17. La fiesta

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Capítulo 17: La fiesta.

Sonreí hacia el espejo, satisfecha con lo que había logrado. Me veía tan formal, no era mi estilo pero, supongo que si el de la nueva yo. Traía puesto un vestido negro de tirantes que estaba unido a una segunda pieza de encaje en el mismo color, esta cubría mis brazos hasta mis muñecas. El vestido quedaba en la parte de arriba de las rodillas y traía un escote el V. Mi figura ya no era la misma, en parte porque últimamente comía demasiado y también porque estaba en mi cuarto mes de embarazo y mi pequeño se estaba dejando notar, aun así el vestido se amoldaba a todas las partes de mi cuerpo y me sentía hermosa. Me veía hermosa. La tela del vestido no apretaba para nada, por lo que me permitía respirar con normalidad. Me atreví a llevar tacones, unos de color rojo pasión, no eran tan altos como los que solía usar pero, aún así no perdían la clase y me encantaban.

En mi rostro, llevaba un maquillaje sencillo. Mis ojos estaba completamente hechos con colores vainillas y marrones con un delgada línea de gato para definir la mirada. Mis mejillas se veían ligeramente sonrosadas gracias al rubor que había colocado en ellas y mis labios pintados de un color borgoña mate era lo que más llamaba la atención. Mi cabello estaba arreglado en unas sutiles ondas cayendo suelto por mis hombro.

Eché una última mirada al espejo frente a mí y con un suspiro tomé mi bolso de mano y salí. Hoy es el aniversario del Gyrnic y cómo cada año la empresa organiza una fiesta para todos los empleados, y como ahora yo pertenecía a esa empresa tenía que asistir.

Tomé un taxi y le di la dirección del lugar. Y mientras recorríamos las calles me puse a meditar en cómo en tan poco tiempo puedes llegar a tomarle cariño a alguien. Las cosas entre Kellan y yo habían cambiado mucho, hemos estado mucho más de cerca uno al otro estas últimas semanas, y no puedo negar que han sido increíbles. Quién diría que el gruñón de mi jefe/padre de mi bebé tenía el sentido del humor de un adolescente. ¿Qué loco no?. No volví a ver a Will desde lo que ocurrió en casa de mi madre y aunque varias veces intentó contactarme logré evadirlo. Ese hombre estaba mal de la cabeza, tenía una obsesión conmigo y no lo quería cerca de mí, ni de mi bebé. Nunca le conté toda la verdad a Kellan sobre lo que pasó, pero aunque lo dejó estar creo que lo sospechó.

Cuando el taxi se detuvo, bajé del auto luego de pagarle al taxista para luego adentrarme al lugar. Al llegar a la fiesta me encontré con una estancia bastante elegante y sofisticada, debía confesar que estaba atónita. Todo el lugar estaba cubierto de luces desde el techo hasta las mesas; estas estaban cubiertas en un mantel blanco con un florero en la parte central y sillas doradas. Todo esto era mágico.

Busqué a Kellan entre la multitud de personas alrededor de tres minutos para luego terminar rindiéndome. Era inútil, este lugar era inmenso.

— ¿Buscas a alguien? — la voz de un hombre en mi oído hizo que diera un respingo en mi lugar. Giré para encontrarme con un hombre de cabello castaño claro y ojos cafés que me daba una sonrisa con hoyuelos. Ya lo había visto por los pasillos del Gyrnic, lo recuerdo porque mi primer día él entró al ascensor conmigo.

No... emm.. Si, pero creo que no ha llegado aún — tartamudeé forzando una sonrisa.

Pues, mientras llega me presento — dijo tomando mi mano. Reí nerviosa ¿Qué hacía?. — Me llamo Ashton Parker, un gusto conocerte bella dama — dijo para luego besar mi mano. Mi cara debía de esta algo roja y no por lo caballeroso de su acto, sino por todas las miradas que estaban puestas sobre nosotros.

RAINWhere stories live. Discover now