Capitulo 26

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 Diez minutos después Estefan aparece viendo a todos lados hasta que da con mis ojos, sonriendo. Estaba realmente guapo. Me acerque plantando mis labios con los suyos.

—Hola, guapa—dijo, sonreí mientras que me montaba— ¿He tardado un poco?

—No es nada—respondo cuando me sujeto a su abdomen. Nos condujo hasta la casa, los dos bajamos, entrando a la casa, por la puerta, como dos personas normales.

— ¿Cómo te ha ido con tu madre? —me preguntó mientras que subíamos las escaleras.

—Bien, no sé... hemos estado bien—admito haciendo que mi voz se quebrara odiando eso, èl me detuvo, y me quebré frente a èl, lleve mi mano a mi boca para ahogar los sollozos.

—Ven—me tomo del brazo y me acercó a su cuerpo, abrazándome— ¿Debo tomar eso como que si todo realmente estuvo bien? —asentí, dejando mis lagrimas caer, sintiéndome débil y tonta, nos quedamos unos minutos así, èl no dijo nada, me aleje de èl, limpiando las lagrimas.

—Lo siento—dije haciendo un intento de sonrisa.

—No te disculpes, Hal—tomo mi mano—Debes desahogarte, esto—toco mi corazón con su dedo—Lo que sientes aquí terminara rompiéndote. Acuérdate que todo lo que se acumula termina estallando.

Todo lo que se acumula termina estallando.

—Gracias—susurre yendo a sus brazos de nuevo.

— ¿Quieres ir a la cita todavía?

—Sí, luego Al me mata si digo que no—terminamos de subir—Voy a quitarme este sentimiento de porquería—dije yendo al armario cogiendo unos pitillos negros junto con un jersey vino tinto, tome mi ropa interior y fui al baño a ducharme, desahogándome, llorando en silencio. Al salir de mi larga ducha y de vestirme tomo aire para que el afligimiento desaparezca. Salgo de la habitación viendo a Estefan sentado en la cama, viendo el techo.

— ¿No te aburres aquí solo? —le pregunto mientras que tomo mis vans negras, èl niega.

—Me gusta aquí.

—Mentiroso—respondo sentándome a su lado, poniendo mis zapatos.

—Es verdad—me toma de la barbilla sutilmente para que lo vea—Me gusta pasar tiempo contigo, así sea que te estés duchando.

—A mí también me gusta pasar tiempo contigo—admito, sin dejar de mirarle. Èl beso mis labios.

Luego de haber terminado, fuimos al centro comercial donde se encontraba Allie con Sebastián, esperándonos.

—Hello, linduras—dijo Al abrazándonos, Sebástian estaba a su lado el nerviosismos se mostraba presente.

—Hola—hablo sonriendo, Estefan y èl se estrecharon las manos.

— ¿Qué vamos a hacer? —pregunte al sentir la mano de Estefan colocándose en mi cintura.

—Estaba planeando ir al cine y luego cenar ¿Les parece? —pregunto Sebastián viéndonos, esperando el asentimiento que no tardo en llegar, subimos al último piso donde quedaba el cine, las personas estaban viendo las cartelera, y Allie y yo no nos pudimos contener cuando vimos el especial de Ryan Gonsling, eso significaba que aun estaba en cartelera El diario de Noah.

— ¿Qué sucede?

—Eso, mi amigo—susurro Al señalando la cartelera, Estefan y Sebástian pusieron sus ojos en blancos.

—Escuche que había una película de terror.

—No voy a ver una de terror ¿Quieres que muera? —le dije a Estefan.

Imperdible amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora