya que con lo torpe que soy es muy probable que me tropiece y tire todo. Cuando llego a la habitación, Pablo todavia no se ha despertado y el reloj marca las siete menos dos minutos. Ando rápidamente hacia la cama y me siento en mi lado, dejando la bandeja sobre el edredón, y espero que cuando Pablo se despierte no derrame el zumo.
Tras dos minutos exactos el despertador suena sobre la mesilla de Pablo y de forma automática su brazo se mueve para apagarlo de forma suave. Es completamente distinto a mi, yo siempre acabo tirandolo al suelo con el fin de que deje de sonar de forma tan estridente, mientras que él tiene demasiada paciencia. Se incorpora en la cama y lentamente abre los ojos, cuando por fin lo hace soy yo lo único que consigue ver.

-¡Felicidades Pablo!- exclamo, y espero no haberlo hecho demasiado alto, a la vez que pongo la bandeja sobre su regazo. Pablo mira respectivamente a la bandeja y a mi, como si no fuera consciente de lo que está pasando. Es demasiado temprano, y se acaba de despertar, está claro que ha tardado en recordar que hoy es su cumpleaños. Genial, soy estúpida, tendría que haber esperado. Pablo coge mi cara entre sus manos y me acerca a él, por un momento pienso que me va a besar. Pero no lo hace. Sus labios se detienen en mi frente.

El Buen Amor (Pablo Alborán)Where stories live. Discover now