Inmortal; Bella&Damon [EN EDICIÓN]

→ 19. ¿Confused?

Sé que les da vergüenza a much@s de ustedes escribir comentarios o ese tipo de cosas. Pero quiero agradecer el tiempo que se dan por leer, votar y dejarme mensajitos por inbox, mis fantasmitas. !Muchas gracias! no duden, cualquier sugerencia o duda, puede decirme. !besitos!

...

***Narra Bella***

En aquella misma noche, Elijah golpeó la puerta de mi habitación con normalidad, lanzando rápidamente una carta por debajo de la puerta.

Me asomé interesada en saber de quién se trataba, sin embargo, solo oí su voz susurrar.

—léela —me pidió.

Con curiosidad cogí la carta, observándola detalladamente. Tragué saliva pesadamente y me acerqué a la orilla de la cama para sentarme con las piernas cruzadas.

Tomé una bocanada grande aire y empecé a leer en voz baja.

"Bella,

sé que esperabas que la carta la escribiera otra persona, pero insistí en hacerlo yo mismo. Debes estar imaginando quien soy, y sí, tienes razón.

He cometido muchos errores en este último tiempo, y siempre salen heridas las personas que más amo, tú y Stefan..., pero me aburrí de eso. Quiero hacer las cosas bien por una vez en mi vida.

Elijah encontró la forma de quitar la compulsión que Niklaus utilizó contigo. Una de las brujas que puede realizar eso está en camino. Luego de que lo haga, iremos a sacarte de ahí, lo prometo.

No te preocupes. Serás libre y podrás elegir lo que quieras hacer, aún si eso significa que no quieras estar conmigo.

Nos vemos pronto, Damon".

Inexplicablemente ninguna sonrisa se formó en mi rostro. Sabía que era una buena noticia saber que mis amigos ya tenían planes para sacarme de este encierro. Eso me pone feliz, claro que sí, saber que volveré a ver la luz del día sin estar entre estos metros cuadrados con los originales, pero por otro lado... no sé si quiero dejar solo a Niklaus. Ha sufrido mucho durante este tiempo, no solo por Emma, sino que por otras personas, también.

En verdad pienso que incluso, puedo llegar hasta sentir empatía por él, no es tan fácil de explicar lo que mi mente y corazón siente en este momento, pero lo único que sé, es que no quiero hacerle daño como me lo han hecho a mí.

—Emma —esa voz tan particular interrumpe mis pensamientos. Al instante se siente que tocan la puerta. —¿Puedo entrar? —pregunta el rubio respetando mi espacio.

Con temor apreté la carta, me puse de pie rápidamente observando a mi alrededor para esconder la carta sin hacer el más mínimo ruido posible, no quería levantar sospechas ni que Niklaus leyera los planes de los chicos, así que la escondí bajo de mi almohada.

Respiré profundamente y me adelanté a tomar la manilla y girar de ella. Forcé una sonrisa.

—¿Qué hacías? —su semblante era serio. Sabía que algo ocultaba, por lo que entró buscando ese "algo" con la mirada.

—Nada... —respondí con nerviosismo. Aquel vampiro me intimidaba. —Solo estaba acostada, pensando... ya sabes... —asintió con una sonrisa ladina.

Al principio dudó un poco sobre lo que decía, pero con el paso de los segundos confió en mí.

Su mirada hacía que me pusiera más nerviosa de lo que ya estaba, sabía cómo intimidarme.

Sin esperar se acercó hasta mi posición a paso decidido, rozó su pecho con el mío. Me quedé intacta, esperando su siguiente acción mientras escuchaba latir aceleradamente su corazón, al igual que el mío.

Su respiración se volvía más agitada con cada segundo, eso hacía que retrocediera unos pasos recobrando la cordura, pero él volvía a acercarse.

Sin esperar aquello, cruzó ambos brazos sobre mi cintura y me miró fijamente a los ojos. Sus pupilas se dilataron, iba a usar la compulsión una vez más, sin embargo, su boca se comenzó a mover y lo tuve que oír obligatoriamente.

—Dejarás que tus sentimientos sean los que decidan... —no sabía a qué se refería, aun así, no podía decir nada—, no me mentirás más, Isabella —mi nombre lo pronunció con su acento particular.

Había terminado de utilizar la compulsión, pero mi cuerpo no reaccionada. Él lo sabía todo.

Parpadeé un par de veces y solté voz por fin.

—¿Lo sabías?, ¿cómo?... —no quité la vista de su rostro.

—¿Cómo sé que no eres Emma? —sonrió torcidamente. —Simple. Emma no se resistiría por ningún momento. Desde la primera noche hubiese sido mía. En cambio, tú... eres diferente. Eres una chica inteligente, valiente y por sobre todo, hermosa, y eso es lo que más me gusta de ti.

—¿Eso es un alago? —alcé mis cejas con hipocresía. —¡No lo creo! —me burlé de él sabiendo que eso no era cierto. —Niklaus Mikaelson, tratando bien a una chica. Es para memorizar.

—No eres cualquier chica, Isabella —reiteró una vez más, a medida que caminaba a mi alrededor, haciendo que lo siguiera solo con la mirada. —Te has robado cada espacio y desolada parte de este corazón oscuro —señaló su pecho dramatizando. —Has hecho que mi vida vuelta a tener sentido, pero si tu decisión es partir y no volver a verme jamás lo entenderé —hizo una breve pausa. —Tan rápido como hayamos acabado todo esto, me iré y no regresaré nunca. Nunca tendrás que volver a saber de mí y cubrir nuestra conexión con enemistad y repulsión. Nunca tendrás por qué detestar las partes oscuras sobre ti, que se preocupan por mí a pesar de todo lo que hice. Me iré y tú serás libre.

¿Qué era lo que me estaba sucediendo? Por alguna razón no me sentía tan feliz como pensaba en un principio al saber que tenía la opción de irme ahora mismo. No era capaz de salir corriendo ahora mismo cuando me estaban motivando a huir, ser libre y volver a retomar mi vida sin más sufrimiento, pero no podía... algo en mí decía que no lo hiciera porque aún había un asunto pendiente, aún no era el momento.

—Niklaus... yo... —me interrumpió un estruendo en el primer piso.

—¡No te muevas de aquí! —me señaló con el dedo mientras apretaba la mandíbula.

¿Cuándo he obedecido? Nunca, pues sin importar lo que me pasara, bajé con mi velocidad y presencié la escena que se llevaba a cabo.

Esto estaba empeorando y me hacía sentir más confundida aún. 

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