COMPAÑEROS DE VIDA - Sterek, Sciam M-PREG

CAPITULO EXTRA 14: ¿TU?

--¿AMOR?—Chris agarro de las mejillas a Peter cuando este empezó a removerse un poco, no supo cuanto tiempo estuvo inmerso en sus recuerdos que habían sido borrados, pero que ahora habían vuelto a su memoria como si aquellos momentos hubieran sucedido ayer--¡Gracias a dios despiertas!

Sintió los brazos fuertes del Argent, los cuales amaba y jamás quería dejarse de sentir de esa manera, Chris lo amaba y lo sabía, siempre lo amo y por supuesto que Peter no necesitaba decir cuánto amaba a Chris para que este sepa aquel inmenso sentimiento que sentían mutuamente.

--¿Cuánto tiempo estuve del otro lado?—pregunto sin aflojarse del cuerpo de Chris.

--unos cuantos minutos, pero aun así pensé que te habían envenenado—suspiro el otro.

--y dejarte para que alguien más toque tu cuerpo, ni pensarlo—Peter se estremeció con solo pensarlo—definitivamente no te dejaría.

--estúpidos hombres lobos y su posesividad—sonrió Chris.

--¡oye!—gruño Stiles—solo yo puedo insultar a los hombres lobos, no me quites mi trabajo.

Derek rio y jalo a Stiles para besarlo y luego separarse abruptamente, el castaño frunció el entrecejo.

--¿Sucede algo?—pregunto Chris al ver que Peter también se puso de pie al instante.

--el olor...--gruño Peter.

--son de los niños—completo Derek.

Stiles y Chris se tensaron, si el olor de los pequeños llegaba hasta los lobos eso solo podía significar que estaban cerca, y si estaban a tan poca lejanía también traía otro significado, los secuestradores estaban con ellos.

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Icker podía sentir el arma que apuntaba a su espalda, sus músculos estaban contraídos y sus dientes apretados por los bajos gruñidos que soltaba, tenía los ojos vendados pero podía sentir a Tyler muy cerca de su cuerpo, el calor corporal de su compañero estaba ahí, a su lado y aquel olor tan típico del chico también, aunque esta vez estaba teñido con un poco de temor y aquello lo hacía molestar, siempre había estado para proteger a Tyler y ahora que es cuando más lo necesitaba no podía hacer nada.

Un golpe en su pecho lo hizo detener y soltó un ladrido casi característico de los hombres lobos, pero no estaba transformado, no es que no quería hacerlo, pero el acónito que colgaba en su pecho lo debilitaba, no era tan fuerte la dosis pero era lo suficiente como para detenerlo de cualquier ataque que quiera hacer.

--¿decidiste en matarnos?—escucho la voz de Sebastián resonando en todo el lugar y se tenso más de lo que estaba, para sus once casi doce años no era muy buena esa tensión en su cuerpo pero al ser hombre lobo, no le dañaba en nada.

--simplemente hemos llegado a nuestro destino—hablo nuevamente el hombre con aquella voz tan dura.

--¿Tyler?—pregunto en susurro.

--aquí...estoy—escucho la debilidad en aquella voz y se sintió marear.

--¿Qué te han hecho?—gruño con la voz desviándose un poco.

--es solo el acónito—respondió el hombre de voz gruesa.

--cuando me quites estas vendas, juro matarte con mis propias manos—refunfuño Icker para luego sentir un golpe en su nuca con la culata de un arma.

Cayó en inconsciencia no sin antes escuchar su nombre salir de los labios de Tyler.

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