Los pensamientos de un chico ojiazul

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Es imposible saber lo que pasa por la cabeza de una persona.

Alec Lightwood podría mantener las apariencias con todo el mundo, pero no podría con Magnus Bane.

Lo descontrolaba.

Desde el incendio se había cerrado a todos menos a sus hermanos, solo hablaba con ellos y de vez en cuando, cuando sus padres estaban en casa. ¿Cómo es que ese chico llamativo y brillante pudo hacerlo hablar?

Recuerda claramente como el primer día sus ojos se dirigieron automáticamente a él, como si fuera un imán.

A veces cuando caminaba por los pasillos y se topaba con él, sus ojos inconscientemente lo buscaban. Nunca había podido entender porque hasta que su hermana le abrió los ojos.

***

-Tenemos que hablar- para un Alec de diecisiete años que tu hermana entra a tu cuarto (sin permiso, cabe recalcar) no era una buena señal.

-¿No sabes tocar?- preguntó levantando los ojos del libro.

-Sí, pero no quise- Isabelle, siendo siempre tan ella-. Pero no vine contigo a hablar de eso.

-¿A qué viniste?- ya se estaba arrepintiendo de preguntar.

-¿Te gusta Magnus Bane?- el sonrojo se apodero de su cara la cual escondió detrás del libro-. Oh no, ni se te ocurra ocultarte detrás de eso- ordeno rapándole el libro.

-Eso, se llama libro Isabelle y lo estaba leyendo.

-No me importa, no hasta que respondas mi pregunta.

-Izzy- refunfuño-. Nolose.

-¿Qué?

-Que no lo sé- murmuro aún más sonrojado.

-¿Cómo que no lo sabes? O te gusta o no, es muy simple.

-No creo que sea el momento para tener una relación.

Solo Isabelle y Jace sabían que Alec tenía unas preferencias distintas y que Magnus Bane era bisexual (bueno, eso todo el instituto lo sabía)

-¿Y cuándo será el momento?- Isabelle se puso las manos en la cintura recordarle un poco a su madre (a la cual le temía)

-No ahora, no con Max...

-Han pasado cinco años, Alec- Isabelle estaba seria-, creo que es tiempo de que avancemos, de seguir adelante.

-No estoy seguro- Alec jugueteo con los hilos que salían de su saco.

-Alec, te he visto mirarlo, estoy completamente segura de que te gusta y te apuesto lo que quieras que Jace también se dio cuenta.

-Izzy, sinceramente no creo que siquiera llegue a gustarle un poco.

-Alec, hermanito, tenemos los mismos genes, así que definitivamente le gustaras. Si tan solo me dejaras cambiar tus sacos.

-No me usaras como proyecto de belleza- se negó.

-Pero te verías totalmente lindo- peleo ella-. Y con tus ojos, tienes unos ojos preciosos Alec, saca provecho de eso.

-Dudo mucho que alguien se fije en mí por mis ojos.

-¿Eres tonto?- pregunto su hermana-. ¿Acaso no sabes que los ojos son una de las cualidades principales por las que las personas nos fijamos en otras personas?

Secretos a voces (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora