Capítulo 54

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Mañana tendré en mis manos a mi segunda hija o a mi segundo hijo. No lo sé. Jamás quisimos saber su sexo,sería una sorpresa. Pintamos su cuarto color amarillo,ya que este es un color mixto.
Después de cenar ,llevé todo lo que necesitaríamos mañana al auto. Al terminar, le di una mirada rápida,parecía que íbamos a irnos de viaje.
Entré a la casa y tomé mi el libro de Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez. Me senté en uno de los sillones y volví a leerlo. Esta era como la millonésima vez que lo leía. Amaba este libro.
Santiago Nasar me recordaba a mi y Ángela Vicario me recordaba a Hera.

Las palabras marcadas del grande Gabriel me llevaban al alma.

"...ustedes los jóvenes no entienden los motivos del corazón. "

"Ángela Vicario descubrió entonces que el odio y el amor son pasiones recíprocas."

"Se asustó,porque sabía que él la estaba viendo tan disminuida como ella lo estaba viendo a él, y no creía que tuviera dentro tanto amor como ella para soportarlo."

"La honra es el amor."

Estas eran algunas de las tantas que me encantaban.

-La próxima vez que te vea con ese libro, lo quemare frente a tus ojos.-Me dijo Hooder enfurecido.
-Puedo comprar otro.
-Lo quemaré.
-Los libros son infinitos.-le dije sonriendo.
-Y el fuego renovable.

Cerré el libro y lo puse a un lado de mi.

-¿Qué quieres Hooder?
-Deberías descansar, mañana será un largo día.
-No tengo sueño.
-Son las 2 y media de la mañana. A las 6 tendrás que irte, su cita es a las 6:20.
-No tengo sueño.
-¿Tomaste mucho café?
-Amelia me lo prohibió,desde hace años que no tomo.
-¿Entonces?
-No lo sé.
-¿Estás emocionado?
-Si-dije sin emoción alguna.
-¡Hey!-se sentó a mi lado-¿Qué tienes?
-Nada,en serio.
-Lucas,dímelo. Estamos entre hermanos.
-No me pasa nada-lo miré a los ojos.
-Vete a dormir entonces.

Hooder se levantó y me cargo. Me llevó hasta mi habitación y como si fuera un niño pequeño me quito la ropa y me recostó en la cama.

-Buenas noches papi-dije riendo.
-Descansa bebé-besó mi frente y salió de la habitación.

Cerré mis ojos y a los pocos minutos la alarma sonó. No sé si había dormido o no,era de esas veces en las que no sabes si dormiste o solo cerraste tus ojos.
Me levanté y me duche rápidamente. Me vestí, lavé mis dientes y desayune algo. Amelia hizo lo mismo que yo,solo que más lento.

Hooder ya estaba afuera esperándonos para llevarnos al hospital.

-Te esperó en el auto-me dijo Amelia.

Asentí. Ya estaba listo,pero no encontraba mi libro. Maldita sea, supongo que Hooder si lo quemó.

-Papá-escuche.

Me giré y miré a mi hija con los ojos rojos. Me acerque hacia ella y la abracé.

-¿Qué pasa Eli?
-No quiero que te vayas.
-Debo irme,tu hermanito va a nacer.
-Yo no quiero un hermano.
-Ya hablamos de ésto. Debes aceptar a tu nueva familia.
-Mi única familia eres tu.
-Elisabeth...
-Quiero que seamos solo tu y yo,como en los viejos tiempos.

Miré mi reloj, ya debía irme pero no quería dejar a Eli.

-Cariño,no hagas esto más difícil.
-Luke¿Qué esperas?-me giré. Amelia fue quien me preguntó. Su cara mostraba enojo y desesperación.
-Dame dos minutos.-Amelia aceptó y se fue.
-¿Me prefieres a mi o a tu nueva familia?

Me quedé callado.

-¿Ellos o yo?
-Hera Elisabeth Hemmings,tu pregunta es...
-¿Ellos o yo?-me interrumpió.-Lucas Robert Hemmings, contesta.

Con todo el dolor de mi corazón,miré a mi hija con la mirada llena de tristeza. Besé su frente y me fui caminando directo al auto.

-¿Todo bien Lu?-me preguntó Amelia.

Sonreí como modo de respuesta. Hooder encendió el auto y condujo rápidamente al hospital.

3 años,6 meses y 5 días.Where stories live. Discover now