Capitulo 14

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—En serio, Nethan es un completo idiota—se quejó ella riéndose mientras que nos alejábamos del bar—No encontré a nadie más, tuve que aceptarlo.

—Algún día encontraras a alguien mejor, lo sé ¿A dónde vamos? —pregunté, mientras que ella me llevaba.

—A la terraza, los autos se ven lindos pasando, aparte que la música está un poco alta.

Al llegar a la terraza me di cuenta que aun podía ver a Estefan y a Nethan desde allí. Me acerqué al balcón que separaba la calle del hotel y me senté en unas de las mesillas que daban vista a la calle

— ¿Cómo le fue a Estefan con tu madre?

—Bien, creo que mi madre se enamoró de èl—dije riéndome de lo absurdo que sonaba.

—Amiga quien lo conociera se enamorara, es muy sexy. Lo siento, pero soy una amiga muy sincera—dijo jugando con algunas plantas que estaban a mi lado. — ¿Se han besado?

—En mis sueños si—dije sonriendo—Pero no, no lo hemos hecho.

—Deberías aprovechar. Yo si fuese tú me lo comería a besos.

—Tú, amiga yo no. No me atrevería a besarle, creo.

—Bae ¿Quién es ella? —preguntó insegura.

— ¿Quién? —voltee a verla.

—Ella, la que está con Estefan—dijo, me levanté de la mesilla y los miré, estaba con la rubia de la entrada, la chica le hacía ojitos a Estefan quien reía muy entretenido, algo sucedió dentro de mí, que me incomodaba, no sabía cómo interpretarlo—Quizá ya se conoz...—sus palabras quedaron en el aire cuando la rubia se abalanzó sobre èl besando sus labios, lo que yo no había besado. Me sentía enferma.

—Creo que voy a vomitar—dije sintiendo que mis ojos ardían, quise borrar lo que estaba sintiendo, lo que fuera que estaba sintiendo, pero el traspasar de la saliva me lo impedía—Creo que me iré, no me siento bien, dile a mi madre...

—Cuídate, amor— respiré y me fui alejando, evitando verlos a ellos. Subí a unas escaleras que me llevaban al baño, me encerré y de un momento a otro, vomite, dejando salir la bebida mal gastada que me acababa de tomar, al terminar me senté en el inodoro y por un momento de absoluto silencio, las lágrimas comenzaron a salir, odiaba eso, no debía estar llorando ¿Por qué? ¿O qué? Èl no era nada mío, no sentía nada por èl, èl era capaz de hacer cualquier cosa, no debía, no podía estar llorando por èl. Alguien toco a la puerta, sobresaltándome.

— ¿Estás bien? —Dijo una voz chillona— ¿Quieres que llame a alguien?

—No, no, estoy bien.

—De acuerdo, cualquier cosa estaré afuera—respondió, volví a escuchar los pasos alejarse espere veinte minutos y salí, me enjuagué la boca y la cara, respiré y salí actuando natural, alguien me sujeta la mano, cerré mis ojos y me volteé rezando de que no fuese èl, por suerte, no era Estefan era el asistente de mi madre, Rodrigo.

—Hola, cariño—dijo sonriéndome feliz.

—Hola—respondí.

— ¿Te encuentras bien?

—Si ¿Has visto a mi madre?

—Sí, cielo está allá con ese chico—respondió señalando a un lado de la habitación, me volteé y estaba bailando con Estefan, al ver a mi madre reír gracias a èl volví a sentirme enferma. Dejándome sin oxigeno.

Imperdible amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora