26. Cartas sobre la mesa

2.4K 384 58
                                    

Capítulo 26

Andrew

Estoy odiándome a mí mismo por no haber tratado de conocer a Liss antes. Ella es alucinante.

Siempre la consideré una chica que no se preocupaba por otra cosa que no fuera ella misma.

En la cena familiar del domingo, esta vez no nos quedamos con los adultos como siempre, en cambio, pusimos como excusa la tarea y nos escabullimos del chismorreo de las madres para refugiarnos en la azotea.

Las estrellas estaban más brillantes que nunca, una brisa suave nos rodeaba y el canto de los grillos sonaba armonioso de fondo.

Las cosas habían tomado rumbos muy diferentes desde que Amelia llegó a mi vida, todas para mejorar.

Hice amigos, ¡por primera vez en mi vida!, ella se convirtió en mi mejor amiga y me empujó a que conociera más a Liss. Y, bueno, esa es la mejor parte.

Aún no estoy muy seguro de que siento por ella. Quiero decir, la quiero, mucho, pero no estoy seguro de querer arriesgar todo lo que hay en juego. No es sólo mi vida, es la de ella, la de mis padres, la de los suyos.

¿Está bien arruinar una amistad de tantos años solo porque un romance adolescente no salió bien?

—¿En qué piensas? —La voz adormilada de la chica me saca de mis pensamientos de golpe. No queriendo meditar mucho mi respuesta, digo lo primero que se me viene a la mente.

—No sé cómo contestar —le digo sinceramente. No creo que exista una manera correcta de decir lo que siento.

No es como si pudiera decir, "¡oye Liss, ¿Recuerdas cuánto te evitaba e ignoraba, porque no me gustaba estar cerca de ti? Pues buenas noticias, ahora me gustas, ¿Quieres salir conmigo?"

Ni loco.

Ella merece muchísimo más que yo, alguien que sepa ver lo mucho que vale desde el principio y no desaproveche ni un segundo en su compañía. Yo había sido un idiota desde el primer momento y definitivamente no la merecía.

— ¿En qué pensabas tú? —No es que estuviera poniendo atención, pero nunca está de más preguntar.

—En nosotros. —Si hubiera estado comiendo algo, ahora probablemente estaría muerto. Me quedo mudo por mucho tiempo hasta que ella decide continuar con la conversación.

Toma una respiración profunda y se sienta. La imito de inmediato y a los pocos segundos, ya estamos de frente uno al otro.

—Tengo muchas dudas Drew, y miedos. Yo sé que tú nunca me vas a querer de la forma que yo te quiero, y de verdad, antes estaba bien con ello. Pero ahora que somos una especie de amigos y pasamos más tiempo juntos, bueno, digamos que ya no estoy tan bien como antes. Y oye, sé que no es tu culpa, pero... ah.

»Lo que intento decir es, que ya no quiero que sigamos siendo más amigos. No al menos hasta vuelva a acostumbrarme a que me detestes y deje de crearme rayos de esperanza donde claramente no los hay. —Si hace unos segundos me sentía como un pedazo de basura, no sé cómo sentirme en este momento. Liss muerde su labio y baja la cabeza tratando de contener las lágrimas

Yo estoy paralizado. Mis manos sudan y mi corazón bombea a mil por hora, gritando y suplicando para que haga algo al respecto. No quiero alejarme de ella, lo quiera o no, se ha vuelto una parte indispensable de mi vida.

Las posibilidades de que todo se arruine son las mismas de que todo salga de acuerdo a lo planeado.

Miles de pensamientos atacan mi mente como balas presionando para que decida de una vez y termine con la incomodidad que comienza a formarse en el aire.

Tomo fuerzas hasta de la última partícula de polvo que existe en la tierra y dejo salir las palabras que había estado sobrepasando las últimas semanas.

—Me gustas Liss. Por favor, no te alejes de mí.

Ni siquiera conozco tu nombre (Coffee Shop #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora