CAPITULO SIETE

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Bree.

           

Desperté tarde la mañana del sábado. Demasiado tarde.

En realidad, apenas me daba tiempo a decorar la casa y arreglarme para la fiesta.

No tendría tiempo de pensar en Liam y en que no había acudido a pedirme perdón, tal como yo había supuesto. No iba a ponerme a llorar porque mis fantasías infantiles no iban a cumplirse. En ese momento tenía una fiesta que disfrutar.

¡Prácticamente me llamó zorra! ¡No merece mi perdón!

No es que yo fuera una santa, pero es diferente saber una cosa a escucharla en los labios de alguien más.

Por otro lado, mi familia ya estaba en la ceremonia más grande del año, viendo a un montón de "atletas" haciendo truquitos y piruetas con el fin de ganar un premio, mientras yo iba a pasármelo en grande, bailando y bebiendo en la fiesta más grande que cualquier otra persona del instituto hubiera dado jamás.

En punto de las nueve de la noche, la casa estaba a su máxima capacidad, pero yo solo podía fijarme en el tipo sexy y musculoso que se quedaba en el fondo del recibidor, mirándome de una forma que no dejaba lugar a dudas de que yo sería su más grande conquista esa noche.

Busqué la oportunidad de que sus ojos se toparan con los míos y entonces lo guie escaleras arriba, donde ambos podríamos estar en privado.

Entramos a la habitación de huéspedes número nueve. Estaba oscura, pero había luz suficiente como para poder ver sus labios rosados y sus ojos color chocolate.

Me disponía a besarlo cuando alguien puso un pañuelo en mi nariz.

Las luces se encendieron en ese preciso momento, y otros dos tipos aparecieron en mi campo de visión.

–– ¿Qué hacen?---traté de preguntar, pero la mano en mi boca y nariz me lo impedía.

El castaño sonrió y dijo:

––Aubrey Cage. Acabas de convertirte en nuestra tarjeta de crédito.

Eso fue lo último que supe antes de que todo se volviera negro.


-Monica

VÍCTIMA: El Rapto De Bree - Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora