18- Intimidades...

700 67 21
                                    

Rayan:

Kayla se encontraba tumbada en la cama descansando.

Yo estaba sentado en el sillón de la habitación del hotel mirándola atentamente. Esperando algún gesto, por su parte.

Mi móvil comienza a sonar, desganado miro la pantalla.

Joder, ya van cinco veces que Nadia llama.

—¿Que quieres? —pregunto malhumorado.

Nadia resopla.

—¿Por fin me lo coges, se puede saber donde estáis tu y Kayla? —pregunta exasperada, con su voz de pito.

Me aparto el móvil un poco de mi oreja.

—¡Ralajate! ¡No te importa donde estemos! —grito.

¿Y a ella que mas él da?

Al ver a Kayla, salgo de la habitación para no despertarla.

—¡Si, si que me importa, Kayla es mi amiga! —exclama.

Me revuelvo el pelo.

—¡Me parece muy bien pero ahora esta durmiendo! —le grito a través de la línea.

Nadia se rinde.

—Vale está bien, pero no voy a taparla más...el profesor pregunta por ella. —dice y cuelga.

Dejo el móvil de mala manera en la mesa y voy a la pequeña cocina de la sala.

Abro la nevera y saco una cerveza fresca.

Me siento en el sofá de la sala y me pongo a ver la televisión.

—¡Rayan! —grita Kayla desde la habitación.

De un salto me levanto del sofá.

Me dirijo a la habitación dónde se encuentra.

Kayla está haciendo gestos extraños en sueños.

Suspiro de alivio, y me tumbo en la cama a su lado.

De repente Kayla se gira hacia mí en sueños y me abraza.

Esta mujer...

Le doy unas cuantas palmaditas en la espalda y se relaja.

Sin ni siquiera darme cuenta acabo yo también dormido.

Me despierto tranquilamente y pensando en ducharme, miro hacia la cama pero Kayla no está.

La busco con la mirada y la encuentro en el balcón de la habitación. Con una toalla envuelta a su cuerpo y el pelo húmedo.

Me dirijo dónde se encuentra y me pongo a su lado.

Esta mirando a algún sitio que no consigo averiguar.

—Rayan —murmura Kayla aun mirando a la nada.

La miro.

El móvil me comienza a sonar.

Entro en la casa y cojo el móvil, pone el nombre Damian en la pantalla, arrastro el dedo.

—Que —contesto con voz ronca.

—¿Pero qué te pasa tío? —pregunta.

—¿Que me pasa? —resoplo.

—Llevas sin aparecer, dos días ¿Y me preguntas qué pasa? —pregunta con desesperación— Rayan tío estás muy raro, ya hace tiempo no vienes con nosotros a las fiestas desde que estas con esa puritana —se queja.

Aprieto la mandíbula.

—No es una puritana —digo con los dientes serrados.

—¿No? Pues es lo que le decías tú y muchas cosas más... —me comienza a cabrear.

"Como conocí al idiota"[Editando]Where stories live. Discover now