Esplendor de Luna

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CAPÍTULO EDITADO

Desperté sobresaltado. Al principio tuve dificultad para respirar. Ya no me encontraba en ese horrible lugar abandonado, ahora me rodeaban estanterías con remedios baratos y unas vendas por partes de mi cuerpo. 

¿Cómo había sobrevivido a todos los golpes? ¿Dónde se encuentra Olivia?

-Hola, Drake. Soy el enfermero Mr. Johnson. -se presentó un hombre con ojos marrones y una gran sonrisa. Llevaba una túnica blanca y una libreta en ambas manos.

-¿Cómo me encontraron? -pregunté tratando de sentarme pero el no me lo permitió. 

"Es demasiado esfuerzo para en el estado físico que estás" 

-Pues, has tenido mucha suerte. -hablaba con una media sonrisa. -Tus heridas pudieron haber empeorado con el paso del tiempo. Incluyendo a ell.. -lo miré atentamente, pero se calló para responderme más directo. -Tuvo suerte que una amiga suya le haya contactado a la policía y a 2 ambulancias. 

-¿Alicia? -pregunté y el asintió un poco confuso. -Oiga, había una chica conmigo.

El hombre me miró atento y dejó a un lado la libreta para sentarse a los pies de la camilla en la que me encontraba. 

-Está en otra habitación. -respondió.- Está con vida, pero frágil. 

Solté un gran suspiro y me dediqué a mirar por la ventana a mi lado. Y entonces pensé. Ya todo había terminado: los problemas. Ahora podía estar con Olivia sin problema alguno. Nos habíamos reconciliado y después de lo ocurrido, ya no había ningún obstáculo para estar juntos.

-¿Puedo verla? -pregunté, por fin. El negó con la cabeza.

-Está descansando. -agregó. -Está siendo atendida por enfermeras. Estará bien.

Dicho lo siguiente se largó de la habitación.

Me había pasado toda el día pensando en cómo estaría Olivia. En cómo la estaban tratando; su salud. Me apené un poco al saber que había metido a Alicia en problemas. El mismo doctor más tarde, -cuando traía algo para comer -agregó que la habían interrogado sobre el caso de Ian.

Mi madre había venido a visitarme junto con mi padre y Lucy. Pero como Lucy era menor de edad, no le permitían entrar a verme.

 La noche ya había caído y algunos destellos de luz de la ciudad entraban como intrusos por la ventana. Me apoyé sobre mis brazos para dormir, la almohada era incomodisima.

¿Le habían metido piedras?  Debes de dejar de delirar, Drake. Dios.

Me levanté con cuidado y me sentí algo mareado. Volví a sentarme y luego traté de caminar. Al poder hacerlo mejor, me asomé por la ventana. Las grandes vistas de la ciudad entraban por mis ojos. No había tanto tránsito, pero los coches circulaban por las calles. La luna se encontraba un poco oculta ante las nubes y completamente solitaria; sin estrellas.

Miré para los costados, donde se veían las ventanas de los otros pacientes. La mayoría estaban cerradas, hasta que vi a una chica sobresaliendo de una ventana. Llevaba una bata blanca y su cabello era corto. De repente, cruzamos miradas y pude saber que, a pesar de la distancia, era Olivia. 

Tenía ganas de ir a buscarla y darle un buen abrazo. Entonces salió de la ventana y cerró las cortinas. Extrañado, volví a mi lecho y me senté en dirección a la ventana para seguir viendo las vistas de la ciudad desde más lejos. 

Pasó un buen rato antes de que alguien me tomara por los hombros para deslizar sus manos hacia mi abdomen suavemente. Cerré los ojos y sonreí. Decidí darme la vuelta... y la ví. 

Tan linda como siempre.

-¿Te encuentras bien? -me preguntó y reí. Tenía algunos moretones en sus brazos, y aún llevaba el corte de su frente.

-Ya todo ha terminado. 

-No quiero pensar en eso, ¿Sabes? -dijo alejándose de mí hacia la ventana. Me puse de pie y fui detrás de ella, viendo su vestimenta. Llevaba una bata. No obstante, se notaba que llevaba algún tipo de calsa por debajo. -Hoy la noche se ve genial, aún sin estrellas.

Le desabroche su bata por detrás y logré ver su espalda. Aquella cual lucía grandes heridas por los latigazos. Besé cada una de ellas a pesar de su condición y Olivia dio un pequeño alarido de dolor ante una.

-No debiste haber hecho eso.

-Pensé que habías muerto. Al saber que estás viva, me has alborotado. -bromee y la abracé. Ella lanzó una carcajada y me tomó las manos para rodear su cintura. -Amo estos momentos.

-Si le preguntas a mi cintura, ni te imaginarás la dulce respuesta que te podría dar -respondió.

Quedamos un rato en silencio, mirando las afueras del hospital. Esta vez, la luna se veía completa, y las nubes se alejaban a su alrededor.

-Se ve muy bonita la luna, ¿No lo crees?-preguntó mirándome con entusiasmo. Asentí y ella siguió: Creo que hay lunas más bonitas.

-¿A qué te refieres? -pregunté confundido.

-Considero que la luna es algo espléndido. Algo hermoso como las personas. Como tú -mencionó. - Hay veces que la luna brilla, y otras veces no. Pero cuando lo hace, nos impacta por su gran esplendor. 

No sabía a qué quería llegar con todo lo que me decía, pero la seguí escuchando.

-Es algo que nadie puede comprar. Es algo común, que no muchos valoran. ¿A quién le importaría una simple luna? -dijo y esta vez regresó su mirada hacia la ciudad.-Cada persona tiene algo en especial, como la luna y su esplendor. Muchas veces lo demuestran, mostrando lo mejor de sí, en el mejor momento. 

-Dices que cada persona tiene un esplendor interno -pensé en voz alta.

-No sólo eso. Cada persona tiene "Ese esplendor" que pocos admiran. Como nosotros apreciamos la luna. Y creo que, tu eres el mejor esplendor que he visto. No eres tan conocido por todos, pero tú maravilloso genio hace que seas muy agradable a la hora de conocer personas. 

-¿A qué quieres llegar?-dije riendo por todas las vueltas que hacía. 

-Que cuando sacrificaste tu vida para salvarme, vi ese esplendor. Y jamás vi algo tan bonito y preciado. Y no puedo creer que sea mío. -se calló un segundo y siguió. -Pensé que no lo conseguiríamos. Pero gracias a tí, estoy aquí... a tu lado.

No pude evitar que unas pocas lágrimas salieran de mis ojos con la nostalgia de aquella noche.

-Te amo, Olivia. -mordí mi labio para aguantar el llanto. Ella sonrió y alzó una ceja. -Deseo que seamos algo más de lo que somos en este momento. Ese "algo" quiero que signifique que estas conmigo.

-Tu eres mi luna, mi chico. -se dio la vuelta y vi sus ojos azules brillar más que nunca lo he visto antes. -Y digo que sí.

Y me besó.

LA BAILARINAМесто, где живут истории. Откройте их для себя