¿Ocupar su lugar?

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CAPÍTULO EDITADO

Luego de un mes en el hospital, de las enfermeras, y de no ver tanto a Drake, me dirigía a casa junto con Stephanie, quien prestaba atención a cada paso que daba por si me caía.

-Sabes que no me caeré -le dije entre risas.

-Sabes que lo hago por cuidarte -repitió jugando con su voz.

Le eché la lengua y ella hizo lo mismo. Al llegar a casa, me tiré en el sillón y contemplé el viejo vidrio roto. Ese mismo vidrio causaba tantos recuerdos en mí...

-Mañana ese vidrio se cambia -decidí en voz alta y Stephanie se limitó a mirarme. Sabía que lo hacía por respeto, y porque no quería tocar el tema.

Tomé un almohadón y con todas mis fuerzas termine de romper el vidrio. Satisfecha, dejé el almohadón en su lugar y me dirigí hacia mi habitación.

Todo se encontraba en su mismo lugar...

Me senté a los pies de la cama y eché un vistazo a mis alrededores. En mi cómoda ya no había recuerdos de Ian. Ni los malditos portaretratos. Stephanie debió haber quitado todo lo que estuviera relacionado con él.

Me deslicé por la cama desordenando un poco las sábanas y estiré mi brazo para alcanzar la mesita de luz y abrí el cajón. Allí encontré una foto que conservaba de mi relación con Drake. Rota. Pero estaba el.

Y entonces recordé todo lo ocurrido. Desde el principio de todo. Me volví para mirar al techo y, con ambas manos sobre la fotografía, la apoyé en mi pecho con fuerza.

Y sonreí.

Drake's POV

Ahora que he vuelto a casa, Lucy me ha dado una gran bienvenida. Con esto me refiero a la comida, pfff. Galletas, CupCakes, dulces...

Y un fuerte abrazo.

Mis padres se habían enterado por medio del hospital, pero aún no estaban en casa. Acto siguiente al estar en casa, la madre de May recogió a las chicas para llevarlas al cine.

En el momento que estuve a solas pensé en lo que haría con mi vida. Tenía una gran parte hecha, pues tenía a Olivia mi lado. Sin embargo, necesitaba algo esencial para poder vivir.

Así que tomé una decisión. Quería jugármela y seguir mi sueño: ser un jugador de fútbol americano. Durante el tiempo que pasé en el hospital, reflexioné sobre la charla que había tenido junto a Mike.

Tomé mi chaqueta y me dirigí hacia el instituto. Mike podría estar dando clases, pero era urgente verlo. Cuando llegué, ocurrió lo mismo que antes. Varias chicas silbaban y los chicos me mandaban miradas asesinas. Luego de entrar a los vestidores, me dirigí a su oficina. Había alguien en su silla, a espaldas.

-¿Mike?-pregunté con una sonrisa de oreja a oreja. Al ver que tenía el cabello largo y rubio, divisé que no era el. La silla dio un giro y ahí pude ver a Emily. Me molestaba el simple hecho que se sentaran en la silla de Mike, pero más me molestaba que ELLA se sentara en ese "trono".

-Varios meses sin verte, Parker -rompió el hielo.

-¿Qué haces sentada en la silla de Mike? -pregunté, enfadado.

-Oh... -dijo en plan disculpas viendo la silla con pena. - ¿Esta es su silla?

-No juegues conmigo. ¿No estabas en otro país? ¿Dónde está Mike?

-Pues, gracias por preguntar. He llegado bien y sin rasguños. -comentó emparejandose las puntas del cabello. -Y mike... Ha expirado su tiempo aquí.

Quise gritarle, pero mi voz se quebró. ¿A qué se refería esta idiota?

Sin pensarlo dos veces, me acerqué a ella y la tomé del brazo para sacarla del asiento de Mike.

-Honey, tranquilizate. Trátame con cuidado. Ya no soy la de antes. -respondió alejándose de mi lado.

-Siempre serás una fácil, eso nunca cambiará. -ataque. Ella frunció el ceño y largó una carcajada molesta.

-Mi padre es el nuevo director y yo me encargo de controlar a los docentes. Y he visto que Mike lleva años aquí. Necesita respirar. -respondió cruzada de hombros.

-Joder, Emily. Eres de lo peor. -me iba a dirigir hacia la puerta pero ella me tomó de ambos brazos y rápidamente me dio un beso en los labios. Le empujé contra la pared y la miré sumamente enojado. -Nada más que una pobre fácil. Das pena, mujer. No le llegas ni a los talones a mi novia, celosa.

Y dicho lo siguiente me marché con pasos decididos. No lo podía creer.

Me sentía enfurecido con que Emily haya hecho eso. Mike había sido un gran profesor y compañero en el deporte que más admiraba. Un elemento importante en el deporte al que te dedicas es llevarte bien con tus compañeros. Y sobretodo con tu entrenador.

Toqué la puerta de la casa de Mike y el abrió instantes después. Llevaba una camisa azul marino y unos pantalones color verde pantano. Nada combinaba, pero me alegraba verlo bien. Me invitó a pasar y yo accedí. Su casa tenía varias estanterías con trofeos e insignias importantes.

-Dime, ¿Qué haces aquí, Drake? -preguntó sentándose en un sillón beige. Me coloqué frente a él y miré hacia los trofeos.

-Cuando el equipo empezó a tener reconocimiento tú tuviste una reunión de padres aquí.

-Tienes razón. -se mordió el labio inferior, intentando contener la risa. -Qué poca memoria tengo. No pensé que lo recordarías, fue hace un par de años.

Silencio.

-¿Tu tiempo ha expirado? Si o No. -pregunté sin dar vueltas a la situación. Lo miraba a los ojos, casi como una acusación. El seguía en la misma postura, con la misma mirada.

-Si. -asintió.

-¡No puedes dejar que te hagan esto! Ese director no te conoce ni la mitad de lo que nosotros lo hacemos. ¡No te lo mereces! Esos chicos necesitan de ti para triunfar, necesitan de tus estrategias. Te necesitan y te necesitamos.

Mike se puso de pie y empezó a aplaudir. Enarqué las cejas y lo miré sin comprender que hacía. ¿Acaso me estaba tomando el pelo? Él sonrió y volvió a sentarse, complaciente.

-Serías un buen profesor, ¿Lo has pensado?

-Mike...

-Emily y su padre tienen razón, Drake. Mi tiempo ya ha expirado. Debo dedicarme a otro tipo de cosas, buscar otros Hobbies. El puesto está desocupado. Y es cierto, esos chicos necesitan de alguien para triunfar, para seguir el deporte. Pero yo ya no puedo ser esa inspiración. Pero mira, tu sabes todo, Drake. Te he enseñado todo lo que sabes, ¡No podrías fallar!

-¿Supones que yo...

-Hazlo por mí. -pidió con total sinceridad. -Además lo necesitas para tu futuro, porque por lo que sé, aún no sabes qué harás. -alzó las cejas y me sentí avergonzado.

-No soportaré a esa rubia. -rodé los ojos y el río para luego ponerse más serio.

-Estás aquí por deporte, olvídate de los tontos que no lo valoran. -sonrió orgulloso. -Ahora ve e inscribete-dijo y se levantó para despedirse. -Un placer verte Drake, ven más seguido.

LA BAILARINAWhere stories live. Discover now