03. Dime Mall

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Capítulo 03: Dime Mall

Iba ascendiendo por el elevador hasta el piso número veinte, hoy iría por segunda vez al hospital, ya habían pasado tres semanas desde que me entere de la existencia de mi pequeño Rain.

Estaba tan emocionada de saber del estado de mi bebé y a la vez estaba tan aterrada de que mi pequeño no estuviera creciendo sano. Me odiaría a muerte si llegase a perderlo, de tan sólo pensarlo me revolvía el estómago. Llegué a la oficina del Sr. Hurley perdida en mis pensamientos, y, sin siquiera notarlo ya estaba sentada en mi escritorio escribiendo cosas sin sentido en mi computador. Me debatía entre cómo decirle a mi jefe que esperaba un bebé, porque puede que haya omitido ese pequeño detalle en mi currículum. Pero no me juzguen lo hice sólo porque quería entrar por mis conocimientos y capacidades, no por ser una pobre chica embarazada.

¡Mallory! escuché la gruesa voz del Sr. Hurley sacándome bruscamente de mis pensamientos, exaltandome. Giré algo aturdida en su dirección, tenía la mirada furiosa y su ceño fruncido comprobándome que estaba enojado. Tragué saliva y aclaré mi garganta, luego de unos eternos segundos de incómodo silencio.

¿Que? logré articular con un ligero temblor en mi voz, aclaré nuevamente mi garganta y tragué saliva dando la sensación de estar más nerviosa de lo que en realidad quería aparentar.

Su constante mirada estaba comenzando a incomodarme. Él, sólo suspiro y se tomó el puente de la nariz en un gesto de exasperación.

Si no te encuentras bien, puedes tomarte la tarde libre, o simplemente puedes concentrarte y hacer tu trabajo dijo con su característico tono frío y cortante sonando más borde de lo normal. Pestañeé varias veces asimilando lo que acababa de decirme siendo yo la primera en romper el contacto visual, sentí mis ojos picar

¿Porqué tenía ganas de llorar?, ¿Cuántos años tienes Mall? ¿Cinco?.

Solté varias respiraciones ahuyentando las posibles lágrimas y dije:
Lo siento señor, no se volverá a repetir.

Logré articular a duras penas. Me di vuelta hacia el computador nuevamente, retomando lo que sea que hacía anteriormente esta vez concentrándome. Luego de unos largos minutos estaba terminando de leer y editar un manuscrito del día anterior. Sin darme cuenta las horas se me habían pasado volando tenía que llegar a mi cita, pero me urgía comer. Moría de hambre.

Me levanté de mi asiento en un movimiento algo brusco, haciendo que mi cabeza diera vueltas y mi vista se nublara ligeramente. Me agarré de la esquina de mi escritorio, y cerré mis ojos, soltando varias respiraciones hasta que el mareo se me pasara. Vi como el Sr. Hurley se acercó a mí con algo de preocupación en su mirada. Asentí algo extrañada por su repentino interés.

Estoy bien, sólo me mareé dije haciendo hincapié en el "estoy bien". El pasó de preocupación a molestia y sólo respondió un seco "De acuerdo" y se alejó de mí.

Mi estómago dio un vuelco, sintiendo las náuseas subir por mi garganta. Salí disparada hacia el baño y descargué lo poco que había comido durante el día. Cuando termine bajé la tapa del váter y me senté sobre él tomando mi cabeza entre mis manos, ya no soportaba las putas náuseas, los malestares, estaba harta. Es horrible tener que lidiar con ellos.

Salí del pequeño espacio y abrí un grifo, lavé mi rostro y miré mi reflejo, tenía unas pequeñas bolsas oscuras debajo de mis ojos, eran el producto de mis malestares, que no me dejaban retener nada en mi estómago. Estos últimos días han estado algo intensos.

Cuando deje de verme más pálida de lo que era en realidad, me dirigí a un pequeño restaurante que se encontraba ubicado a dos cuadras del Gyrnic. Ya que lo poco que había comido se había ido por el retrete hace unos minutos.

Al salir el frío clima de Lacey me recibió arduamente, agradeciendo a la madre naturaleza por el hermoso clima. Ya sé pensaran que estoy loca, pero, para mí un cielo gris simboliza paz absoluta, dentro de cualquier plano o punto de vista.

Estaba a punto de entrar al restaurante cuando una conocida voz llamó mi atención. Giré sobre mis pies, encontrándome con mi, (hay que admitirlo) bastante sexi jefe. Con su característico aire sofisticado y su traje gris haciéndolo ver aún más imponente. El se acercó a mí en un par de zancadas, aún sin podérmelo creer que estuviera en frente mío en estos momentos. Me obligue a mí misma a dejar de pensar estupideces y le miré seriamente.

¿Vas a entrar? preguntó señalando el pequeño restaurante.

Si dije algo dudosa.

¿Vamos? preguntó algo indeciso, ocultándolo rápidamente levantando levemente su mentón.

Tarde... Ya lo había notado.

Sólo quiero hablar, conocernos un poco sugirió. ¿No sabía que era más extraño, que estuviera aquí enfrente hablando conmigo o, que me pida que comamos juntos?. Me encogí de hombros restándole importancia, sólo hablaremos; no es como si esto fuera una cita. Nunca pensé eso, no creo que suceda.

— Claro — dije luego de unos segundos.

Entramos al establecimiento y el olor a especias invadió mis fosas nasales, haciendo mi estómago rugir tan fuerte que creo que hasta el Sr. Hurley lo escucho. Y de hecho lo hizo porque me lanzo una mirada divertida con una ceja alzada.

Tengo hambre dije encogiéndome de hombros con una sonrisa inocente en mis labios. El esbozó una pequeña sonrisa y negó con la cabeza divertido. Yo aún estaba algo sorprendida, era la primera vez que lo veía sonreír de veras, era el gesto más lindo que me ha ofrecido en el poco tiempo que nos conocemos. 

Nos sentamos un una mesa para dos personas bastante normal y cómoda para mí, no sé si el "Señor apuesto" como lo llamo yo, piense lo mismo.

¿Se siente cómodo, Señor?

Deja de llamarme señor, me haces sonar como alguien mayor Mallory dijo interrumpiéndome con un tono de indignación.

Lo lamento, Kellan — dije algo avergonzada. — Pero — continúe. — Sólo si usted deja de decirme Mallory, odio que me llamen así dije con una sonrisa coqueta mirando a sus grises ojos. El elevó ligeramente las comisuras de sus labios para luego esbozar una sonrisa completa.

Y como desea usted que la llamen, señorita Adams dijo con gesto serio y la diversión presente en su mirada juntando sus manos sobre la mesa. Me tomé la libertad de soltar una pequeña carcajada frente a mí jefe, todo esto me parecía tan divertido, Kellan tenía su grisácea mirada sobre mí mirándome con algo que pude identificar cómo admiración.

Dime Mall dije luego varios segundos de silencio.

NA:

Cap 3!!!
Chicosss estoy tan emocionada de poder escribir esta nueva historia.
En el próximo cap les traigo una sorpresita.....

Pd1º:. Mallory Adams en multi 🙈

Pd2º:. Recuerden apoyarme regalándome sus votos y comentarios los aprecio muchísimo.

Nos leemos luego
Los amo Byee!!💋💋

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