Capitulo 112

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Me volví a quedar dormida.

—Deja de dormir—fruncí el ceño, me levante y Estefan estaba ahí con sus ojos abiertos.

—Amor—me acerque a él y al mismo tiempo me desperté, maldiciéndolo todo.

Salí de la habitación a tomar un poco de aire, subí a la azotea donde se encontraban unas que otras personas, era de día, el móvil de Haziele comenzó a sonar.

—Alo—respondo apoyándome de la pared, al lado de la puerta.

—Hola, cariño ¿Cómo estás? —era mi madre.

—Bien, igual.

— ¿No ha habido novedad?

—No, ni un solo movimiento, nada—respondo limpiando mis ojos húmedos.

—Aquí están los chicos, te mandan saludos—los escuche riéndose y no pude evitar reír también—Hoy íbamos a ir pero Haziele me quiere enseñar algo y lo mejor será que te quedes allá con él.

—Dile a todos que los quiero y no te preocupes, sabes que no me moveré de aquí...

—Si hija lo sé, así también hiciste con tu padre.

—Son cosas muy distintas—respondo pensando en la situación—Estefan se va a recuperar, má, yo lo sé.

—Y no lo pongo en duda—escucho una voz de fondo—Ya debo colgar, no olvides avisarnos cualquier cosa.

—Lo haré—y colgamos, baje a la cafetería y comí lo mismo de ayer, al terminar volví a la habitación.

— ¡Ven a mí, ven a mí, Schopenhauer, Schopenhauer!—comencé a imitar a Guido de la vida es bella—Puedes abrir tus ojos, en serio, no me molestaría, amor.

Fui al baño e intente darme una ducha, mi madre se había llevado la maleta y tuve que usar la misma ropa, salí del baño y regrese a su lado, esta vez me senté sobre la cama, me quede observándolo, era lo único que podía hacer, era lo único que me gustaba a hacer.

Tres horas después la maquina comenzó a sonar y una enfermera y un enfermero entraron, sonriéndome, tuve que salir porque tenían que asear a Estefan y cambiar el suero, me quede a un lado de la habitación, esperando, media hora después los dos salieron. Volví a entrar, volviéndome a sentar sobre la cama, mareándome de repente, a un lado de Estefan quedaba espacio para acostarme y eso hice, con cuidado me acomode a su lado, mi frente rozaba su brazo y mi incline un poco para besarle, cerrando los ojos y tratando de mandar lentamente oxigeno a mi cerebro.

—Halsey—oigo susurrar y me despierto, levanto mi cabeza viéndolo con sus ojos verdes abiertos, me siento de inmediato.

— ¿Esto no es un sueño, verdad? —soy capaz de preguntar.

—No que yo sepa—respondió crispando su rostro del dolor, mis lagrimas comenzaron a salírseme por los ojos— ¿Dónde estoy?

—En el hospital, déjame llamar al doctor—me levante de inmediato y salí abriendo la puerta de golpe, el doctor por suerte estaba haciendo guardia y llegó rápido a la habitación. Tuve que esperar afuera, estaban haciéndole muchos exámenes, aproveche para llamar a Haziele.

—Estefan despertó—digo aun sin creérmelo del todo, escuche como Haziele le gritaba a todos que Estefan había despertado.

— ¿Cómo esta él? ¿Qué ha dicho?

—No lo sé, apenas ha abierto los ojos llame al doctor, están haciéndole exámenes—digo a la vez que abrían la puerta— ¿Qué ha pasado?

—Vamos a hacerle unos nuevos exámenes junto nuevas radiografías para ver como se encuentra internamente, por ahora ha respondido bien a las preguntas, creo que es buena señal—respondió el doctor sonriéndome—Es un chico fuerte.

—Lo sé—respondo sonriendo, olvidando que tenía el teléfono en mi oído— ¿Has escuchado?

—Sí, cariño, ahorita estamos en la ciudad no podemos ir para allá, apenas que salgamos vamos directo al hospital, gracias por llamar—dijo emocionada.

—Los esperamos—digo entrando en la habitación, él estaba sentado, viéndome. 




¡5,8k besines, abracines y amorcines!


Imperdible amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora