Capítulo 44

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Tras haberme topado con uno los hombres que se robó mi corazón, mi mente estaba en otro lado. Esta mañana en la escuela mis amigos me gritaban a cada raro,debido a que mi atención estaba en otro lado. No era mi culpa,era la de mi corazón.
El día de hoy como todos los demás días,hacía demasiado frío. Por tonta,me vestí demasiado primaveral, todos me miraban como si estuviera loca y posiblemente tenían razón. Me estaba muriendo de frio, mi vestido y mis botines no cubrían ni la mitad de mi cuerpo. No podía ir a casa a cambiarme,no estaba muy lejos pero por tonta debo aguantarme.

-Señorita Riley, que valiente.
-¿A qué se refiere profesor?
-Mírate-dijo riendo-estamos a 2 grados y tú usas vestido. Ni las que son llamas zorras traen vestido. Vienen más abrigadas que Santa,amén.
-Debería hacer frío a diario. ¿No lo cree?
-No.
-¿Por?-dudé.
-A los hombres no nos beneficia-guiño su ojo.-¿Tiene clase ahora?
-No,faltan hora y cuarto para mi próxima clase.
-Vamos,la invitó a desayunar.
-¿Ok?
-Ok o ¿Ok?-me quedé callada-Hera¿puedo llamarla así?-asentí-Se lo que hablan de mí,no es una cita ni tendremos sexo cuando terminé, al menos que usted quiera. Déjeme invitarla,es la mejor en mi clase.
-Solo con una condición-dije claramente.
-Dilo.
-Sí hay sexo,usará condón.

El profesor me sonrió negando. Caminamos rodeado la universidad, era bastante grande. En el camino me iba contando sobre la historia de la universidad. Se la sabía de de derecho al revés. Inquietante.

Él tomó la manija de la puerta y empujó. Llevó su cuerpo a ella y chocó. Bufó molesto.

-Odio que diga empuje. Volvió a tomarla y ahora la jaló. Sonrió orgulloso y entramos.
Nos sentamos en una mesa para dos. Yo ordené waffles y el un emparedado de triple queso,para tomar el pidió café al igual que yo.

-Suele traer a sus víctimas a este lugar¿cierto?-El me sonrió.-Tiene buenos gustos.
-¿Qué la hace pensar eso?
-Rumores.
-A mis víctimas no las invitó a ningún lugar,a ninguno. Si alguien lo dijo,mintió.
-Entonces ¿Cuál es su táctica?
-¿Quiere saberlo?
Asentí. Me moría por saberlo. Es de los profesores más codiciados de la universidad. Muchas y muchos hablan de él. Así que,quería saberlo. Trajeron nuestra comida. Lucía exquisita.
Tome el cuchillo y tenedor,disfruté un poco de mi comida. El profesor también lo hizo.

-¿Me lo dirá?
-¿Qué gano yo?-mordió su emparedado. Lo miré a los ojos. -Es broma.Suspire aliviada.- Solo dime¿Por qué quieres saberlo?
-No hay día que no escuche "El profesor Catalán es un Dios","Necesito que el me haga suya","Dicen que su pene es enorme y que da placer infinito". Solo por eso.-mis mejillas se sonrojaron.
-Wow. Veo porqué tanto interés.
Bebimos café al mismo tiempo.
-Y éso es poco. Hay cosas peores.
-Con eso estoy bien. Hera, me convenciste, te lo diré. Pero si te lo cuento,tengo que contártelo todo. Desde que empecé a trabajar.
-No importa-dije mirando mi reloj.
-¿No piensas ir a clases?
-¿Usted piensa trabajar?
-De eso vivo. Lo siento.

Terminamos nuestro desayuno-almuerzo. El profesor muy amablemente pagó. Regresamos a la universidad juntos,me tocaba clase con él. Al llegar el se fue por sus cosas y yo me dirigí al salón. Me senté en una de las bancas de enfrente. Mis compañeros comenzaron a llegar. Miraba la puerta,aún faltaban algunos minutos para que comenzara la clase y seguramente el profesor Catalán estaba teniendo sexo.

-¡Riley!-gritó mi mejor amigo. Se sentó a un lado de mi. Me entregó un abrigo y lo abracé.
-Gracias-besé su mano.
-¿Dónde estuviste?-preguntó serio.
-¿Hoy?¿Por?
-Sí,hoy. Escuché que él sexy Catalán y tu fueron vistos desayunando...juntos.
-Son ciertos esos rumores.
-¿Qué?-Llevó sus manos a su cabeza.-¿¡Qué?!
-¿Qué tiene?
-¿¡Cómo que qué tiene?!-gritó.
-No hemos tenido sexo, no tendré sexo con él.
-Buenos días jóvenes-dijo el profesor entrando al salón. Miré el cuello de su camisa,estaba manchado de labial. Sentí miradas en mi. Mierda,el labial era del mismo que yo traía. Llevé mi mirada a José. Me miraba como si quisiera estrangularme. Maldición.

Para mi buena suerte,es una clase de dos horas. Apenas había pasado una y mi cuerpo sangraba de tantas miradas.

-Señorita Riley¿puede venir?

Me levanté de mi lugar,José tomó mi mano,deteniéndose. "Tranquilo",le dije con mis labios. El me soltó y camine hacia el escritorio del profesor.

-Veo que en este efímero tiempo, ya debe de haber miles de rumores sobre nosotros. ¿O me equivoco?
-Está en lo cierto.
-¿Estás bien?-se levantó y se sentó en su escritorio,poniéndose a lado mío.
-Sí,estoy bien.
-Las chicas se ponen celosas, deben creer que mi pene enorme ya te dio un buen placer infinito.

Reímos.

-Supongo.
-No es tu culpa. Si alguien te molesta no dudes en decírmelo. Yo me encargo.
-Gracias por preocuparse.

El asintió y me sonrió. Me voltee para regresar, alcé mi mirada. Todos me miraban,excepto José. Regresé con el profesor.
-¿Puedo preguntarle algo?
-Perdón por no quitarme la camisa. Olvidé traer otra,no creí que hoy tendría sexo. También me di cuenta que todos te miran, no les tomes importancia.-me tomó del hombro-No es mi culpa que Mane se haya pintado los labios del mismo tono que tú.¿Respondí tu pregunta?

3 años,6 meses y 5 días.Where stories live. Discover now