"Como conocí al idiota"[Editando]

3- "No me intimidas"

Después de 15 minutos, tengo el presentimiento de que Rayan se a quedado dormido, no pensaba dormir con éste aquí, a saber lo que podría pasar...

Me levanto para ir al lavabo y aprovecho para mirar si está durmiendo, abro la puerta de la habitación para salir pero me detiene.

—¿Dónde vas? —me pregunta.

—¿Por qué te importa tanto dónde voy? —le pregunto secamente, zafándome de su agarre.

No me contesta.

Salgo de la habitación con las llaves, y voy al lavabo.

El lavabo es comunitario pero, no está muy lejos de mi habitación, cuando salgo de este me dirijo a la habitación.

Abro la puerta y Rayan, se encuentra tumbado en la cama de mi compañera mirando el techo.

—¿Te piensas quedar a dormir?— le pregunto.

—Puede...—murmura sin apartar la vista del techo.

—¿Tú no tienes casa o, habitación aquí? —le pregunto, encuriosida, comienzo a perder la paciencia.

—Puede... —responde secamente, sin apartar la mirada del techo.

Comienzo a perder la paciencia.

—Ya...pues aquí no vas a dormir... —sale de mi boca involuntariamente, aunque lo estaba pensando.

—¿Perdón? —en ese momento me maldigo por ser tan directa.

Se levanta de la cama y se acerca a la mía, con su mirada intimidante encima mío, me estremezco y aparto la mirada mientras él se sienta en mi cama.

—No vas a dormir aquí —aclaro por segunda vez con bastante miedo, pero segura de mis palabras.

—Pues yo creo que sí —dice, con voz intimidante.

—No me intimidas —respondo secamente, en el fondo me intimida mucho, para ser exactos muchísimo pero intento que no lo parezca.

—Todos sabemos que sí... — murmura acercándose más.

En ese momento ya no sabía que hacer... Las piernas me flaquean libremente.

—¿Me tienes miedo?— pregunta sin apartar su rostro cerca del mío, me levanto de la cama y me dirijo a la puerta.

—No... —digo seca.

—¿Segura? —me pregunta cogiéndome de la muñeca con suavidad, sus dedos rozan mi piel y se me acelera el pulso y me pongo de lo más nerviosa, me da la vuelta para que lo mire.

Cada vez está más cerca y su aliento roza mis labios, el olor a menta se apodera de mi nariz, y de mis sentidos.

Reculo lo más despacio, hasta que choco contra la pared, y nuestros labios se rozan...

El pomo de la puerta se mueve y rápidamente me aparto de Rayan. Dándole un leve empujón.

¿Pero este que se ha creído? No lo conozco de nada, aún que sus ojos son tan familiares...

Nadia entra por la puerta con Damian al lado.

Rayan de lo más estupefacto por mi reacción disimula buscando un libro en la estantería donde hace un momento casi me ¿besa?

Estoy muy confundida y no se que acaba de pasar aún tengo el pulso a cien...

—Eii... —saluda Nadia amistosamente, mientras se desploma en la cama.

Miro a Rayan y por lo que se ve no saluda.

—Hola ¿Qué tal la fiesta? — pregunto, intentando disimular mi vergüenza.