Despierta.

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CAPÍTULO EDITADO

La noche estaba más que oscura, no había ninguna estrella. Lo único que podía alumbrar las calles era el brillo de la luna y las luces de los pocos autos de la carretera. 

Poco a poco, la cantidad de autos disminuyeron. Crucé la calle sin problemas, y enseguida entré al edificio de Olivia. Me iba a dirigir a su piso, pero el portero me paró.

-¡Oye! Son las 22:50, ¿Qué hace usted aquí?-preguntó.

-Disculpe la hora señor, soy el...- iba a decir que era el novio de Olivia, pero eso no era cierto.-Soy un conocido de Olivia, una de sus hospedantes. Le ruego que me deje entrar. Me ha llamado con una urgencia.

-¿Usted es Drake? -preguntó mi nombre. Asentí asombrado y enseguida el hombre se colocó los anteojos para verme de arriba hacia abajo. Luego fue hacia su escritorio y de un cajón con candado, sacó un papel. 

Fruncí el ceño. El hombre me entregó el papel y lo que dijo me asustó totalmente:

-Ha salido temprano, aún no ha vuelto. Pero alguien me ha dicho que si la buscabas, te diera este documento. -me miró con cierta preocupación.

-¿Quién se lo ha dado? -pregunté abriendo el papel con cuidado.

-No lo sé, creo que un chico. No lo distinguí muy bien. Estaba muy tapado. Y si, con los fríos que hace, no lo culpo.

Traté de leer la nota. Decía: 

 << Has perdido el tiempo. Ven a la fábrica abandonada a 3 cuadras. >>

Le agradecí al señor por la carta y me dirigí a mi nueva ruta. Por el camino la tiré, no la necesitaría más. Me faltaba una cuadra para poder entender qué estaba pasando ¿Sería un plan de Olivia para decirme que me amaba a solas? 

Eso suena estúpido. Ella era directa, ni siquiera hubiera usado las cartas para comunicarse conmigo. Pero algo me traía mala espina, como el grito de la llamada. 

La fábrica empezó a ser visible ante mis ojos. Y mis nervios se sumaban paso a paso que daba.

Aceleré el paso con la mano en mi bolsillo. Abrí las puertas y un ruido molesto sonó. No había luces prendidas, ni ningún sonido peculiar al cual prestar atención.

Empecé a explorar la parte de abajo con cuidado, tratando de no hacer tanto ruido como lo habían hecho las puertas al principio. Y entonces, -acomodado en el suelo- vi la campera de Olivia... No hacía falta pensarlo siquiera. Conocía esa campera. La había usado conmigo.

Quería gritar con todas mis fuerzas quién estaba con ella y qué mierda le había hecho.

Fue cuando subí en el segundo piso, que las cosas se volvieron más misteriosas. Había cosas tiradas por todos lados, y lugares despejados de todos ellos. Pude localizar entonces una silueta femenina tirada en el suelo a lo lejos. 

Sin pensarlo dos veces, corrí hacia allá. Cuando me acerqué, me coloqué de rodillas para divisar su rostro.

-¿Olivia? -pregunté tratando de encontrar suerte.

-Drr-dra... ¿Drake? -tartamudeo con pequeños sollozos en voz baja.

-Oh por dios. -suspiré  y la abracé. Olivia estaba atada en el suelo por varias cuerdas, hasta llevaba una en su boca. Tenía algunos moretones en sus brazos y en su cara había un pequeño corte en la frente. -¿Quién te ha hecho todo esto?

-Debes irte. -se limitó a decir. No la comprendí. -Drake, corre. ¡Es una trampa!

A mis espaldas sentí unos aplausos que resonaron por toda la habitación, haciendo que una corriente eléctrica recorriera mi espalda. 

LA BAILARINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora