Capítulo 15

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CAMILA
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Lauren se había disculpado por lo que había dicho en la cafetería hacía unos días, pero lo había hecho a su modo, pues Lauren Jauregui no se disculpaba con nadie. A menos no de rodillas y rogando, como a mí me hubiese gustado. Simplemente me dijo "a veces no soy capaz de medir mis palabras y llego a lastimar a las personas con ellas. Estaba teniendo un mal día y me descargué contigo, discúlpame por ofenderte".

Desde aquel día, la tensión entre nosotras era más notable que nunca, porque era el tipo de tensión que hay entre dos personas que están enojadas, pero a la vez se quieren comer a besos. Algo que no era normal. A mí no me gustaba Lauren y aquel día que nos besamos fue solo para pasar el rato, porque estábamos aburridas, nada más.

Me gustan los chicos, pensé. Pero mi subconsciente me hizo dudar por un momento, y tuve que sacudir mi cabeza para prestar atención a lo que Dinah me decía.

Estábamos en una pijamada con todas las chicas y, Ally, Normani y Lauren habían ido a comprar lo que nos faltaba para preparar galletas— que en realidad las iba a hacer Ally mientras las demás mirábamos y comíamos.

Últimamente, nuestro grupo se había 'dividido' y era rara la vez en la que estábamos las cinco en el mismo sitio durante mucho tiempo, ya que las chicas habían notado la tensión entre Lauren y yo, y decidieron evitar mantenernos por mucho tiempo en presencia de la otra. Es por eso que había días en los que alguna de las chicas se iba aparte con Lauren y otras se quedaban conmigo, y algunos días, estábamos todas juntas por muy incómodo que fuese.

Hoy era uno de esos días y no había salido tan mal como pensaba. Evité a Lauren durante todo el tiempo que estuvimos en el mismo lugar y me concentré en las chicas, Lauren pareció hacer lo mismo y todas pasamos un buen rato. Entre las deliciosas galletas que preparaba Ally, y las galletas quemadas y duras de Dinah quedamos satisfechas, sin ganas de cenar o comer alguna otra cosa. A eso de las tres de la mañana, cuando no aguantábamos más, nos preparamos para dormir.

Mientras las chicas arreglaban las camas, fui al baño a lavarme los dientes y la cara. Caminé hasta la cama de Dinah a ciegas, y supuse que ella estaría ahí porque nunca compartía su cama. Dormía con ella porque era la única con sueño pesado, que dormía en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia, así que no se despertaba ni se molestaba cuando yo pasaba mis piernas por encima de las suyas y la abrazaba como a un koala, es más, le gustaba.

Fue por eso que apenas me metí a la cama comencé a moverme hasta encontrar a un cuerpo, me abracé a ella y la pegué a mí hasta que estuve cómoda. Se sentía más pequeña de lo que recordaba y olía diferente, pero tal vez era mi mente jugando conmigo.

— ¿Qué haces? — Susurró Lauren con la voz ronca en mi pelo. Me separé de golpe del susto, a la última persona que esperaba encontrar en esa cama era a Lauren.

— Lo siento, lo siento, pensé que eras Dinah— me disculpé, moviéndome hasta el otro lado de la cama.

— Me despertaste— se quejó, quitándose el cobertor o eso parecía, ya que no podía ver nada.

— Acabo de decir que lo siento.

— Ahora vas a tener que contarme un cuento para dormir— murmuró con burla.

— Mm, no sé ninguno— respondí, en el mismo tono ella lo estaba haciendo.

— Inventa uno, entonces— repuso, tan bajo que su voz apenas se escuchó.

— Déjame pensar. —Sentí como se acercó a mí, hasta que estábamos casi abrazadas y podía sentir su respiración en mi cuello—. Mm... Se trata de una tortuga llamada Uba que siempre se lamentaba porque todo le salía mal: era la última en terminar las tareas y llegaba tarde a todo. Un día decidió que eso iba a cambiar porque estaba harta de que sus amigos se burlaran de ella por no poder hacer nada bien, pero después dijo: ¿para qué voy a hacer el trabajo si mis amigos lo terminan haciendo de todos modos? Una hormiga se acercó y le dijo: no es la mejor idea, eso es cierto; pero lo que en verdad cuenta es hacerlo de la mejor manera que puedas, así siempre te quedara la recompensa de haberlo hecho. No todos los trabajos...— Lauren comenzó a moverse, hasta que se puso a horcajadas encima de mí.

gone; camrenWhere stories live. Discover now