22. Edward Rodgers

33.3K 1.7K 174
                                    

Capítulo 22: Edward Rodgers

Abrí mis ojos cuando noté que estaba sola, y por el repiqueteo del agua al caer sobre la loza en la ducha intuí que Kellan aún seguía en casa. Me senté sobre la cama dándome cuenta de que no llevaba ropa interior y mi cuerpo sólo iba cubierto con el corto vestido que había usado anoche.

Las imágenes de la noche anterior inundaron mi cabeza haciéndome sonreír. Toqué mis labios aún sintiendo sus fugaces labios besar con fervor los míos, o como sus manos recorrían cada centímetro de mi piel y la exploraban como si fuera su nuevo descubrimiento. Y de algún modo extraño agradezco no poder recordar nuestra verdadera primera vez, porque así puedo otorgarle ese puesto a lo de anoche.

Me levanté de la cama apoyando mi pie sano del suelo y el otro apoyando sólo las puntas, que aunque dolía un poco al menos tenía la certeza de que no iba a caerme. Cuando estuve dentro del baño casi grito al ver mi reflejo. Mi cabello estaba todo revuelto y repleto de nudos y mis mejillas estaban cubiertas de un rubor color escarlata como si hubiera corrido un maratón. Agarré mi pelo que estaba hecho un desastre y lo envolví en un moño, lavé mi rostro con agua fría para intentar eliminar un poco el rubor que cubría mis mejillas y nariz. Parezco una adolescente que acaba de perder su virginidad.

Tomé mi cepillo de dientes con algo de pasta, y mientras cepillaba mis dientes escuché como el agua dejaba de caer en la ducha y consigo salía Kellan para luego envolverse una toalla en la cadera, todo eso lo hizo bajo mi no muy disimulada mirada a travez del espejo. Es que no puedo simplemente ignorar que esté allí, mi mente no me lo permite.

Buenos días — dijo dejando un húmedo beso en mi sien.

Buenos días — balbuceé con la boca llena de espuma. Él sonrió para seguido salir hacia la habitación.

Terminé de cepillar mis dientes y hacer mis necesidades para luego volver de la misma forma en la que llegué hasta la cama. Hice una mueca al revisar mi pie, aún no me acostumbraba a ver esa horrible herida, creerán que exagero pero es que no soy muy tolerante al dolor, y las heridas no son mi fuerte. Y se preguntarán porque tengo un tatuaje si no tolero el dolor, y es que ese tatuaje representa algo muy importante para mí y es la libertad de por fin ser yo. Toda mi vida fui controlada y oprimida, no era capaz de cometer errores porque yo no controlaba lo que pasaba, pero ahora si lo hago es lo mejor que me pudo haber pasado.

Vi a Kellan entrar de vuelta ya vestido con un sweater negro y unos pantalones en el mismo color acompañándolo de unos mocasines color negro. Su pelo iba peinado lo suficiente como para no verse demasiado formal, aun así se veía increíble. Toda la elegancia y sensualidad resumida en un hombre, y lo tenía frente a mis ojos sólo para mí.

— ¿Ya te vas? — pregunté con algo de desilusión mientras lo veía terminar de arreglarse.

— Si, necesito resolver unos asuntos en la editorial, pero te prometo que llegaré temprano — habló caminando hacia mi.

— ¿Voy a quedarme sola? — pregunté ceñuda. No era una idea que me agradara en lo absoluto.

Son sólo un par de horas preciosa, volveré pronto
Me puse de pie para poder despedirme y una vez lo tuve lo suficientemente cerca lo abracé por el cuello para no caer y así tener más proximidad a sus tentadores labios mientras que sus manos rodeaban mi cintura.

Está bien — sonreí dejado un corto beso sobre esa linda sonrisa que tanto empezaba a gustarme. Me abracé a su cintura aspirando su deliciosa colonia que estaba rigurosamente distribuida por toda su ropa.

RAINWhere stories live. Discover now