Capítulo 63

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Al amanecer,me gusta salir a caminar. Los días que no puedo dormir,ya sea por estrés o por otra cosa,doy largas caminatas hasta el amanecer.
La madrugada de hoy, era una de esas. Le envié un mensaje a Hera, la vería en el Garden island.
Ella aceptó, cuando creí que jamás lo haría.
Llegué ahí, listo y guapo para ella. Miré mi reloj, cuatro con siete minutos marcaba.
Quería hablar a solas con Hera. Hablamos en su casa y en la de mis padres,pero ahora quería hablar en un lugar diferente.

Me senté en la banca que se se encontraba bajo un árbol. Miré el cielo, aún estaba oscuro, faltaban algunos cuantos minutos para el amanecer.

-Buenos días Luke-su voz hizo que mi piel se pusiera chinita.
-Buen día Riley-amo llamarla por su apellido.

Hera se sentó a mi lado.

-¿Este es tu nuevo escape?
-Asi es¿Es mejor que lo otros?
-Me gustaba más el de subir hasta el borde de los árboles..¿Por qué lo dejaste?
-Lo dejé porque me caí y me quedé traumado.

Hera rió y su mirada bajó hasta mis cicatrices. Llevó su mano hasta ellas y las acarició.

-Me alegra mucho que ya no te de pena mostrarlas.
-Me costó mucho trabajo, pero lo superé.
-Hasta éso y a tus mujeres no les importa.
-¿A qué te refieres?
-Olvídalo.
-¿Cómo está tu abuelo?
-¿Aún no recuerdas? Wow. El murió hace poco,murió de la mejor manera posible. En sus él me preguntó por ti,le agradabas.
-Lo siento mucho.
-Esta bien. No me dolió tanto como creía.
-Tú abuelo también me agradaba. Una vez me dijo que me quería como tú esposo.
-No seas chismoso-se rió.
-Hablo en serio. El me amaba y me enseñó cosas de hombres,como aprendí rápido me dijo:"Tú debes ser el esposo de mi Hera."
-Él nunca dijo eso.
-No me creas.
-No lo haré.
-¿Y tu padre?
-Habló con él una vez a la semana. Está bien,él junto a su esposa e hijos son felices.
-También son tu familia.
-Mi familia solo es Hades,solo él.
-Hablando de Hades¿lo has visto?
-¡Callate!-me lanzó una hoja de árbol-tú lo ves más que yo.

Me reí y también le lancé una hoja.

-No es mi culpa que vivas en Francia.
-Hablando de éso... -bajo su mirada y se quedó callada.

Mi corazón latió más rápido. Si estaba por decir lo que creo que va a decir,explotare.

-¿Hablando de éso...
-Regresaré a Sydney.

De la emoción, caí al piso. Mi cabeza se golpeó con el concreto, gemi de dolor y me levanté.

-¿Hablas en serio?-pregunté emocionado.
-Sí,tranquilo. -Me tomó de los brazos.-Debería llevarte al hospital, tu cabeza está sangrando.

Llevé mis manos a mi cabeza, está estaba húmeda debido a que la sangre no paraba de salir.

-Estaré bien-dije. Su rostro estaba pálido,¡Hera estaba preocupada por mi!-Hera,estoy bien.
-Prefiero llevarte al hospital. Me preocupa tu salud.

No me hice del rogar y dejé que Hera me llevará a un hospital. Como ninguno traía su auto,Hera me llevó a casa. Al llegar buscó el botiquín de primeros auxilios y me curó. Lo hizo con facilidad. Al terminar, ella se iba a ir a su casa,porque "era tarde",pero eran las seis de la mañana.

-Quédate a dormir, es peligroso.
-Luke-me miró con una sonrisa-estábamos afuera hace unas horas y no nos pasó nada.
-¿Cómo que nada?Me caí.
-Pero porque estas bien menso.

Los dos reímos. El llanto de Leandro se escuchó, Hera se ofreció y acepte.

Subimos juntos a su habitación. Hera lo tranquilizó, Leandro la miraba,sus ojitos brillaban. Ella le cambio el pañal y cuando terminó se sentó en el sillón que quedaba a un lado de la cama para poder arrullarlo y dormirlo. Me acerqué a ellos y me senté en los pies de Hera.
De pronto,un olor a muerto salió.

-Luke, que asco.
-Yo no fui,fue Leandro.
-No le heches la culpa a Leandro, él no tiene la culpa de que se papá sea tan asqueroso.
-Te lo juro,yo no fui.
-Tan mentiroso como siempre.

Giré los ojos. No le estaba mintiendo. Unos minutos después me levanté y miré a mis bebés,digo a Hera y a Leandro. Ya estaban dormidos,se veían perfectos. Les tomé una foto y después llevé a Leandro a su cuna. Cargué a Hera y la llevé hasta la habitación de Elisabeth. Le quité sus botines,su chamarra y pantalón para que durmiera más cómoda. Cuándo le quité su pantalón, miré sus calzoncillos, eran de mi rostro. No supe qué hacer, eran geniales.
Fui a mi habitación, abrí la puerta y me quité todo,solo quedé en calzones. Me recoste y tape. Miré a Amalia, babeaba y roncaba espantoso, le di la espalda y con la cabeza vendada y con una sonrisa llena de felicidad me quedé dormido.

3 años,6 meses y 5 días.Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora