21. Te quiero

41.1K 1.7K 133
                                    

Capítulo 21: Te quiero

Opté por usar un vestido suelto que me llegaba más arriba de la mitad del muslo color coral que usaba mayormente como una piyama porque me quedaba demasiado corto como para salir a la calle con el puesto mientras esperaba a que Kellan viniera por mi, ataba mi pelo en un moño flojo ya que no quería traerlo suelto.

Esto de tener una herida en mi pie era algo que no me gustaba para nada, por dos razones; la primera era que no podía caminar ni dos metros sin caerme y lo sé porque casi lo hago, cuestión que nos conlleva ir a la razón número dos; no me podía mover de la cama. Tenía órdenes claras de no tratar ni siquiera de bajar mis pies, y aunque suene muy controlador y sexista, él tenía sus maneras de hacerme cumplir.

Porque obviamente hablaba de Kellan, quien se había dado el auto derecho de cuidarme mientras pasaban las dos semanas en las que debía hacer reposo para que mi pie curara más rápido.

— ¿Estás lista? — preguntó entrando a la habitación sacándome de mis pensamientos. Habitación que es básicamente suya porque me encontraba en su casa.

Traía pantalones de piyama y una camiseta de mangas largas que se ajustaban perfectamente a los músculos de sus brazos y torso, y aunque iba descalzo con el cabello al descuido, su aspecto relajado lucia tan sexi que no pude evitar comérmelo con la mirada mientras me lo imaginaba quitándose esa preciosa camiseta frente a mis codiciosos ojos.

— ¿Porqué me miras así? — preguntó haciendo que la fantasía en mi cabeza desapareciera en cuestión de segundos.

— Mmm.... — dije volviendo a fantasear con Kellan aún sin quitarle la mirada de encima. Él rió un poco y caminó hacia mí.

— ¿En que tanto piensas?

En ti sin esa camiseta — dije antes de que pudiera detener que las palabras salieran de mi boca. Inmediatamente sentí como mis mejillas se calentaban por la sorpresa de que me haya delatado yo misma. Seguro creerá que soy una pervertida hormonal y querrá dejarme porque no me cree lo suficientemente adulta.

¡Por Dios santo, esto es tan vergonzoso!

— ¿Enserio? — preguntó alzando sus cejas incrédulo con una pequeña sonrisa en su rostro. Cubrí mi rostro con mis manos muerta de vergüenza. Esto era tan penoso, me sentía como una niñita.

¡Trágame tierra!

— ¿Oye, por qué te ocultas? Me gusta ver tu adorable rostro — dijo apartando las manos de mi rostro. Alcé la mirada hacia él, hacia esa sonrisa ladeada tan linda que me aceleraba el corazón y me daban ganas de saltar sobre él y... ¡Basta ya, por favor!

— ¿Crees que soy una hormonal pervertida verdad? Y ahora vas a dejarme con la excusa de que buscas a alguien más mayor que se adapte a tu vida y que sea perfecta para ti porque no encajo para nada contigo — exclamé casi al borde de un ataque de ansiedad. Kellan alzó sus cejas en un gesto de sorpresa.

— No creo que seas eso, además creo que es bueno ser sinceros, aunque tú lleves ese concepto a niveles extremos no creo que sea eso un motivo para dejarte — habló sentándose a mi lado apoyando una mano en mi rodilla, dándole un leve apretón mientras intentaba calmarme.

— ¿Enserio? — lo observé sorprendida por sus sobrias y para nada hirientes palabras, enserio esperaba algo diferente, estoy comenzando a creer que tengo una imagen muy distorsionada de Kellan a cómo es en realidad.

RAINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora