Capitulo 9

2.4K 103 3
                                    


El teléfono suena y busco a tientas en mi bolso, estaba en el centro comercial.

—Alo.

—Hola—su voz barrió mi oído.

—Hola, amor—respondí sintiendo un escalofrío por mi cuerpo.

—Te tengo una sorpresa

— ¿Y qué es?

—Voltéate—susurró, sonreí volteándome—Sorpresa—dijo acercándose a mí, dejando sus suaves labios sobre los míos. Tuve que sujetar el teléfono fuertemente para no dejarlo caer.

—Hola—susurre dejando un casto beso en sus labios.

—Estaré aquí—dijo abrazándome.

Los gritos comenzaron. Asustándome pero èl no los percató.

— ¿No escuchas eso? —èl negó sonriendo, pero todo había empeorado, todo se había vuelto borroso, un pitido se había situado en mis oídos y Estefan estaba tirado en el suelo, ensangrentado.

— ¿Estefan? —me acerque a èl, tenía sus ojos cerrados, me arrodille frente a èl, sintiendo calor por todo mi cuerpo—Estefan, despierta—intente moverlo llenándome de su sangre, èl no reaccionaba— ¡Estefan, vamos, tienes... tienes que levantarte! —pero no lo hizo no despertó. La desesperación entro por mis venas, estaba llorando desconsoladamente, nadie estaba a mi lado, los gritos habían terminado. Estaba sola.

— ¡Halsey! —Abrí mis ojos sobresaltándome, la camisa estaba pegada a mi cuerpo— ¿Estás bien?—susurró, estaba desconcertada, mire a mi alrededor y luego volví a mirarlo frente a mí, salte a sus brazos, èl no tardó en corresponderme.

—Está todo bien—susurró poniendo su mano en mi cabello— ¿Qué soñaste? —preguntó y de pronto la vergüenza llegó, había soñado con èl y no solo había muerto sino que me había besado, había probado sus labios.

—Voy por agua—dije levantándome alejándome de sus brazos, de su cuerpo.

Al estar en la cocina èl estaba viéndome fijamente, solo tenía su pantalón, no sabía siquiera la hora que era.

— ¿Te desperté? —pregunte, bebiendo agua, tratando de no mirar su cuerpo.

—Algo así, estabas gritando.

—Lo siento—susurre, los dos nos habíamos quedado en silencio pero luego lo deje atrás—Desde que mi padre murió, yo he tenido pesadillas, no puedo controlarlas.

— ¿No has tratado de ir a un especialista? Ya sabes esos que tratan sueños—se veía confundido a sus palabras, algo que me hizo reír.

—Al principio fui a varios pero ninguno funciono—respondí escapando una mirada de su abdomen.

—Pensé que te estaban torturando—dijo viéndome fijamente. Me había percatado de que solo llevaba una camisa y mis piernas estaban a su vista.

—Estabas muerto—dije haciendo que se sorprendiera—E intentaba de despertarte pero no lo hacías—mire mis mano recordando la sangre en ellas—Y estabas lleno de sangre.

—Ya veo—una risa había escapado de su boca, lo mire curiosa—No tienes que matarme en sueños, Hal

—Calla—Y recordé como era la sensación de sus labios.

—Te sonrojaste.

— ¿Qué?

—Te sonrojaste—repitió, mire el suelo—Eso no fue todo el sueño ¿Verdad?

Imperdible amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora