02. Kellan Hurley

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Capítulo 02: Kellan Hurley

Tres semanas después...

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Ya habían pasado tres semanas desde que me enteré que sería madre, ya después de tanto pensar decidí asimilarlo para bien. He logrado conseguir un empleo en el Gyrnic la editorial más prestigiosa de todo Washington, es como un sueño hecho realidad.

Caminaba por las calles de Lacey. Hacía un día frío y parcialmente lluvioso; aún así las calles estaban totalmente abarrotadas de personas con paraguas dirigiéndose a sus trabajos y yo era una de ellas.

Crucé la calle observando el gran edificio de nombre Gyrnic Company frente a mi, la editorial de más de veinte pisos donde trabajaré a partir de hoy. Ingresé al majestuoso lugar encontrándome con una estancia bastante agradable y cómoda. Miré la hoja que tenía entre mis manos, leyéndola nuevamente, memorizando cada palabra. Me dirigí hacia el ascensor, toque el botón y esperé a que llegara.

Ya dentro presione el número veinte, según lo que me dijo la chica que hizo mi entrevista trabajaría para un tal Kellan Hurley, espero que no sea un cabrón como mi antiguo jefe. Las puertas se abrieron de repente, dando paso a un hombre de más o menos veintiséis años, alto, cabello castaño claro, ojos oscuros y tez clara. Cruzamos miradas en un cortés saludo y le ofrecí una sonrisa, él me lanzó una sonrisa coqueta formándosele un hoyuelo en su mejilla izquierda. Luego de varios segundos las puertas se abrieron nuevamente y cada uno impartió un camino distinto.

Caminé hacia la recepción, en la que se encontraba una preciosa peli-negra de ojos cafés y piel canela. Iba vestida de negro y tenía su cabello recogido en un muy bien elaborado moño. Me acerqué a la chica recibiéndome con una cálida sonrisa.

Buenos días, bienvenida a Gyrnic. ¿En qué puedo ayudarte? dijo la chica con una perfecta sonrisa en sus labios pintados de un color durazno.

Hola, soy Mallory Adams. Quisiera saber dónde está la oficina del señor... busqué torpemente en mi bolsillo la hoja que contenía el nombre de la persona para quién trabajaré. Sonreí victoriosa al encontrar el condenado papel. — Kellan Hurley — dije rápidamente. La chica me miró algo divertida, y dijo:

Tu eres la nueva secretaria del señor Hurley, camina hacia el final del pasillo y gira la derecha me indicó, le agradecí y me dirigí hacia el lugar.

Llegué hacia la puerta, interrogándome entre tocar o no. Levanté mi temblorosa mano casi lista para tocar cuando la puerta se abrió repentinamente dejándome frente a un hombre de ojos grisáceos y mirada intimidante. Un muy apuesto joven vestido con un traje color azul oscuro.

Aún no apartaba mi mirada del señor apuesto, paseándola por todo su rostro, su perfilada nariz, su mirada gris intensa, sus labios perfectamente formados y carnosos y su sedoso y castaño cabello. Mi gesto debía de ser bastante ridículo, por la despectiva mirada que recibía del "Señor apuesto".

Sonreí torpemente en un intento por parecer menos estúpida fracasando totalmente en el acto. Él puso su mirada sobre mí, analizándome de pies a cabeza con un gesto severo tratando a duras penas de ocultar la pequeña sonrisa burlesca que revelaban las comisuras de sus labios. Estaba tan avergonzada; esto le divertía a él, mientras que yo intentaba no salir huyendo a cavar mi propia tumba. Mis mejillas estaban tan calientes que podías cocer un huevo sobre ellas.

Me veía absolutamente fuera de lugar; vestía jeans ajustados, una blusa normal algo holgada y zapatillas. Estoy consciente de mi apariencia y sé que no estoy dando una buena impresión.

RAINWhere stories live. Discover now