CONFESIONES/ NUTELLA

70.2K 3.9K 710
                                    

Olivia

Grido era una de mis heladerías favoritas. De forma que, cuando Austin me invitó a tomar un helado en Grido esa tarde, no dudé en ir. Mientras yo había optado por un helado de chocolate y con almendras para mí, Austin se decidió por un helado común de crema y chocolate.

-Sabes que pude haberlo pagado  -bufé. No me gustaba que las personas pagaran por mí. Siempre sentía que terminaba teniendo una deuda con las personas, aunque solo se tratara de un gesto amistoso. 

-Pero yo lo he hecho -dijo Austin, revolviendo con su cuchara el chocolate y la crema. Diablos, que manera tan espantosa de comer helado. ¿Quién carajos mezcla los sabores? -. La próxima pagarás tú.

Asentí sin objeciones. De todas formas, no creo volver a salir comer helado con alguien que desprecia los gustos de tal forma que los convierte prácticamente en una sopa dulce. Comienzo a reírme, creo que Austin ha percibido que no me estoy tomando bien la forma en la que come helado. Rueda los ojos y entonces se pone de pie. 

-Hay un parque cerca de aquí, ¿Qué tal si vamos? Podríamos hamacarnos -propuso él, mientras se limpiaba con una servilleta el pantalón la mancha de crema que tenía. 

-Eres un niño -le doy un ligero golpe en el hombro, impidiendo que pueda limpiarse. Me mira con mala cara y se muerde el labio malhumorado-. No se te fue lo batman ¿Eh?

-¡Oye!  Tan solo era un niño -se quejó, devolviéndome el golpe en el hombro -. Además, son hamacas, ¿Quién se resiste a ellas?

Me encojo de hombros. Tenía razón. Cualquier persona en el mundo siente un poco de debilidad al ver una hamaca. Supongo que nos hace recordar a la libertad de ser un niño, la sensación de ver al mundo sin mentiras y sin desgracias. Es la forma más ciega de ver bonito al mundo.

-El que llegue último lavará las toallas del otro -reí y estrellé mi helado contra su frente para ganar tiempo. No sé en qué contexto podrá lavar mis toallas, pero la creatividad en las frases no es mi fuerte. 

-¡Oye! -se queja detrás mío. Iba corriendo a toda velocidad -. ¡Te ganaré, Olivia!

Drake

Era una tarde tranquila. Por fin estábamos solos con mi hermanita, viendo sus películas favoritas de Disney. Lucy me había amenazado en delatarme con nuestros padres por la fiesta del otro día. De modo que, no quedaba otra opción más que acompañarla en su maratón infantil. 

-No me gustó el final -emitió enojada, viendo la cara de Mackenzie de teen beach movie 2. Estaba cruzada de hombros y algunas lágrimas corrían por sus mejillas. Desearía que estas fueran mis únicas preocupaciones pero, qué drama santo dios. 

-A mi menos -me crucé de brazos, rodando los ojos hacia la ventana. Había un pequeña ventisca -. Encima que me obligas a ver estas películas, tienen finales deprimentes. Lucy me amenaza con la mirada y se dirige a cerrar la ventana. Frotándose los brazos, me dirige una mirada seria y me pregunta dónde se encuentra Olivia -. Seguramente con Austin.

Mi hermana se acerca rápidamente hacia mis brazos y me observa con ojos curiosos, clamando que le cuente la historia completa. Suspiré. 

-No te creas que te diré cómo lo sé. 

Hizo puchero y me clavó una patada inofensiva en el estómago. Tomo ventaja y le hago un par de cosquillas en el pie, el cual me regala otra patada -no tan inofensiva - en la mandíbula. 

-¡Lucy! 

-Yo también tengo información valiosa -confesó, sin pedirme perdón. Al parecer, le parezco una drama queen.

LA BAILARINAWhere stories live. Discover now