Los rubios saben como disculparse

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Una disculpa de corazón, vale más que muchas gemas valiosas.

Cuando Jace llego a casa no se sorprendió de ver a su primo recostado en su cama.

-Hola, estoy bien, si, puedes pasar, me alegro de verte- hablo Jace mientras dejaba sus cosas en el sofá que tenía en su habitación-, ponte como y quita tus asquerosas botas de mi cama.

-¿Por qué todo ustedes dicen eso?- pregunto el pelinegro mientras se sacaba las botas de mala gana-. Ni que estuviesen tan sucias.

-No pero luego tendré que cambiar mis sabanas para lavar la que acabas de ensuciar.

-Tienes un problema con el orden- recalco su primo mirando el techo.

-No es que quiera echarte, aunque si un poco- admitió el rubio mientras se sentaba a su lado-, pero ¿Qué haces aquí?

-No parecías muy sorprendido de verme.

-No dije que me sorprendiera, solo quiero... esclarecer que lo que me imagino es cierto.

-¿Así? ¿Y qué te imaginas?

-Tienes miedo de volver a casa y descubrir que Jem ha llevado a esa chica tan guapa a casa, tienes miedo de entrar y descubrir que tu chico no ha vuelto a casa y te ha dejado solo, de nuevo, para compartir con una chica en la que se ve demasiado interesado- Will lo miro con sorpresa y miedo-. ¿Acerté?

El pelinegro no dijo nada, solo siguió mirando el techo. Jace pensó que si se iba a poner a llorar era mejor ir a la biblioteca de la casa y traerle varios libros.

-¿Crees... crees que a Jem le guste esa chica?- pregunto su primo con voz débil-. Digo, se nota que es guapa y parece que se llevan muy bien.

-Tessa se ve muy agradable- respondió Jace-, y es muy guapa, se nota que podría ser una buena novia- su primo se vio desanimado-. Pero Jem no te haría eso, le importas demasiado, se vio decepcionado cuando no estuviste en el almuerzo.

Will sonrió con auténtica alegría.

-Además si quisiera estar con una chica como ella lo sabrías primero, porque te votaría de inmediato- soltó ganándose un golpe.

-Idiota.

Jace soltó una risa, desde pequeño, Will siempre lo había hecho reír, por eso siempre se molestaba con él, parecía que nunca iba a estar a su altura. Si no fuera por su madre probablemente no le tendría tanto cariño a ese pelinegro.

-Sé que vas a matarme cuando te diga lo que te tengo que decir- Will se enderezo a su lado y lo miro muy seriamente-. Pero lo hice por una buena razón.

-Ag, ¿qué fue lo que hiciste?- la verdad, no quería saber la respuesta.

-Pues... digamos que se me fue la lengua y le conté a cierta chica pelirroja acerca de tu padre- Will cogió una de sus almohadas, y se cubrió el rostro.

-¡¿Qué hiciste que?!- pregunto exaltado el rubio a punto de golpear a su familiar-. ¿Quién te dio el derecho de contarle acerca de él?

-Lo siento- se escondió detrás de la almohada-. Habías estado ignorándola, me pareció extraño teniendo en cuanta cuanto te guata esa chica.

El enojo se transformó en sorpresa.

-Espera, ¿Qué?- pregunto-. Ella no me guata, bueno, es bonita, pero tampoco... es decir, tiene carácter para tener ese cuerpo tan pequeño. Eso no quiere que haya estado mirando su cuerpo...

Secretos a voces (AU)Where stories live. Discover now