CAPITULO TREINTA Y NUEVE

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Bree

–– ¿Bree? ––la voz de Liam me llamó al otro lado de la puerta.

––Ya voy. —Intenté despejar mi mente y salí.---Estoy muy cansada. No me siento bien. ¿Podemos ir a casa?

Él pagó rápidamente la cuenta y me dirigió a la salida. Noté que estaba un poco molesto. Las cosas no le estaban saliendo como él quería. Yo no iba a ponérselo fácil.

Eché un vistazo rápido al lugar. ¿Dónde estaba Shawn? ¿Cómo había logrado entrar? ¿Cómo supo dónde estaba?

Liam aprovechó mi distracción para tomarme la mano. Intenté soltarme, pero su agarre fue más firme.

Condujo en silencia hasta llegar a casa. Antes, aquello hubiera significado alivio. Hoy, ya no me sentía cómoda en aquel lugar. Ya no me sentía en mi sitio.

Liam bajó del auto, dispuesto a abrirme la puerta, pero fui más rápida y no se lo permití. Me miró con frustración.

–– ¿Qué está pasando contigo Bree? Ya no me dejas ser atento contigo.

–– ¿Has pensado que quizá no necesito que lo seas?

––He pasado mucho tiempo lejos de ti.

Eso no era motivo suficiente para estar con él. No de la forma que quería.

––Descansa Liam.---dije y me di la vuelta para entrar.

Me tomó del brazo y me hizo girar tan rápido que no pude evitar que sus labios encontraran los míos.

–– ¿QUÉ TE PASA?---grité y estampé mi mano en su mejilla.-— ¡No vuelvas a tocarme! ¡Lárgate!

–– ¡Bree! ¡Espera! ¡Lo siento! ¡No era mi inten...!—dejé de escucharlo cuando cerré la puerta.

–-¿Qué pasa?—preguntó mi padre.

–– ¡No vuelvas a intentar unirme a Liam! ––grité y corrí a mi habitación. Necesitaba calmarme. Necesitaba a mis bebés.

Cuando entré al cuarto había seis personas.

––Al fin llegas. —dijo con una sonrisa amable.

Le puse el cierre a la puerta y me acerqué a él, quien se había puesto de pie.

–– ¿Cómo conseguiste entrar?

––Eso no importa...–-se acercó a mis labios y depositó un beso casto.  Luego me miró.

Nos quedamos con la vista en el otro en silencio. No parecía molesto conmigo. ¿A caso no había leído mi carta? Tuvo que hacerlo para saber en dónde estaba.

Recordaba claramente todas y cada una de las palabras que había puesto en aquella hoja que cobardemente pedí a Maia que le entregara.

Shawn.

Te quiero. Lo siento muchísimo. Mi familia me encontró. Irme con ellos era la única forma de no comprometerte ni a los chicos en nada. Lo siento mucho, muchísimo.

No te voy a negar a los niños, si aún quieres verlos después de leer lo de la otra hoja. Respetaré tu decisión sea la que sea.

No quería que las cosas terminaran así. No me odies. Te quiero. Perdóname.

Bree.

–– ¿Por qué me miras así?—preguntó con cierto grado de diversión.

––No estás molesto. —susurré.

–-No tengo motivo para estarlo. El beso de hace un rato no fue tu culpa. —sonrió.

–– ¿Lo viste?—pregunté. Luego volví a mi idea inicial. —Leíste mi carta. Viste los análisis...

––No me importa lo que un pedazo de papel diga, Bree. Ellos son míos. Aunque no lleven mi sangre. —Tomó mis manos.---Los amo a todos ustedes. Son lo único que tengo, y lo único que me importa.

––Shawn... Eres increíble. —mis ojos se llenaron de nuevo. ¿Por qué era tan llorona?

––Te amo Bree. Más que a mi vida. Más que a nada.

Y me rodeó con sus fuertes y cálidos brazos.

–--¿Cómo vas con las pesadillas?—preguntó.

––No he dejado de tenerlas. Últimamente he pasado muchas noches sin dormir. —contesté.

–-Se nota. Ven aquí. Necesitas descansar. —abrió sus brazos, invitándome a recostarme en su pecho.

Lo sentí besar mi coronilla antes de caer profundamente dormida.

"–– ¿Te gusta así? Mmm...

"––Eres preciosa Bree..."

"––Me encantas...."

El dueño de la voz se levanta de la cama, pero no puedo ver su rostro. Se dispone a ponerse su camiseta cuando sus ojos son revelados por la luz de la luna que se filtra entre las cortinas.

"––Espero repetirlo pronto, guapa" Dice y sale de la habitación

Entonces el sueño se termina.

Me levanté de golpe. Llevaba varios meses despertando de la misma manera.

Miré a mí alrededor. Estaba sola en la cama. Shawn se había ido. Se había ido ahora que lo necesitaba tanto.

La pesadilla había cambiado. Esta vez pude ver unos ojos azules.

¿Qué estaban intentando decirme mis sueños?





-Monica

VÍCTIMA: El Rapto De Bree - Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora