→ #16; Surgere.

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Ethan había accedido a ayudar a Isabella sin protestar, más aun, sabiendo que Julian está al asecho por querer hacerle algo que posiblemente no sea nada bueno.

—¿Por qué no despierta? —. Preguntó Caroline sumida en sus miedos más profundos, pero a la vez confiada en que Stefan iba a despertar.

—Les dije—. Habló Damon con voz tosca y cortante. Estaba con sus facciones rígidas mientras se cruzada de brazos. —No debíamos confiar en él—. Repitió con hostilidad.

Ethan se limitó a rodar los ojos sin ser observado por el ojiazul.

—Damon... no es el momento—. Señaló Bella preocupada por el bienestar de su amigo.

Desde que Ethan apareció, el castaño no demostraba ninguna mejoría. Aun se encontraba en un sueño profundo al que no se le veía que respondería.

Como bien les dijo el rubio; esto podría tardar horas. Y mientras no tengan esperanza, no resultará. Stefan se encontraba bajo un fuerte hechizo, que lo hacía debatirse entre su conciencia y la realidad.

Para poder realizarlo, tuvieron que haber necesitado de mucha magia, pues no es un hechizo fácil de realizar.

—Creo saber quién fue—. Dijo Caroline de repente. Se posicionó frente de la salida, pero su mejor amiga fue más rápida y la logró detener antes de cometer alguna tontería.

—No lo hagas—. Le suplicó en un susurro. —No quiero tener que perderte a ti también—. Bella se notaba más preocupada de costumbre, y eso inquietaba a Damon.

A pesar de la ayuda que Ethan les estaba brindando, aún su 'tema' no había quedado cerrado al cien por ciento.

Aún quedaban asperezas por limar entre ellos dos; su ciclo no estaba sellado.

En cuanto Ethan miró a Isabella, ésta bajó la mirada incómoda. Le era realmente extraño tener a Damon y al rubio juntos, no lo quería.

Aunque cuando estuvo con él, fue porque había olvidado el hecho de que Damon existió alguna vez en su vida.

—Ahora solo deben esperar a que mi magia haga efecto en él—. Finalizó Ethan, tomando postura para retirarse de lo que parecía una guarida.

Bella respiró profundo, y antes que el chico saliera le dijo: —Gracias—. En su semblante tono de voz.

Ethan asintió levemente y le dedicó una sonrisa para salir rápidamente de ahí.

(...)

Los cálidos días en Mystic Falls eran cada vez peor.

Los herejes se habían adueñado de todo lo que pudieran ver, eso incluye a la ciudad.

El pueblo se paralizó con su llegada, y su estadía allí no era favorable para nadie, por lo que Matt se aseguró que más personas no salieran lastimadas, evacuándolos a cualquier parte, menos allí. Con ayuda de sus amigos pudieron lograr que no se resistieran al cambio, la hipnosis lo podía todo.

—Es el último—. Dijo con desdén, Caroline. La rubia se mostraba más distante desde que Stefan se encontraba sin abrir un ojo, y ya habían pasado tres largos días desde entonces.

Estaban empezando a creer que lo de Ethan era solo una pantalla, y que jamás había tenido la intención de ayudar a su amigo.

Mientras tanto, Bonnie se encontraba cuidando el cuerpo de Stefan para que nada ni nadie pudiera hacerle algo, su magia se había restaurado.

Su guarida parecía más una biblioteca con tanto grimorio que la bruja obtenía. Cada libro de magia se encontraba allí, bajo su cuidado.

La morena se encontraba sumida bajo las letras en latín de sus libros, pero a medida que escuchaba ruidos extraños provenir de donde se encontraba Stefan, se acercó. —¡¿Quién está ahí?! —. Se limitó a preguntar preparada con su magia para defenderse de lo que fuera.

Apuró el paso a medida que sus piernas temblaban, pero tomó valentía de donde no había y continuó con el paso.

Al acercarse miró a todos lados esperando que ese algo la atacara primero, pero nada había pasado.

Fue entonces cuando dirigió la vista a su amigo, y éste se empezaba a mover bruscamente aun tendido en aquella cama. —¡Stefan! —. Gritó su nombre, a ver si con eso se despertaba.

Todo era en vano, sus hechizos, su magia. Nada hacía que Stefan despertaba del sueño con sus demonios. —Stefan, por favor—. Suplicaba a medida que ponía ambas manos sobre el pecho del castaño.

Suspiró profundo, tragando así saliva y empezó a recitar palabras en latín respecto a eso. — ¡Ad vitam! —. Visto en que su primer esfuerzo fue en vano, lo intentó una vez más. —¡Ad Vitam! —. Terminó por decir cuando una fuerte electricidad recorrió su cuerpo.

Una energía demasiado fuerte que la alejó repentinamente de Stefan, mientras que una extraña luz se apoderaba de su cuerpo.

Con la poca visibilidad gracias al estallido de luz, Bonnie intentó visibilizar al frente, y lo único que alcanzó a oír fue un suspiro ahogado.

La respiración entre cortada y agitada de Stefan era una señal de que él había despertado.

Como pudo la bruja se impulsó con una de sus manos y corrió a donde se encontraba su amigo medio sentado, intentando diferenciar el sueño con la realidad.

Todo era confuso para Stefan.

Cuando de un momento a otro se encontraba lanzándose al precipicio para alcanzar a Isabella y ver si con ello la podía salvar. Pero en cuanto logró tomar la mano de la ojimarrón, una luz se hizo presente, dejándolo encandilado y no poder seguir viéndola directamente. —Estás aquí—. Intentaba reflejarle Bonnie que era ella, pues él parecía estar muy asustado y confundido. —Estás bien, respira—. Lo contuvo con su mano para que no se pusiera de pie de inmediato, eso podría ser demasiado peligroso.

Satisfecha, la morena sonrió para sus adentros, intentando que su amigo calmara la respiración y se tranquilizada en vista de lo que había vivido en dos días.

Cuando el castaño se disponía hablar, la cueva parecía sonar bruscamente, dejando en la entrada a Caroline, Matt, Isabella y Damon. Éste último muy agitado le informó a Bonnie: —Edward se ha ido...—. Susurró agotado.

Habían corrido lo más rápido que pudieron con su velocidad vampírica al enterarse, más bien, al verlo frente a ellos como si nada. Stefan y Niklaus se habían equivocado al dejarlo vivo y a la deriva, Emma había vuelto con planes de venganza.

Coincidentemente todo ocurrió cuando Ethan los ayudaba con el supuesto hechizo que traería de vuelta a su hermano, todo era una maldita y asquerosa coincidencia.

Lo que dejaba en duda si él había sido solo una distracción para pillarlos vulnerables y aprovechar la posibilidad de ayudar en ese rescate inoportuno.

—¿C-ómo? No, no. Jack...—. Como un flashback se le vino a la mente. —¿Cómo está?—. Preguntó instantáneamente la morena. Su novio había quedado a cargo de la vigilancia del vampiro. Día tras día se había dignado a cuidar su 'sepultura', para que nadie lo pudiera liberar, además se encontraba bien protegido con un hechizo Bennett. Lo que les hace pensar y reafirmar su teoría; Ethan los había ayudado.

—Nora...—. Replicó Damon, sabiendo exactamente lo que pensaba. Si Ethan había sido capaz de ayudar, ella también lo pudo haber hecho por despecho. —Ya vuelvo. Tengo asuntos que resolver—. Anunció sin expresión, saliendo a paso firme y dispuesto a todo. 

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Inmortal; Bella&Damon [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora