Capítulo 1 [✔]

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Después de horas de viajar, en auto, avión, y auto otra vez, llegué al internado.

Cuando llegué, la primera cosa que vi fue a estudiantes bajando de sus autos, con varias maletas gigantes. Parecía que se estaban mudando por toda una vida.

Había varios edificios, de dos, tres, hasta cuatro pisos, muy anchos y largos. Había áreas verdes por todos lados, lo cual me gustó. También áreas de deporte, cafeterías, etc.

No entiendo como llegué a un lugar como este, tan ... elegante y bonito.

Christine me dio un papel con mi dormitorio y horario de clases. Adjunto con este había un folleto del campus doblado, ya que era más grande que una hoja tamaño oficio.

Cogí mis maletas y con un adiós me dirigí al edificio de las mujeres. Edificio A, habitación 124. Caminé por el corredor del primer piso viendo los números de los cuartos.

No era que había 124 cuartos o más, los números comenzaban como en 100, era como una clase de código, no una secuencia, y me costó darme cuenta por lo que estuve caminando en celtas como una estupida. Había muchas chicas afuera de las habitaciones hablando, riendo y bromeando como si se conocieran de toda la vida. Ugh.

Mire alrededor cansada de buscar, no hay un maldito cuarto con el número 124 pegado en la puta puerta. Había subido las escaleras al segundo piso, y aun así no lo veía.

- Hola – interrumpió mis quejas internas una chica caminando hacia mí con una sonrisa – Mi nombre es Sarah. Creo que eres nueva aquí – dijo extendiendo su mano hacia mi para que le entregue el papel. Su pelo castaño claro y sus ojos azules me decían algo sobre ella, pero no sé qué era. Su contextura delgada pero con curvas y su piel bronceada perfectamente me podía decir que:

1, era inocente y amigable, o

2, era una presumida que cree que es mejor que los demás.

Opciones totalmente opuestas – La habitación 128 está al final del pasillo, a la derecha- dijo con una sonrisa devolviéndome el papel. Se equivocó al decir el número, pero con eso me bastaba.

Consideré ser amable, lo cual descarte en un segundo, pero inconscientemente abrí la boca.

- Gracias – dije por lo bajo antes de que se vaya esperando que no lo escuchara.

- No hay problema- dijo alejándose moviendo su cabello exageradamente.

Caminé hacia el final de pasillo y dos puertas antes del final del corredor había una puerta con números dorados, que indicaban el dormitorio 124. Podía escuchar música a todo volumen saliendo de este. Al parecer alguien ya había llegado.

Tome una bocanada de aire, dándome un tiempo antes de entrar. Sin volver a pensar dos veces abrí la puerta con mi llave y me sorprendí al ver el lugar.

Era una especie de mini departamento. Tres camas con su mesa de noche y cómoda para la ropa, con una puerta que supongo que es el baño, unos sillones con una mesita de café en el medio, con una tele enfrente. Una mesa con cuatro sillas que me imagino que era para hacer tareas, y por ultimo unas despensas con un mini refrigerador para guardar lo necesario.

Aun no entiendo como llegue a un lugar así. No pregunten de donde mi padre sacó el dinero, a veces me da miedo la respuesta.

Había una chica de espaldas, con el pelo marrón oscuro, largo con ondas al final. No era muy alta ni muy chata, tenía proporciones normales, como yo. Era delgada y estaba vestida de una manera que me agradaba (nada negro ni emmo si es lo que se imaginan).

Estaba desempacando en una de las camas que estaba apoyada en la pared.

Camine hacia una cama que me parecía estar en el lugar perfecto sin decir una palabra. No estoy buscando amigos por el momento, solo quiero estar sola y en paz.

CambioWhere stories live. Discover now