"Como conocí al idiota"[Editando]

14- "Tiene la manstruacion"

Miro hacia los dos lados de la cafetería.

Tierra cómeme, ahora tengo que confesar delante de... todos...

Me tapo la cara intentando analizar la frase correcta.

—Pues que Kayla tiene la menstruación y no va a poder ir contigo de compras, porque si no manchará... —se adelanta Rayan rápidamente.

Lo miro y lo fulmino con la mirada, apostaría a que estoy más roja que un tomate así que me tapo la cara con las dos manos. ¿Porque Rayan, porque?

—¿Enserio, esa era la cosa tan seria que no me podías decir por el móvil? —pregunta un poco cabreada.

Pero como...

—Em yo... —Rayan me pone su mano en mi pierna, me tenso y me pongo aun más roja —Sí, es por eso. —contesto demasiado segura, al tener la mano de Rayan en mi pierna.

Lo miro y aparta la mano. Nadia, hace un gesto con la mano de desesperación y sale de la cafetería. Sin nisiquiera despedirse. Sin ni siquiera darme cuenta soy el centro de atención de media cafetería.

Tierra comeme...vuelvo a pensar.

Falta como una hora para que las clases comiencen y quiero que acaben.

A punto de explotar salgo de allí, más rápido que canta un gallo.

Corro a mi habitación y intento meter la llave en el contacto de la habitación pero de los nervios no entra.

—¿Necesitas ayuda, preciosa? —susurra Rayan a mi oído. Me coje la mano suavemente y me ayuda a meter la llave sin que me tiemble la mano.

Abrimos la puerta y me abraza, por detrás me da media vuelta y quedamos cara a cara.

Su aliento me roza los labios, el aliento a menta mata mis sentidos. Lo miro a los ojos fijamente, son los ojos más bonitos que he visto nunca y me encantan, nuestros labios se rozan y Rayan camina hacia atrás hasta que choca con la cama, caemos y me pongo al lado suyo, no se ni como, ni porque pero nos entra un ataque de risa a los dos.

—¿No podrías haber dicho otra cosa? —pregunto aun un poco avergonzada.

—1)Porque es verdad 2)Fue lo primero que se me paso por la cabeza 3)Me gusta hacerte rabiar 4)De la otra manera no se habría ido, así que... —me explica mirando mis labios.

Me río exageradamente y volvemos a mirarnos cara a cara y se acerca poco a poco a mis labios, hasta que me planta un beso cálido, su lengua explora dentro de mi boca.

Se gira y se pone encima mio, gimo.

¿Que haces con tu vida, Kayla?

Recuerdo la voz de mi madre.

—Rayan —murmuro un poco avergonzada, mientras nuestros labios se separan por falta de respiración.

Me mira, y recapacito.

Rayan se encuentra encima mio pero, personalmente no deja caer su peso en mi cuerpo gracias a sus largos y musculosos brazos que aguantan su gran cuerpo.

Me mira directamente a los ojos, esperando una respuesta por parte mía.

Le cojo del torso y lo tumbo a un lado de la cama.

—Rayan, admito que me gustas, porque me gustas y más si me acabo de enterar de que eres el Rayan de mi infancia pero, los dos hemos cambiado y está claro que entre nosotros no puede haber nada porque...

Me pone su dedo índice en el labio haciéndome callar.

—Kayla, ya lo se... —murmura.

¿Entonces?