16- Demasiadas risas

920 72 10
                                    


—¿Brook qué haces aquí? —pregunto estupefacta.

Brook nervioso se rasca la nuca.

Rayan, tiene los puños apretados igual que su mandíbula.

Debe estar de lo más agotado de apretarlas todo el rato.

—Yo...em...me iba, debo irme... —nervioso, coge las riendas de su mochila y nos esquiva.

Iba a rendirme pero después pensé en porque estuvo en el médico, y seguí resistiéndome.

-—Porqué estuviste en el médico cuando me desmayé? —voy al grano al ver que va con mucha prisa.

Me mira fijamente.

—Kayla, debo irme, mi padre a tenido un accidente de coche y es grave... —dice con los ojos llorosos— lo siento... —murmura apenado, me besa la mejilla y se va. Me deja tan parada que ni me entero de que ya a salido de allí.

—Kayla ¿Te encuentras bien? —dice Rayan, como si hubiese pasado un huracán por su voz.

Supongo que no le habrá gustado el tierno beso que me a dado en la mejilla, pero yo no he tenido que ver eso ya que estaba de espaldas a él.

—Si solo que, necesito respirar un poco aire... —consigo decir.

Asiente.

—Vale, pues vamos algún lado a cenar... —propone.

Asiento, los dos subimos las escaleras hacia arriba, falta poco para llegar al centro de Barcelona así que caminamos hasta llegar a Plaza España.

—Que bonito es todo esto... —quedo alucinada, por cada centímetro de Barcelona.

—La verdad es que lo mejor son las... —comienza a decir Rayan.

—¡Oooh mira eso! —exclamo interrumpiendo a Rayan, ríe y corro hacia esas preciosas fuentes.

En la fuente plantados, estoy de lo más alucinada, las fuente son preciosas, salen distintos colores desde el núcleo de la fuente y es de lo más bonito que he visto nunca.

Nos sentamos en el borde de la fuente, Rayan saca su iPhone y nos hacemos una foto.

La miramos, a Rayan se le marcan los hoyuelos y está precioso. Me río al ver mi cara de tonta en la foto este ríe conmigo.

Respiro hondo y miro hacia atrás, la fuente es preciosa, al mirar las luces veo que hay monedas bajo la fuente.

Cojo mi bolso y saco el monedero pequeño que llevo siempre, Rayan me mira extrañado y saco dos pequeñas monedas de diez céntimos.

—¿Un deseo? —pregunto ofreciéndole una moneda.

Hace una mueca.

—Esto es muy cursi... —se queja.

Bufo.

—Haber, esto es una excepción —aseguro, aun sosteniendo la moneda.

—Venga vaale... —se resiste.

Respiramos hondo y cerramos los ojos.

—1... —murmura

—2... —murmuro

—3... —susurramos.

Lanzamos la moneda.

Nos levantamos de donde estábamos sentados.

—Si quieres vamos a cenar a Bogota. —propone.

—¿Se supone que tengo que saber que es? —pregunto.

"Como conocí al idiota"[Editando]Where stories live. Discover now