Capítulo 67

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El castigo que le aplique a Elisabeth le dolía tanto a ella como a mi. Elisabeth parecía que le habían quitado el alma. Solo comía y hacía del baño. No usaba tecnología ni ningún otra distractor,y éso que sólo habían pasado cuatro días. Lo bueno de todo esto es que convive con su hermanito. Elisabeth se comporto como toda una hermana mayor. Me ayudaba a cambiarlo de pañal,a bañarlo y a preparar sus papillas. Todos estos días nos tomamos fotos, muchas fotos. Todas se las quedó Eli y las pegó en la pared de su habitación.

Como todos los días,o bueno de lunes a viernes, me encontraba en el restaurante, cocinando o atendiendo. Mientras preparaba unos ricos baguettes,Amalia me llamó. No contesté las primeras diez llamadas,pero a las onceava lo hice. Amalia me dijo que mi pequeño Leandro estaba internado en el hospital,por motivos de salud.
Corriendo llegué al hospital,el doctor me dijo que Leandro estaba muy mal,que si no lo hubiese llevado Amalia al hospital, posiblemente estaría muerto.

La razón era que le faltaban muchas vitaminas,no estaba bien alimentado. En pocas palabras está mal atendido.

-Ésto es tu culpa-me dijo Amalia-si no trabajarás todo el día,esto no estaría pasando.
-¿Disculpa?
-Lo que escuchaste.
-No es mi culpa. Cuando yo me levanto lo cambio y le doy de comer y cuándo regresó,algunas veces solo lo cambio por qué se supone que su madre, la cual no trabaja y se la pasa en la casa, lo cuida.
-Es muy agotador.
-No me hagas reír. Yo soy el que limpió la casa y el qué da el dinero para sobrevivir. Tu no haces nada.
-Hago de comer...
-No sabes ni cual es la cuchara-la interrumpí-sé perfectamente qué la comida que "preparas" es comprada.
-No es verdad.
-Amalia,¡Sólo tienes que darle de comer y cambiarlo!¡Sólo eso!
-Lo hago.
-¿Entonces porqué está aquí?
-No lo sé-bajó su mirada.
-Sí le pasa algo a mi hijo,juró que...
-¡Luke!-alcé mi mirada. Sus brazos me rodearon y besó mi mejilla.-¿Cómo está Leandro?
-Está grave,estoy muy preocupado Hera.
-Esperó que se recupere, esta muy pequeño.

Llevé a Hera a la sala de espera y nos sentamos. Amalia nos siguió y se sentó a un lado mío. No me importó su presencia y comencé a platicar con Hera.
El tiempo se pasaba volando. Nadie venía a darnos información. Las uñas me sangraban de la preocupación, mis labios estaban hinchados. Necesitaba a mi hijo en mis brazos. Hera trataba de tranquilizarme y por primera vez no lo logró.

-¿Padres de Leandro Hemmings?-preguntó un Doctor.

Amalia y yo nos levantamos.

-¿Qué pasa doctor?-preguntó Amalia.
-¿Cómo está mi bebé?-le pregunté.

El doctor nos miró. Su mirada lo decía todo.

-Lo siento, su hijo falleció.

3 años,6 meses y 5 días.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt