Capítulo 68: "Camisa de cuadros."

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Canción Beautiful, Christina Aguilera.

-Hemos quedado a las dos aquí con Raúl.- le comento a Pablo mientras nos sentamos en las sillas de la terraza del Foster Hollywood, el metal de la silla provoca un sonido chirriante sobre la grava cuando la arrastro.-Hace mucho que no nos vemos, y he pensado que podíamos quedar para comer y luego ir a ver muebles.- En realidad es todo mentira, nos habíamos visto hace unos días, pero si Raúl iba a estar de nuevo en la vida de Casilda él y Pablo tienen que llevarse bien.
-Me parece bien, sólo que no sé como actuar con él. No sé si mi hermana está bien con él, o si no debería hablarle por lo que la hizo.
-Están bien, recuerda que Raúl vino a Málaga y estuvieron juntos...Por cierto, hablando de Málaga...¿Te gustaría ir el próximo fin de semana?
-Hemos vuelto de Málaga hace nada, ¿por que quieres volver?- me pregunta  y no le quiero decir la verdad ya que quiero que sea una sorpresa, asi que pienso rápidamente una excusa.
-El finde que viene ya será mediados de abril, y Alejandra sale de cuentas, creo que le vendría bien un poco de ayuda.
-Dios.- se da con la palma de la mano en la frente.- ¿Te puedes creer que con todo lo que ha pasado no he pensado en Alejandra y en su hija? Soy una persona horrible.- acerco lo más posible mi silla a su silla, provocando de nuevo ese odioso ruido por el choque de los metales.
-Pablo, no te sientas culpable, has estado muy ocupado, entre la mudanza y la discográfica, es normal que hayas estado alejado de todo, ¿vale?- beso su mejilla.- Lo importante es que vamos a estar ahi cuando nos necesite.- él pasa su mano por mi cintura y yo apoyo la cabeza en su hombro, recibiendo un calor agradable, noto como inspira fuertemente el olor a coco de mi piel, y estamos así unos segundos hasta  que se incorpora.
-Se me olvidaba.- saca del bolsillo de su chaqueta una caja mas grande que la palma de mi mano, envuelta en un papel marrón antiguo, atado con un lazo rojo, me quedo mirándolo indecisa.- Tranquila.- dice poniéndolo en mis manos, desato el lazo suavemente y hago lo mismo con el papel marrón.
-Pablo, se suponía que me ibas a comprar un móvil sencillo.- reclamo cuando miro la caja blanca con la manzana en él.- Y este es casi mejor que el mío.
-No, es el 5s, y viene con la tarjeta ya metida, en la caja te viene el nuevo número y el pin.
-Sigue siendo demasiado.
-Es solo un móvil Valeria.
-Exactamente, uno con tapa me valía...
-No te enfades.- susurra acariciando mi mejilla.- solo quiero lo mejor para ti, ¿vale?- besa mis labios como si supiera que besándome es imposible que me enfade con él, y  de alguna manera tiene razón, aunque eso diga mucho de mi.
-Ahora entiendo porqué todos dicen que hacéis muy buena pareja.- me giro y veo a Raúl sonriéndonos, lleva una camisa blanca con los primeros botones desabrochados y unos vaqueros, me levanto y le abrazo.- Te he echado de menos rubia.
-Y yo a ti.
-Pablo.- le ofrece la mano y veo como Pablo le mira dubitativo pero al final la acepta.-¿Qué tal habéis estado estos días?- pregunta mientras se sienta en la silla en frente a la nuestra.
-Bien, hoy hemos estado pintando el estudio de Pablo.- él asiente antes de pedirle su bebida al camarero que trae la de Pablo y la mía, tomo un trago de mi nestea cuando Raúl vuelve a hablar.
-¿Y para cuando un primo para Sofía?- pregunta y dejo la bebida en la mesa, ¿por qué todo el mundo saca el mismo tema? Miro a Pablo, que me está mirando con una sonrisa burlona, va a dejar que responda sola a la pregunta, él está disfrutando de esto. Los dos siguen mirándome de forma insistente, pienso en decirles que soy estéril y salir corriendo ya que sería la mejor opción, pero se me da bastante mal mentir.
-Bueno, ¿qué os pasa a todos con que tenga hijos? Sigo en la universidad, ¿lo recordáis? Se supone que es de locos tener hijos con 20 años y vosotros me estáis incitando a hacerlo, ¿estáis locos? - miro a Pablo.- nada de hijos hasta dentro de cinco años, ese es nuestro plan. Mínimo. Cinco años mínimo.- repito las palabras que he dicho muchisímas veces , enseñándole los cinco dedos de mi mano, que al parecer no les queda claro.
-Vale, vale- Raúl levanta las manos inocentemente y ruedo los ojos. Los tres pedimos nuestra comida cuando el camarero vuelve a traerle la bebida a Raúl.- Yo...Pablo- su mirada se dirige a Pablo y yo hago lo mismo, ahora toda la atención se centra en él.-No he tenido la oportunidad de hablar contigo sobre todo el asunto de Casilda y de Sofía, sé que Casilda ha dicho que me perdona pero sé que no es así y que va a tardar en asumirlo, pero también quiero pedirte perdón a ti porque nosotros eramos amigos y tampoco te di una explicación.
-No me tienes que pedir perdón Raúl, supongo que si ella está bien con todo esto yo también, pero ni se te ocurra volver a hacerla daño, ni a ella ni a Sofía. Ellas me dan la vida- le amenaza y Raúl asiente, me siento como una estúpida por sentir celos ante sus palabras, ¿me llegará al querer algún día tanto como quiere a Casilda, o a Sofía, o como quería a Salva?
-Gracias por cuidar de ella y de mi hija.
-No me des las gracias, es mi obligación hacerlo, son mi familia, y yo cuido a todos los miembros de mi familia.- cuando pronuncia las últimas palabras Raúl sonríe y busco la mano de Pablo debajo de la mesa, amo cuando habla así de su familia.

El Buen Amor (Pablo Alborán)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora