CAPITULO CUARENTA Y DOS

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Bree

––...No necesito que te hagas responsable. Solo creí que merecías saberlo. —dije.

El chico ruloso acaramelado que se sentaba frente a mí tenía expresión ausente. Estaba en shock. Yo estaría en la misma situación. No todos los días llega una chica ex-secuestrada y te dice que tuvo tres hijos tuyos.

–-Bree, no puedes llegar de la nada, decirme que tengo tres hijos y esperar que no quiera conocerlos...

–– ¿Quieres hacerlo?---pregunté.

––Por supuesto que sí. Dime cuándo, dónde...

–--Puedes visitarlos en el momento que quieras.

–– ¿Podría ir hoy?

––Claro. —respondí.

––Primero que nada quiero conocerlos. Quiero estar con ellos, encargarme de su bienestar, verlos crecer... Ese tipo de cosas.

Me parecía tierno que quisiera hacerlo. La mayoría de los chicos no lo harían. Cualquier otro muchacho en su lugar habría corrido inmediatamente ante la palabra bebé. Daniel no, él era diferente en más de un sentido. Era increíble. Era un buen chico.

Ambos nos marchamos, él dijo que iría a casa más tarde. Yo tenía que volver y preparar a los bebés. Al fin iban a conocer a su verdadero padre. ¿Cómo iba a explicarles aquello cuando fueran mayores?

–-¿Qué estás haciendo aquí?—pregunté cuando entré a mi habitación. Liam estaba en la cama.

––Explícame esto. —me enseñó la prueba de paternidad que contenía su nombre.

Se veía decepcionado, dolido.

–– ¿Me encariñado tanto con ellos y no son míos?—estaba al borde de las lágrimas.

––Iba a decírtelo. Liam, me violaron. ¿Cómo iban a ser tuyos?

––-Tenía la esperanza. Creí que no todo estaba perdido.

––Lo siento, Liam. No era mi intención herirte.

––Yo lo siento más. —se levantó de su lugar, se limpió las lágrimas y besó mi coronilla. —Adiós, Bree.

–– ¿A dónde irás?

–-Le prometí a tu padre que te ayudaría a encontrarte y aquí estas. Mi trabajo terminó.

––Liam...

––He pasado demasiado tiempo buscándote Bree. Ahora necesito pensar en mí.

Tenía toda la razón.

––No quería que esto terminara así...

––Yo tampoco. Te quiero, Bree. Siempre lo haré. Recuerda eso, ¿sí?

Y salió del cuarto.

Una parte de mí se sintió aliviada. Por fin habíamos cerrado el círculo. No más momentos incómodos. No más citas forzadas. La otra parte se sintió llena de culpa. Lo había herido de una de las peores formas posibles.

No me permití llorar. Ni una sola lágrima. ¿Por qué hacerlo si aquello era lo correcto?

Apreciaba mucho a Liam. Tal vez sin él nunca habría vuelto a ver a mi familia. Pero él había decidido irse y yo no iba a oponerme. No era así de egoísta. Además era lo mejor para ambos.

Estaba segura de que el encontraría a muchas otras chicas en su camino. Finalmente se quedaría con una a la que amara y que lo amara a él. Solo entonces sería feliz. Podría formar su propia familia.

Para mí eso estaba bien.

Te deseo la mejor de las suertes, Payno.





-Monica

VÍCTIMA: El Rapto De Bree - Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora