RAIN

29. Te amo

Este capítulo va dedicado para una chiquilla que siempre está allí para hacerme reír con sus comentarios, mi queridísima @annakofferblack. Espero que te guste❤️

Capítulo 29: Te amo

Mis ojos se habían cerrado pero seguía sintiéndome igual de mal que antes. Seguía sintiéndome impotente. Seguía sintiéndome culpable. Necesitaba ver su rostro otra vez, necesitaba que me mirara a los ojos de la misma forma que lo hacía antes. Sin dolor, sin lágrimas, sin sufrimiento... Quería sentirme viva otra vez, lo necesitaba a él.

— Ambas están bien, el sangrado se debió al exceso de estrés que sufrió. Ella necesita guardar reposo durante lo que resta de su embarazo, su hija tuvo mucha suerte señora — explicó la voz de un hombre al que intuí le pertenecía al doctor que me atendió.

¡Mi madre estaba aquí!

— Gracias a Dios, muchas gracias doctor — dijo ella luego de suspirar de alivio. Segundos después sentí su cálida mano tomar la mía y apretarla delicadamente. Podía escuchar sus suaves suspiros, sabía que lloraba, sólo que lo hacía tan suave y silencioso. Como si no quisiera despertarme. Como cuando era niña. Pero, yo ya no era una niña, y todas las mentiras que intentó ocultarme habían salido a la luz.

Ya lo sabía todo.

— Mamá — la palabra había abandonado mis labios en un suave suspiro. Aún no abría mis ojos, pero si podía sentirla, en la manera que tomaba mi mano que me había escuchado. Hice un esfuerzo por abrir mis ojos y lo único que pude lograr fue entre abrirlos y lo poco que lograba ver era demasiado difuso. Pestañeé varias veces para devolverle la claridad a mi vista y darme cuenta de que estaba en lo cierto, ella realmente estaba llorando.

— ¿Por qué no me dijiste? — giré mi cabeza hacia ella que estaba mirando hacia su regazo fijamente aún sin soltar mi mano. Podía ver cómo las lágrimas caían gota, por gota. No podía negar que su dolor rompía mi corazón, pero quería escucharlo de su boca, quería escucharlo de ella.

— Si lo hice, no sé cómo consiguieron hackear mi teléfono, pero lo hicieron. Lo siento tanto, cariño — aclaró casi al borde de la desesperación elevando la mirada, obligando a mirar sus hermosos ojos, que ahora estaban enrojecidos y cubiertos de lágrimas. Habían hackeado su teléfono, ahora todo concordaba.

Pero, yo no hablaba de eso.

— No hablo de eso — dije sintiendo como las lágrimas se acumulaban en mis ojos, lágrimas de rabia y dolor, lágrimas que quemaban mis ojos para que las liberara. Ella me miró confundida mientras empezaba a secarse los ojos. — Hablo de Jackson — aclaré. Ella se quedó en pausa mirando sus manos, o eso parecía, asimilando a que se refería mi comentario. Así permaneció durante varios segundos sin decir nada, pero por la expresión en su rostro sabía que ella tenía conocimiento de lo que le estaba hablando.

— Quería que fueras feliz, él lo sabía y por eso me hizo callarlo. Todo lo que hicimos, todo, fue por ti — murmuró levantando la mirada hasta mis ojos. Sus ojos derramaban lágrimas como las cascadas desbordan agua, justo como lo estaba haciendo yo. Quise secarlas con mis dedos, pero no pude, me dolían todas las partes de mi cuerpo y mi fuerza eran muy poca.

— Él lo sabía todo y aguantó todas las cosas horribles que le dije — mascullé sintiendo las lágrimas desbordarse y cegar mis ojos.

— Él lo soportó todo porque te amaba, Mallory — dijo haciendo que me sintiera mucho peor.

— Yo le hice tanto daño, mamá, fui tan mala con él — admitirlo en voz alta dolía incluso más que si me lo decía a mí misma. Esta culpa que sentía estaba quemándome el pecho y hablar de ello me hacía sentir peor. Mi madre se sentó en la camilla junto a mí y tomó mi cabeza entre sus manos apoyándola contra su pecho. Lloré. Y no tanto por el dolor físico que me estaba causando abrazarla con tanto aferro, sino porque la verdad se había llevado la última porción que me quedaba de valentía y ya no sabía qué hacer. Ya no tenía como fingir que estaba bien, todos mis muros se habían hecho pedazos y ya no quedaban más mentiras con que disfrazar las verdades.