Shawn Mendes es un joven de 19 años miembro de un nuevo grupo de delincuentes. Su meta en la vida es obtener dinero hasta ser rico, no importa cómo.
¿El objetivo de su grupo? Aubrey Cage (Bree), la hija del famoso empresario y organizador de las Oli...
Nos escabullimos a la casa de uno de los empresarios más respetados de todo Londres, a pesar de la obvia seguridad que había. Se suponía que debería haber sido difícil, pero ni siquiera nos interrogaron a la entrada. Era como si supieran que íbamos a por la hija y quisieran facilitarnos las cosas.
La mansión estaba al tope. La chica no reparaba en invitados ni en gastos.
Adam, Louis, Logan y yo soltamos un chiflido de admiración. Era enorme y todo muy elegante. Si Zayn hubiera bajado del auto, probablemente hubiera hecho lo mismo.
Había gente por aquí y por ahí. No había previsto la cantidad de personas que asistirían. Tal vez lo complicado de nuestra misión iba ser encontrar a la chica.
Nos dividimos y cada quien tomó una dirección distinta. Me encontraba en el recibidor principal cuando la vi. Lucía genial con una minifalda negra y una blusa transparente que no dejaba mucho a la imaginación sobre lo que podrías encontrar desabrochando solo un par de botones.
Ella me devolvió la mirada y me dio indicaciones para seguirla. Lo hice sin dudar, pero antes envié a los chicos el punto exacto donde nos teníamos que reunir para finalmente atraparla.
Entramos a la oscura habitación y, al ver sus ojos verdes relucientes de excitación, deseé por un mínimo momento que no fuera ella el objetivo.
Estaba a punto de besarme cuando Adam puso un pañuelo en su rostro. Desearía que no lo hubiera hecho tan rápido.
Ella produjo un sonido ininteligible y pensé que antes de que perdiera la conciencia merecía saber qué pasaba. Además, eso le agregaba cierto dramatismo a la escena.
Sonreí y justo antes de que se desvaneciera le dije:
––Aubrey Cage. Acabas de convertirte en nuestra tarjeta de crédito.
Minutos más tarde, nos encontrábamos saliendo de la casa de un millonario con "su joya más preciada".
Los chicos me felicitaron cuando llegamos al piso franco. Decían que para ser mi primer secuestro, había estado perfectamente bien planeado y efectuado. Que no hubiera podido salir mejor.
–– ¡Bueno, bueno! ––Canturreó Zayn, saliendo del cuarto en donde habíamos puesto a la chica con una botella de alcohol en la mano, era evidente que no se trataba de la primera, puesto que su ebriedad hubiera podido notarla hasta un niño de cuatro años. –– Anda tigre, que tu premio te espera con los ojos bien abiertos. Pero tú tranquilo, que ya se los vendé.
Me miró resplandeciente, como si yo supiera qué significaba eso.
––Vamos, no me digas que después de todo esto no le tienes ni un poco de ganas. —me pasó un brazo por el hombro, como si fuéramos amigos de toda la vida. Sonrió y levantó las cejas dos veces.
–– ¿Qué quieres decir? ––la sangre subió a mi rostro. Él no podía estar hablando de...
Me empujó dentro del cuartito y antes de salir dijo:
––-Oh, lindo y tierno Shawnie. Va llegando la hora de que te hagas hombrecito. Tu primer rapto merece tooooda una noche de celebración. ––me guiñó un ojo y cerró la puerta.
Encendí la luz y me sorprendí de que en realidad sirviera. En aquella casucha no parecía que funcionaran muchas cosas.
Miré a la chica moverse en la cama ante el ruido que provocaron mis pasos. Se encontraba atada de manos y con un pañuelo en los ojos. Antes de que alcanzara a advertir que su boca estaba libre, habló:
–– ¿Quién está ahí?—por el tono de su voz, noté que estaba asustada, pero no tanto como una persona normal en su situación lo estaría.
No respondí. Me limité a sentarme a su lado en la cama.
Su cuerpo se retorcía de un lado a otro y con cada movimiento su falda se levantaba un poco más. Su cintura era delgada y esbelta. Casi podía sentir la suavidad de su piel.
–– ¿Dónde estoy? ¿Quién eres y qué vas a hacerme?—preguntó.
Me limité a poner mi mano entre sus dos piernas, pero sin llegar al punto de ser morboso.
–– ¿Qué es lo que quieres de mí?—preguntó de nuevo. Me sorprendía que no estuviera llorando aún.
––Dinero. —me encogí de hombros a pesar de que no podía verme.
––Mi padre va a darles todo lo que quieran, pero déjenme ir.
Me incliné hacia ella y susurré en su oído:
––Me encantaría, pero primero tu papi tiene que darse cuenta de que estás aquí con nosotros. —deposité un beso húmedo en su cuello.
––Sabes quien es mi familia, ¿cierto? Encontrarme no va a ser problema para ellos. —dijo con voz temblorosa. No sabía si era por el miedo, o porque mi proximidad provocaba algo en ella. Después de todo, horas antes en su casa había estado más que dispuesta a tener un poco de sexo casual conmigo, ¿no?
–– ¿Es una amenaza?—Por extraño que pareciera, su voz y su cuerpo tan cercanos al mío provocaban una descarga de electricidad por mi cuerpo. Cierta parte de mi estaba latiendo con fuerza.
No perdí más tiempo. Me deshice de su ropa y de la mía con la velocidad necesaria para que se enterara de que, después de todo, si íbamos a tener sexo esa noche.
Media hora más tarde salí del cuartito acomodándome el cierre del pantalón y cuatro pares de ojos curiosos me miraron.
––Bien hecho. —Dijo Zayn. —La primera fase de tu primer secuestro está oficialmente terminada.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
