Capítulo 24

11.9K 1K 303
                                    


LAUREN

La vida en la cárcel no era tan mala como yo pensaba, o tal vez era porque había estado en una celda limpia que no debía compartir con nadie. Pero podría acostumbrarme a ser una prisionera sin problema alguno.

¿Para qué quería ser libre si no tenía a quien me daba razones para querer serlo?

Lloré, grité y tiré todo lo que pude encontrar en aquel espacio. Golpeé la pared tantas veces pude hasta que mis nudillos dolían. Maldije a quien escribiese el destino y se le hubiese ocurrido que alejar a Camila de mi lado era una buena idea.

Pero luego de aquel episodio, me sentía bien. Como si me hubiese quitado un peso de los hombros.

— Puedes irte.

Miré con sorpresa al policía, pensando que mi vida había acabado y que pasaría lo que restaba de ella en esa celda. Ya me había hecho la idea de que ese sería mi nuevo hogar. Pensaba en cómo sería la comida de la correccional, las camas, las actividades, el área común y las demás reclusas. 

Al ver a mi padre, comencé a llorar. Aunque esas horas en la cárcel fueron buenas para mi mente, no lo serían para mi futuro y sentía que lo había decepcionado.

— Lo siento, papá... Sé que esto va a estar en mi expediente y va a ser difícil que me acepten en cualquier universidad... Y cuando quiera aplicar para un trabajo esto va a salir en mi record... Pero prometo que voy a esforzarme, voy a trabajar todo el tiempo que haga falta para pagarte mi fianza— dije, apoyándome en su pecho mientras las lágrimas salían sin control.

— Hey, está bien— murmuró, acariciando mi cabello.

— No, papá, no está bien lo que hice... Yo debí callarme y ser más respetuosa, falle a todos los valores que me enseñaste y...

— Lauren— me interrumpió—. Todo está bien, ¿sí? Hablé con el sargento y me dijo que solo lo hizo como una advertencia. No va a quedar en tu expediente ni tuve que pagar una fianza.

— ¿En serio?— Pregunté incrédula. Él asintió.

— Solo me gustaría que te disculparas con él y evitaras venir a la comisaría. Sé lo mucho que te importa Camila y estás en un momento en el que te alteras con facilidad y no me gustaría que hicieras algo de lo que puedas arrepentirte luego.

Asentí y volví a abrazarlo, sintiéndome protegida en sus brazos. Algo que no sentía desde que Camila se había ido.

*

— Es tan loco que hayas estado en la cárcel— comentó Normani.

— Es una lástima que salieras tan rápido. Ya hasta había revisado los horarios de visita— se burló Dinah, haciéndonos reír a todas.

Estábamos en mi patio trasero, mientras esperábamos a que la pizza que ordenamos llegara. Ellas habían pensado que lo mejor sería distraerme por un rato para despejar un poco mi mente, pero a mí se me hacía difícil no pensar en esa situación.

Más que todo, me preocupaba por el bienestar de Camila. Quería saber si estaba bien, si estaba comiendo, si tenía un abrigo lo suficientemente grueso para estar cálida o si tenía un lugar cómodo para dormir. Todo lo que quería era una señal de Camila, pero parecía que no iba a obtener ninguna pronto.

— ¿Qué pasó con Sophie?— Preguntó curiosa Ally. Hasta ahora, no había hablado con ninguna de las chicas sobre el tema.

Todo lo que ellas sabían es que Dinah se había enojado conmigo y por lealtad, tanto Normani como Ally debían dejar de hablar con Sophie. Pero no sabían la razón o como se había formado esa especie de 'triángulo'.

— La última fiesta a la que fuimos, ¿recuerdan? Estuve un rato con Sophie... hablamos, tomamos y bailamos. No sé cómo, pero lo último que recuerdo es que nos besamos en un baño y cuando me di cuenta salí huyendo. El día de la campaña de mi papá ella estaba ahí y ella se acercó hasta donde yo estaba. Me insinuó que habíamos tenido sexo y que yo la había obligado.

— ¡Esa perra!— Exclamó Ally, levantándose de su asiento hecha una furia.

— Pero Lauren también tiene la culpa— murmuró Dinah entre dientes. Sabía que por mucho que dijese que estábamos bien, ella seguía enojada conmigo.

— Eso no lo voy a negar— reflexionó Normani—. Pero mientras Lauren se haya dado cuenta de su error no veo nada malo. Claro, no es como que te estoy alentando a que vayas y te beses con cualquiera, después te des cuenta de lo que hiciste y vengas a arrepentirte... Entiendo que este volviéndose loca porque, ¿no lo estamos todos? Desde que Camila desapareció nuestras vidas cambiaron, y no para bien. Siento que hay un vacío, un lugar que nadie más puede ocupar, y si así me siento yo, no quiero imaginar cómo debe sentirse Lauren.

— Entonces, ¿no están enojadas?

— Supongo que la palabra sería decepcionadas, pero te conozco y sé que fue un error que no va a repetirse— me tranquilizó Normani.

Luego de eso, nuestra pizza llegó y comimos entre una conversación agradable. Improvisamos un postre con lo que encontramos en mi cocina, y terminamos haciendo un intento de crepes. Las chicas se quedaron un rato hasta que todas comenzamos a bostezar y nos dimos cuenta de lo tarde que era.

Aunque estaba cansada, se me hacía imposible conciliar el sueño. Miles de pensamientos inundaban mi mente y me atormentaban. Desde un 'tal vez el cuerpo de Camila está en una morgue mientras tu estas acostada aquí' hasta un '¿Qué pasa si Camila huyó porque nunca estuvo enamorada de ti realmente?'.

Me cansé de dar vueltas en mi cama, así que me levanté y caminé hasta la ventana. La noche estaba fría, por la nieve que cubría a toda la ciudad, pero con una manta gruesa sería suficiente como para no congelarme en cinco minutos. Me senté en el marco de la ventana, con las piernas colgado. Por alguna extraña razón, no sentía miedo de caer y morir. Y si lo hacía, ¿qué diferencia habría con la persona que era en ese momento?

No quería pensar en lo miserable que mi vida se había convertido, ni en lo mal que la estaba pasando sin Camila ahí. Por eso traté de concentrarme en los buenos momentos, porque sin importar que, esos siempre los tendría.

Recordé cada momento que había pasado con Camila. Cuando nos conocimos y tuve que soportar su mirada penetrante en la mesa, cuando se irritaba con solo verme, cuando fuimos con las chicas a acampar y estuvo retándome todo el fin de semana, la pijamada en la que las chicas nos obligaron a meternos al closet y casi nos besamos, cuando pasamos año nuevo juntas y tuvimos nuestro primer beso, las peleas luego de aquel día porque yo estaba muy asustada para admitir que Camila Cabello me gustaba, el beso en la casa de Dinah que cambió todo, nuestra primera cita, nuestras lecciones de conducir que al principio terminaban en peleas y con el tiempo en guerras de cosquillas o sesiones de besos en el auto, nuestra primera vez y mi nariz rota... Y luego miré a mi mano izquierda en donde tenía el anillo de compromiso que tenía escrito por dentro gone.

"La palabra 'gone' significa ausente y no importa si estoy lejos, o estoy cerca; no importa si estamos a cinco centímetros o a cinco mil millas de distancia... Puedo estar lejos pero siempre voy a estar a tu lado", me había dicho cuando le pregunté porque había escogido aquella palabra, que pensaba no tenía ningún significado. Pero desde aquel día lo tuvo para mí.

Luego miré el trozo de lana roja, que habíamos reemplazado unos días después por un tipo de hilo más resistente. Aquello contaba más para mí que un anillo de miles de dólares, porque representaba nuestro compromiso real.

Recordaba como Camila podía pasar horas acariciando mi muñeca simplemente porque le gustaba sentir el trozo de lana, o como le gustaba tomar mi mano y sentir el anillo. La sonrisa que se extendía por su rostro cuando se daba cuenta de que yo era suya y no pensaba irme a ningún lado era simplemente hermosa.

Al bajarme de la ventana tomé una decisión: tenía que dejar ir a Camila. Tenía que esperar a que ella quisiera volver. Tenía que dejar que fuese libre.

N/A

El final está bastante cerca y quisiera hacerles una pregunta:

¿Que les gustaría ver antes de que la historia termine?

gone; camrenWhere stories live. Discover now