22- La hora de la verdad

565 53 8
                                    


Entramos en la habitación y todo esta como lo deje.

Cierro la puerta detrás de mí.

Está nervioso, se le nota, se frota las manos con nerviosismo y no sabe si sentarse en mi cama o en la de Nadia.

Se acaba decidiéndose por la de Nadia, y me alegro, quiero mantener las distancias.

Me siento en mi cama y espero a que comience a hablar.

—Primero de todo, es que si te soy sincero no entiendo ni yo lo que me pasa así que mejor prefiero pasar al tema chicas. No me gusta contarte esto porque a nadie se lo he contado de hecho no le presto la menor importancia. —comienza, observo sus labios como se mueven lentamente mientras habla.

Asiento y veo bien que pase de ese tema porque yo tampoco me acabo de comprender lo que siento y lo que dejo de sentir.

—He tenido bastantes marrones con las chicas, no he sido buen chaval, una de las peores fue una que se llamaba Eden esa chica me recuerda a ti porque era igual de buena que tu. No quería meterse en líos y era más bien una «buena niña» de la universidad —el pelo le tapa los ojos azules así que se lo aparta rápidamente con los dedos, dejando su frente al descubierto— la destroce por completo, le arruine la vida, la desvirgue mientras se lo enseñaba a mis amigos. La deje embarazada y... —se tapa la cara con las manos avergonzado—la deje en ridículo delante de toda la universidad... —suspira, como si se hubiese quitado un peso de encima—no supe mas de ella, tampoco me importaba, era un rompe corazones que solo utilizaba a las chicas, y... Enserio, cuando llegaste entendí que no lo estaba haciendo bien, y que soy un completo idiota por tratarte así, no te lo mereces.—confiesa mirándome fijamente.

Estoy completamente paralizada, pobre Eden aquella chica tuvo que haberlas pasado duras y tengo unas ganas terribles de abofetearlo hasta matarlo.

¿Como puede haber llegado a ser tan, cabrón?

Pero una pregunta rondaba por mi cabeza.

—¿Cuánto hace de aquello? —pregunto manteniendo la calma.

Resopla y se toca el puente de la nariz con nerviosismo.

—Hará un año y medio... —confiesa. Eso es muy poco eso no es nada, hace nada en este mismo sitio hizo sufrir a una pobre chica inocente.

Rayan me mira intentando descifrar lo que pienso de él, y lo que pienso sobre esta situación tan...extremadamente fuerte.

Tiene sus manos entrelazadas.

—¿Como has podido llegar a ser tan...cruel? —pregunto, las lágrimas estaban a punto de salir por mis ojos pero aguanto y me las trago. No tengo que mostrar este tipo de tristeza delante de él.

Y sin exagerar me doy cuenta de que estoy siendo como esa chica, no se porque me lo cuenta pero lo veo tan mal que desearía no haberlo sabido. Desearía no saber nada de esto, pero lo se, y es un auténtico asco.

Me tumbo en mi cama y le doy la espalda. Aun no me a contestado a esa pregunta tan obvia, y tampoco quiero que lo haga.

—Kayla, por favor...escuchame —murmura.

No se porque me ha tenido que contar nada porque ahora mi cabeza está hecha un lío y no sabe cómo reaccionar.

Pero consigo decir algo con coherencia y que necesito decir con urgencia.

—¿Estás haciendo lo mismo conmigo? —murmuro aun de espaldas a él.

Noto su mano en mi cintura, su toque me manda electricidad por toda mi espina dorsal.

"Como conocí al idiota"[Editando]Where stories live. Discover now