Capítulo 11

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CAMILA
**

Mis días se habían vuelto monótonos y aburridos: ir al colegio con las chicas y Lauren, volver a casa y hacer mi tarea, para cenar más tarde con los padres de Lauren y claro, Lauren. Los fines de semana salía con las chicas y Lauren, y al final del día cuando estaba por dormir solo pensaba en alguien, si... en Lauren. Ella era el denominador común en mi vida y no había momento del día en el que no estuviese. Me sofocaba, me molestaba.

Me desesperaba que con todos los demás fuese amable y conmigo todo lo contrario, me molestaba que fuese tan perfecta y no le importara restregármelo en la cara, me molestaba que siempre era yo la que quedaba como una grosera cuando le respondía mal a Lauren. Me molestaba su indiferencia, me molestaba que pareciera tan impenetrable, serena e impasible.

*

— En todas las pijamadas lo único que hacemos es ver películas y comer, me aburre— se quejó Dinah.

— ¿Qué tal si jugamos verdad o reto? — Las chicas y yo nos miramos las unas a las otras, todas asentimos en acuerdo—. Yo empiezo... Camila, ¿verdad o reto? — preguntó Ally.

— Verdad.

— ¿Quién fue la última persona a la que besaste?

— Michael— dije, Normani y Dinah abrieron la boca en sorpresa.

— ¿Michael, el que es un año mayor que nosotras y esta buenísimo? — Preguntó Normani.

— Eso cuenta como otra pregunta— las interrumpió Lauren.

— Está bien, mi turno... Lauren, ¿verdad o reto? — pregunté.

— Verdad.

— ¿A quién de nosotras besarías? — Ella sonrió de lado antes de contestar.

— A ti.

Mi corazón se aceleró y mi respiración se volvió pesada, sentí como mis mejillas se sonrojaron y todo lo que podía hacer era mirar a Lauren, que seguía con la sonrisa de lado, de manera arrogante.

— Normani, ¿verdad o reto? — Preguntó Lauren.

— Verdad.

— ¿Quién te gusta?

— Dinah— dijo sin titubear y todas nos giramos a Dinah para ver su reacción. Estaba pálida y con una mirada de asombro—. Aunque DInah es casi perfecta, me encantan los chicos.

— No evadas la pregunta— le advertí.

— Daniel, va conmigo en biología.

Dinah salió de su trance y se abalanzó a Normani, que no pudo detenerla por no estar esperando eso. La estaba atacando con cosquillas y le decía 'idiota' una y otra vez, haciendo que todas nos riéramos.

— Me toca— dijo Normani cuando Dinah se separó de ella—. Ally, ¿verdad o reto?

— Verdad.

— ¿Qué tanto haces con Joe en el auto siempre que salimos? — Miré de reojo a Ally que se había puesto roja y a Dinah que se reía de la pobre chica.

— Arreglo mi maquillaje... Mi turno, Dinah, ¿verdad o reto?

— No te creo ni un poco, elfo... Y voy a escoger reto, porque todas ustedes son unas cobardes.

Ally sonrió de manera maliciosa y se quedó mirando a Dinah por unos segundos. Se levantó y buscó un envase de Nutella que había en la mesa, se lo pasó a Dinah, que la miraba confundida.

— ¿Quieres que lo coma?

— Si... Pero del brazo de alguien más. Tu escoges quien.

Todas mirábamos expectantes a Dinah, esperando ver a quien escogía para embarrarla de Nutella y lamerla de su brazo.

Ella se levantó y caminó hasta Lauren, subió su suéter y con su dedo sacó un poco del chocolate y lo puso en el brazo de esta. Lauren permanecía impasible y con una expresión neutra en su rostro, las chicas y yo mirábamos atenta la escena. Dinah comenzó a lamer la Nutella del brazo de Lauren sin ninguna restricción y por un momento, tuve ganas de decirle que ya era suficiente, que ya ahí no había más chocolate que lamer. Quería que dejase de lamer el brazo de Lauren. Yo quería ser la que estuviese en su lugar, posiblemente lamiendo alguna otra área, porque yo tenía ese derecho, no ella.

Me sentía... ¿celosa?

Descarté el aterrador pensamiento de mi mente y me concentré en el juego. Lauren se limpió la saliva de Dinah del brazo con su suéter y la más alta devolvió el envase a su sitio.

— Me toca, Lauren, ¿verdad o reto? — Preguntó Dinah.

— Reto.

— Parece que tenemos a otra valiente en el juego— se burló—. Te reto a que te metas en el armario con Camila por cinco minutos.

— ¿Solo eso? — Preguntó Lauren, de manera arrogante.

— ¿Qué pasa si yo me opongo? — Pregunté.

— Vamos, Mila, es solo un juego— me ánimo Ally.

De mala gana me levanté y seguí a Lauren hasta su armario, que era bastante pequeño y estaba lleno de mucha ropa como para que dos personas se metieran en el.

— Ahora vamos a poder decir que ya salimos del armario— comentó ella. Rodé mis ojos y traté de separarme lo más que pude—. No muerdo, ¿sabes?

— Estoy tratando de alejarme de ti— le dije.

— Cuidado, Camila— me advirtió cuando empecé a moverme, como buena persona rebelde que era, la ignoré y seguí moviéndome hasta que tropecé con algo y nos hice caer a las dos pegadas a la pared. Los brazos de Lauren me sostenían por la cintura y sus labios estaban bastante cerca de los míos. Un pequeño movimiento y podría conectar nuestros labios. ¿Serían sus labios tan suaves como se veían? ¿Besaría tan bien como presumía?

Ella se inclinó hacia adelante, y nuestros labios se tocaron levemente, de manera muy superficial como para considerarlo un beso. Moví mi cabeza hacia un lado para que el beso fuese más cómodo y ella se acercó más a mí, pero la voz de Dinah diciéndonos que saliéramos nos devolvió a la realidad.

**

LAUREN

Si había algo peor que vomitar en medio de una fiesta estando borracha, eso era la resaca. La resaca que seguramente había sido creada por el demonio para castigar a aquellos mortales como yo.

Me levanté de la cama como pude y bajé hasta la cocina para buscar algo de agua. Si tenía suerte también encontraría una aspirina que me ayudara a lidiar con el dolor de cabeza. Volví a mi habitación después de encontrar mi salvación y sabía que no tenía caso volver a intentar dormir, no iba a poder hacerlo. En vez de eso, me puse a pensar en lo que había hecho en la fiesta y los recuerdos inundaron mi mente. Quería hacerme una bola y ocultarme en mis mantas, hasta desaparecer, y eso fue lo que hice, aunque no tuve mucha suerte en lo desaparecer.

Sentí como algo se movía en mi cama y vi a Dinah que se había despertado a causa de mis sollozos. Ella me sostuvo en sus brazos y me consoló hasta que me calmé un poco.

— La engañé, engañé a Camila— le dije, para hacerle saber porque lloraba.

— Eso no importa ahora, Lauren. Respira, ¿sí? — Le restó importancia, pero para mí no era algo pequeño, era algo grande.

— No entiendes, Dinah, engañé a Camila, la engañé con Sophie.

— ¿Qué hiciste qué?

Dinah se levantó de la cama, entendiendo ahora la gravedad de lo que yo había hecho y ya no me miraba con compasión como lo hizo minutos antes, lo hacía como si le repugnara, le diera asco. O tal vez era yo la que me veía de ese modo y pensaba que los demás también lo hacían. 

gone; camrenWhere stories live. Discover now