ERRORES

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CAPÍTULO EDITADO

A la mañana siguiente mi destino era Los Ángeles. 

-Espero no me olvides cuando hayas vuelto -bromeó Brian. Llevaba una botella de cerveza en una de sus manos. Niego con la cabeza y le doy un ligero codazo que lo hace reír. -Es mejor que deje de tomar o sino cuando llegue a casa Stephanie me matará. 

-Mujeres -bufé. 

Típica frase de los hombres, pero muy cierta. 

-¿Ha pasado algo con Olivia? Porque Stephanie no para de decirme que eres un Idiota.

Vaya.

-Le he contado sobre el viaje y me ha mandado un maldito "Bien" -dije evitando su mirada; no quería ver la cara que iba a poner mi amigo.

No bromees, ¿Sólo eso ha dicho? -luego de terminada su frase, le conté lo que ella pensaba sobre la situación. -Maldita sea, Drake. ¡Con tu ausencia, Randall será el capitán del equipo!

-Lo sé -me crucé de brazos. -Espero que tú o Connor tomen ese puesto. -y me enfrenté con su mirada y le sonreí para luego añadir: -Aunque Mike podría a elegir a James, no juega nada mal.

-Ha llegado a hacer 5 touchdown en un sólo partido, eso es un talento -comentó.

-Como sea -hice sonar mis dedos. -Solo quiero irme de una vez sin siquiera mirarla a los ojos.

-Exageras mucho, Drake -lanzó un suspiro. -No te enojes, pero a lo mejor Olivia tiene algo de razón. Es una oportunidad para que pasen en familia. Además, podrás hacerle la vida imposible a Emily.

-O ella a mí -rodé los ojos y Brian soltó una carcajada nivel Dios. -Brian, ¿Crees que he sido duro?

-Aún así creo que Olivia debió haberte dicho algo más que solo un "bien".

OLIVIA'S POV

Aún no podía creer que Drake me haya echado de su casa. Estaba furiosa por eso, y no lo iría a visitar para sacarme la dignidad.

Drake me había echado de su casa. Estaba furiosa por aquel acto de inmadurez. Ni siquiera pensaba en verlo, perdería mi dignidad.

Quizá estaba siendo orgullosa, pero me sentía terrible. Lo bueno de todo era que, el año pasado mi tía se había mudado para españa y me había regalado unas llaves por si algún día quería hacer una fiesta o algo. Podía quedarme allí para no estar en la casa del cretino de mi novio.

-Hola, no te esperaba por aquí -dije abriendo la puerta. Era Austin, lucía totalmente nervioso. 

Mientras lo invito a pasar, no puedo evitar observar su comportamiento. Sus manos tiemblan, su sonrisa parece fingida y parece totalmente...ansioso. 

-Tengo que decirte algo -me comunicó al instante en el que se sienta en un sillón color blanco. Sonreí para que se sintiera confiado y siguió: -Un productor Europeo me ha llamado para firmar un contrato. Viajaré en unos días y creo que no volveré. ¡Cumpliré mi sueño!

-¡Eso es genial, Austin! -dije acercándome a él para darle un fuerte abrazo. -Te lo mereces, en verdad.

-Aún no caigo en que sea verdad -me susurró.

-Pues créelo, porque está pasando -dije apartándome y tomando sus manos. Él mira nuestras manos entrelazadas y de la nada, cambia su expresión de felicidad por una de absoluta tristeza.

-Aún no puedo dejar de pensar en tí de esa manera -admite en el silencio ya interrumpido. Aparto mis manos con delicadeza y lo miro confundida. No quería sentir pena por mi amigo pero, lo sentía. Lamentaba que no pudiera tenerme, porque era una gran persona pero, amaba a Drake. Y jamás lo dejaría por Austin. Ni por nadie. -Aún así, pienso que con el viaje podré olvidarte. Pero hay algo que necesito de tí.

-Austin...-murmuré. 

-Lo sé, lo sé -dice soltando una risa irónica. -Sé que Drake es el amor de tu vida, pero tú eres mi platónica. 

No pude evitar reír, mierda. 

-No quiero recordarte como la chica que nunca he tenido en mis brazos -confesó. -Quiero recordar que al menos, en algún momento, tuve algo pequeño contigo.

-¿Qué dices? -pregunté obvia. No quería reconocer lo que estaba pasando, estaba vacilando  en aquella situación.

-Un beso -dijo y bajó la vista hacia mis labios. Parpadeo un par de veces y volvió la mirada a mis ojos. -Nadie lo sabrá.

-Drake...

-El tampoco se enterara -insistió y tomó mi mano con firmeza. Sus ojos irradian ternura.

Drake era mi pareja, jamás podría hacerle algo así. A pesar de nuestra disputa, el lo era todo para mí. Lo amaba. No obstante, Austin siempre había estado queriéndome. Y nunca había tenido la oportunidad de tenerme a su lado.

No podía responderle, estaba totalmente asustada e insegura. 

Esto no era cualquier cosa.

-Un beso verdadero -sus palabras irrumpieron en mis cálculos mal hechos. -Imagina que soy él. Siéntelo.

Cerré los ojos, sentía mucha presión. Segundos después, sentí cómo sus labios se fundían en los míos. Cómo el leve tacto se transformó en algo profundo y tierno. Nada desesperado o desagradable. 

Se acerca un poco más, separando los pocos centímetros que quedan en nuestros cuerpos.

Una de sus manos está en mi espalda, impidiendo que regresara hacia atrás y evitara el siguiente paso: Su lengua en mi boca.

Quedé impresionada por lo bien que besaba, pero no podía más...

La culpa, Drake; él no merecía esto.

No era zorra, no era como Emily o muchas. No quería ser así. Lágrimas empezaron a caer sobre mis mejillas, mis labios comenzaron a temblar y no tardé más en romper en llanto y separarme de mi amigo. 

-Oye, tranquila -intentó calmarme y me abrazó conteniendome.

-Tú no entiendes, tengo a un novio genial y le he sido...infiel. 

-No debí haberte pedido esto -dice tratando de recapacitar sobre los hechos. -Lo siento, me rompe verte así.

-Esto es un error -balbuceé. -Soy un asco.

Austin negó con la cabeza y largó un gran suspiro. Esta vez él sentía pena por mí.

-No puedes decir que eres un asco solo por el hecho que has cometido un error. El humano los comete todo el tiempo, está arraigado a ellos. Es parte de la naturaleza humana, Olivia. No puedes luchar con eso y no es tu culpa. Los errores no nos definen. Tú eres más que un error. Y yo soy más que un cretino que le pide a su amiga con novio que lo bese. 

Silencio.

-Ambos cometimos un error compartido, y somos buenas personas. 

-Lamento esto.

-No, créeme -me responde. -Yo lo lamento. Pero prometo que no verás jamás. 

-Te veré por televisión -dije subiéndole el ánimo. -Serás famoso.

Austin sonrió en cuanto dije eso y me aparté de él, mirándolo con una media sonrisa.

-Y yo te mandaré saludos, amiga -dijo. -Lo único que lamento es haberte visto así, llorando.

Miré nuestras manos, aún entrelazadas. Su mano en mi espalda cambia de rumbo hacia mi otra mano.

-No somos errores, somos humanos -dije mirándolo, comprensiva.



LA BAILARINAWhere stories live. Discover now