Capítulo 19

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CAMILA
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Un nuevo año estaba por llegar, y lo recibiría en Aspen con mi familia y la de Lauren, así como lo habíamos estado haciendo desde hacía ya casi tres años.

Tanto Lauren como yo ya nos habíamos aburrido en aquella fiesta llena de gente mayor que con el paso de las horas se volvía más ruidosa y molesta. Estábamos debajo del muérdago, el mismo en donde nos besamos por primera vez y en donde recibíamos año nuevo desde aquel día.

— Este es nuestro muérdago— le dije, sonriendo.

— ¿Crees que se den cuenta si nos lo llevamos a casa?

—¿Para qué quieres tú un muérdago en casa? — Pregunté confundida.

— Para llevarlo siempre conmigo y poder besarte cuando quiera— respondió, guiñando su ojo.

— Para eso no necesitas un muérdago. — Me acerqué a ella y la besé, mordiendo su labio inferior y disfrutando el sabor tan adictivo que la caracterizaba.

Al separarnos las dos sonreímos, sabiendo que estábamos pensando en lo mismo. Subimos a mi habitación de manera rápida y ansiosa, evitando llamar la atención y suspiramos aliviadas cuando logramos entrar sin que nadie se diese cuenta de nuestra ausencia. Sin perder mucho tiempo, comenzamos a besarnos, de una forma diferente a la de unos dos minutos atrás, esta vez lo hacíamos con deseo y lujuria de por medio.

Los besos en los labios dejaron de ser suficientes y es por eso que Lauren bajó con pequeños besos desde mi mandíbula hasta mi cuello, en donde se concentró en besar, morder y succionar. Se separó de mí, y me miró dudosa antes de continuar.

— ¿Puedo? — Preguntó, señalando mi vestido. No le respondí verbalmente, sino que me di la vuelta para que ella pudiese bajar el cierre y deshacerse de aquella prenda.

Se veía nerviosa y movía las manos de manera torpe por mi espalda, tocando con delicadeza para encontrar el cierre. Tomé sus manos entre las mías y le di un beso a cada una, mientras ella me miraba fijamente.

— ¿Estás bien? — Ella asintió—. Sé que las dos estamos nerviosas pero solo tenemos que dejarnos llevar, ¿sí?

Lauren cabeceó, y volvió a su tarea de encontrar el cierre, como veía que se tardaba mucho, yo misma lo bajé y dejé que ella hiciera lo demás. Pasó sus manos por mi espalda, de arriba a abajo y luego por mis hombros para bajar el vestido. La ayudé a quitármelo por completo y me quedé parada frente a ella solo con mi ropa interior inferior, ya que no tenía sostén por el diseño del vestido. Lauren no despegaba la mirada de mi cuerpo, y su mirada acosadora me hizo sonrojarme.

— Eres hermosa— balbuceó, pasando su dedo índice por mis hombros y bajando hasta mis clavículas en donde acarició con cuidado, y luego posó su mano en mi pecho, apretándolo suavemente.

Se separó de manera abrupta, haciendo que me sobresaltara y la mirara asustada. ¿No le gustaba lo que veía? ¿No quería hacerlo? ¿Íbamos muy rápido? Pero todas mis dudas se esfumaron en cuanto ella se dio la vuelta y movió su pelo hacía un lado para permitirme bajar el cierre de su vestido.

Mis movimientos eran igual de torpes que los de ella, pero en pocos segundos ambos vestidos estaban tirados en el suelo y las dos mirábamos fijamente el cuerpo de la otra. Yo estaba maravillada por como un ser humano podía poseer tanta belleza.

— Déjame quitarte esto— murmuré, refiriéndome a su sujetador. Me acerqué a ella y la besé, buscando tranquilizarla, y mientras lo hacía desabroché aquella prenda y la tiré a quien sabe dónde.

Lauren me guió hasta la cama y me tumbó sobre ella gentilmente, besándome en los labios, en el cuello, en los senos y bajando hasta mi abdomen. Luego subió de vuelta a mis labios y logró voltearnos hasta que yo estuve arriba y pude hacer lo mismo que ella había hecho antes.

gone; camrenWhere stories live. Discover now