43- Perderemos al chico...

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Narra Kayla:

No podía ser...

Intento abrir la puerta de la camioneta. Pero mi puerta tiene seguro.

—Joder... Como se abre la mierda esta...—digo en voz alta como si alguien me fuese a responder.

Miro fijamente la puerta del conductor. Debe estar abierta. Es la del conductor. Paso por encima de las cuatro sillas a cuatro patas hasta llegar a la del conductor. Escucho como están contando hacia atrás para tirar la puerta abajo.

—Tres...dos... —los interumpo.

—¡Parar! ¡No tireis la puerta! —grito. Estos se giran todos a la vez. El jefe levanta una ceja y me mira enfadado.

—¿Pero niña quieres dejarnos trabajar? —pregunta el jefe con enfado.

—¡¡Noo!! ¡¡Veo a Rayan!! Y me a dicho que no abramos la puerta, no tengo ni idea de porque pero no creo que sea algo bueno. —les informo con los nervios a flor de piel. Esta se me eriza.

—¿Lo dices enserio? —pregunta el jefe. ¿Se cree que soy tonta?

¿Pero que mierda..?

No, si te parece lo digo en broma.

—Claro que no, venid. Necesitamos escalar y entrar por esa pequeña ventana. —les digo acompañándolos hasta la furgoneta para que lo vean desde el punto de vista que yo lo habia visto.

—Está bien —dice el jefe—haber necesito al más bajo y pequeño de todos. Debe caber por esa ventana. —dice. En ese momento comienzo a ojear uno por uno, todos los trabajadores tienen los mismos cuerpos igual de anchos. Igual que el jefe o más.

Uno de todos ellos da un paso adelante es algo más pequeño que los demás pero no demasiado. No había ni notado la diferencia.

—Tenemos un problema jefe. Ninguno de nosotros cabe por esa ventana. —dice el que parece ser el coordinador.

—Eso no puede ser, debe haber alguien...—dice pensativo frotándose la barbilla.

Levanto la mirada hacia la ventana en la que Rayan esta y veo como cierra los ojos poco a poco.

—Señor se esta desmayando. Hay que hacer algo rápido. —le digo a punto de que me de algo a mi también. No me gustaba nada ver a Rayan así. Nunca lo había visto tan débil.

—Nico. ¿Donde esté Nico? pregunta el jefe —él es el más pequeño ¿no? —pregunta.

—Si, pero esta en la oficina. —dice el coordinador—Y si lo llamamos tardará mucho en venir. —el agente le informa al jefe, este se asquea y da vueltas intentando pensar en una idea mejor

Me imagino a mi escalado por el techo para llegar a la ventana que se encuentra como a veinte metros del suelo.

—Subiré yo. —les digo. Se que dirán que no, pero no es difícil conseguir que hagan lo que quieres.

—¿Que? ¡No! No estas enseñada, te puedes caer y no queremos más desgracias. —dice el jefe. Y vuelve a bajar la vista al suelo.

—Ponme los arneses ya... No hay más tiempo. Si no nos damos prisa morirá, no se lo ve muy bien, por mi que tiene una herida y se está desangrando. —lo deduzco por la palidez y la manera en como se le cae la cabeza hacia atrás.

—No puedes subir tu. No estás preparada. —dice cabezón. Estoy por matar al jefe estampandolo contra la furgoneta. Pero mi yo agresivo se relaja.

—Jefe si no hacemos algo ahora perderemos al chico —dice el coordinador.

Me dan ganas de gritar gracias en alto pero me callo. Y miro fijamente al jefe.

"Como conocí al idiota"[Editando]Where stories live. Discover now