→ 16. Emma |Parte dos|

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Me tomé el tiempo de hacer un capítulo largo, espero que lo disfruten, comenten y voten harto. ¡Saludos!


***Narra Bella***

Me quedé con Damon hasta que mamá llamó para pasar por mí, le dije que no se preocupara, que podía ir en camioneta.

Damon, para variar intentaba hacer y decir cualquier cosa para que no fuera, pero prometí que almorzaría con mi madre.

—No vayas... —su voz tierna me mataba. —Quédate conmigo... regaloneando —su mirada sencilla cambió a una pícara.

—Lo prometí, Damon... Mañana sin falta te presentaré a mi madre, si así lo deseas —quedó dudoso.

—Bien. Haré que me ame —besó mis labios. Le sonreí.

—Te llamaré, cuando me logre desocupar —mis manos rodearon su cuello, y me tuve que poner de puntas para besarlo. Él inmediatamente tomó mi cintura y correspondió el apasionado beso.

Nos separamos para poder tomar aire, le dediqué una tierna sonrisa, tomé mi abrigo y me fui.

Me subí a la camioneta con tormenta aún, llovía torrencialmente, por lo que conduje con precaución hasta el restaurant donde nos reuniremos con mi madre. Tomé el celular de la guantera y marqué.

—¿Llegaron? —pregunté por la otra línea.

—Sí, hija —se oía música clásica de ambiente. —Te estamos esperando.

—Estoy en camino, no tardo.

Colgué y dejé el celular en el asiento del copiloto. Me concentré en seguir conduciendo mientras las gotas golpeaban la camioneta y en especial el vidrio delantero.

Aún me pregunto si Damon me ocultará algo... cuando le pregunté acerca de Emma se puso tenso y comenzó a sudar, él no es así.

—¡Maldición! —exclamé. Una silueta se interpuso entre la carretera y mi camioneta. Toqué la bocina varias veces, pero no se movía.

Molesta bajé y golpeé la puerta, acomodé mi abrigo porque aún llovía. No me importó nada en ese momento, sin mencionar que quedé toda empapada.

—¿Qué haces en medio de la nada? —me acerqué enfrentándolo/a.

Aquella persona sonreía irónico. Me acerqué más y divisé que era un hombre con patilla dorada en su mentón y pelo semi-largo. Estaba vestido de negro completamente, incluyendo sus zapatos.

—Tú eres la que se interpone en mi camino... Emma —

—¿Emma? —¿me dijo Emma? Pero qué... ¡ah! Este debe ser de quien todos hablan, Niklaus. Le debía seguir el juego para saber lo que realmente deseaba.

—Niklaus... —traté de sonar segura.

Lo miré fijamente a los ojos mientras se acercó en un abrir y cerrar de ojos. Se puso enfrente de mí oliendo mi perfume como un animal, sentí su respiración agitada e instintivamente cerré los ojos para contemplar mejor.

—Hueles peculiarmente igual que siempre —rozó su nariz en mi cuello. Y por alguna razón no sentía miedo.

Volvió a mirarme directo a los ojos, tomó un mechón que tapaba mi vista y lo corrió para atrás tan suave que, hasta creí que no era el híbrido del cual todos hablaban.

Inmortal; Bella&Damon [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now