capitulo 22

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Nuevoo capituloo, ojalaa que les gustee
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En esta cita me... me divertí. Descubrimos cosas sobre nosotros que teiamos en común, conocí mas cosas sobre el, especialmente que no se lleva muy bien con su papa al parecer. Hablamos de nuestras historias y en especial, le conte sobre mi vida pasada, antes del internado. Cuando se dio cuenta que aveces no podía seguir, lo ignoró y trato de cambiar de tema con bromas.

Mi abdomen me dolia a causa de tanto reir. Es... tierno. Yo pensaba que era un tonto, estúpido, arrogante, etc. Osea, es tonto, pero un tonto lindo. Y a veces se le sale lo arrogante, pero esta noche no pasó. O pueden ser las pastillas.

Decidimos caminar un poco, hasta que decidio sacar su celular, y sin que me dé cuenta, me tomó una foto. Siendo yo, quería que la borrara, asi que comencé a perseguirlo. Corri detrás de él. En una de esas se paró mirándome rápidamente, y sin tiempo de reaccionar, me choque con él y caí encima de él.

Lo miré a los ojos fijamente. Su nariz estaba tocando la mia. Por un segundo pensé en besarlo, en juntar nuestros labios. Pero no, no puedo pensar en eso. No tenia ni idea que estaba pasándome.

Rodé hacia es costado, cayendo a su lado. Permanecí echada y él también. Me senté en donde estaba y apoye mis manos en el pasto. Estábamos sentados en frente del lago. Me quedé hipnotizada viendo el reflejo de la luna en el agua, y a los patos nadando.

-Gracias por todo esto – dije mirándolo. Cuando volteó a mirarme, giré mi cabeza rápidamente al lado contrario – Y por sacarme de la cárcel también- agregué y se rió.

-Soy un prisionero también, asi que creo que nos hemos escapado, y la policía no va a tardar en venir por nosotros – dijo y esta vez yo reí.

-No creo que Mr. Taylor llegue muy lejos – dije riendo. Mr. Taylor era el profesor de educación física, de gimnasia, y nunca nadie lo ha visto correr, jamas.

Abracé mis piernas con mis brazos, y las acerqué a mi pecho.

-¿Tienes frio? – me preguntó. Si tenía, pero no le iba a quitar su casaca.

-Estoy bien – dije y comencé a mirar las estrellas.

Y otra vez, como se le esta haciendo costumbre, puso su casaca en mis hombros.

-¿En que estas pensando? – dijo mirando las estrellas al igual que yo – Yo siento que soy Augustus de Bajo la misma estrella, y que tu eres Hazel, y que ahora, creo, toca que nos besemos.

Estaba en lo correcto con la primera parte, esto era increíble. Pero con la segunda, no. No lo iba a besar. Osea, no en la primera cita. No soy una cualquiera que pasan una cita para acostarse y ya adiós, no.

-No lo creo, no beso en la primera cita – dije mirándolo. Él me miró.

-¿Segura? – dijo mirándome directamente a los ojos. Asentí mirándolo.

-Si, segura – dije sonriendo un poco.

-¿Muy segura? – dijo nuevamente. Sus ojos azules me habían hipnotizado, me había perdido en ellos. Se estaba hacercando cada vez mas a mi, y yo no me estaba alejando.

Cuando me di cuenta, estaba a menos de un centrimetro de mi. La adrenalina recorrió mi cuerpo. No rompíamos el contacto visual, especialmente porque yo estaba confundida.

¡Rompe el contacto vidual Ella!, pero no le hice caso a mi conciencia.

Sus labios rozaron con los mios cuando un pato nos salpicó agua. Me cubrí la cara y me levante del piso al mismo tiempo que él.

CambioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora