LA BAILARINA

Un plan

CAPÍTULO EDITADO

Olivia

Ambos sentados en la misma mesa. Luego de semanas sin contacto alguno, esto parecía casi patético. No estaba segura si haber ido allí había sido una buena idea. No obstante, ya no podía volver. El auto de Drake había desaparecido en cuanto había entrado. 

-Bueno...-comienza a hablar Dylan, tratando de romper el hielo- Olivia yo...

-¿Por qué lo has hecho? -le interrumpí -. ¿No te has dado cuenta que arruinaste todo? 

-Estaba tan enojado, tan cegado por la ira... detesté que estuvieras del lado incorrecto -confesó y entonces entré en razón. Alejarme de él había sido la mejor idea que había tenido en el año.

-Destruir la relación por rabia es cosa de niños -me puse de pie, dispuesta a irme. No importaba que lloviera, no importaba que me enfermara. Alejarme de él era lo más sano que podía hacer por mi salud. No me manipularía otra vez, no ahora. 

Sentí algunas miradas de distintas mesas sobre mí. No había nadie de pie más que los meseros, pero no importaba. Ya nada tenía importancia. 

-Me gritaste en frente de todos, Olivia -agregó él y mordió su labio, como si tuviera más cosas guardadas que decir -. Y como si eso no fuera lo suficiente, preferiste a tus amigos antes que a mí -se tomó un par de segundos antes de continuar, y decidí a sentarme -. Luego llamé a mi vieja amiga, Sophie. No tomé consciencia de lo que hacía. 

Miré hacia mis manos. No quería seguir escuchando. Mi mente se había transportado a otro lugar, a otro tiempo. Recordaba cómo nos habíamos conocido, cómo no había esperado que me hiciera tanto daño.

En aquel momento era muy tímida para iniciar nuevas amistades. Stephanie siempre me había ayudado a socializar. Además, no tenía otra opción. Su novio John era muy popular, y siempre nos encontrábamos rodeadas de nuevas personas. 

En aquel momento, Stephanie no conocía a Brian, pero estaba pensando en la idea de apartarse de John. Nunca habían tenido una relación verdaderamente sana, y Stephanie estaba asfixiada de él y sus tonterías. 

Una tarde, John y sus amigos habían decidido sentarse junto a nosotras. Estaba tan aburrida que me concentré en comer. Los amigos de John eran tan patanes como él. 

-Espero verte en el baile de primavera -una voz me sobresalta. Era Dylan. Recuerdo cómo iba vestido. Siempre con sus chaquetas de cuero negras y ese peinado tan típico. Era un mujeriego y todo el mundo lo sabía -. Deberíamos ir combinados.

-¿De qué hablas? -aún no me había caído la ficha. A pesar de ser un idiota, tenía una belleza espectacular. Sus facciones parecían de modelo, y sus ojos marrones eran hipnotizantes. 

-Significa que irás al baile conmigo -afirmó y tomó un mechón de mi pelo para jugar con él. 

Recuerdo haberle quitado el mechón de sus dedos y a Stephanie gritando de felicidad una vez que le conté lo sucedido. Sentía un alivio de no tener que ir sola al baile con los amigos de John. 

Vuelvo al presente y dirijo mi mirada hacia los ojos de Dylan. 

-¿Qué ocurre? -preguntó él, cubriendo mis manos con las suyas. Intentaba tranquilizarme. Dylan siempre sabía cuando sentía ansiedad -. Respira, tranquila. Estoy aquí.

-Aún siento cosas por ti -le confesé y llené de aire mis pulmones, intentando no llorar -. Pero no va a seguir, Dylan. Ha sido suficiente. 

Drake

La celebración había terminado. Había sido bastante frustrante. Nunca me había gustado celebrar un empate. El fútbol americano se trataba de ganar, o por lo menos para mí.