v e i n t i u n o

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—¡YangMi! —WooKyung grita desde el otro lado del pasillo.

—¡WooKyung! —grito de la misma forma acercándome a ella.

Cuando estamos lo suficientemente cerca ella elimina la distancia entre nosotras colgándose de mi cuello mientras empieza a soltar lamentos.

—Tengo sueño. —alarga escondiendo un puchero en el hueco de mi cuello.

—Pero que raro. —exclamo con ironía provocando que ella suelte una pequeña risa.

No tardo en unirme a ella pues esta es la plática que tenemos todas las mañanas al cambio de clases.

—Oye YangMi.

—Oigo.

—¿Si vas a ir este sábado al cine?

El tiempo se había pasado volando, ya era febrero y estábamos a nada del catorce, lo que significaba que el cumpleaños de WooKyung también se acercaba. Que flojera cumplir años el mismo día del amor y la amistad.

—Sí, ya te dije mil veces que mi mamá ya me dio permiso, ¿pero que película vamos a ver?

—No lo se. —se rie— Pero, ¿juntaste el dinero que te dije?

—Sí. ¿Ya me vas a decir para qué es?

—Un collar de mejores amigas.

—¿En serio? —me carcajeo.

—¡Sí! ¿De qué te ries?

—De nada. —le sonrío lo más inocente que puedo.

El sábado cuando WooKyung pasa por mi y entro a la camioneta me encuentro con que todas están ahí adentro. Y cuando digo todas, realmente es todas, además de los primos y el hermano de WooKyung; DaeHyun.

—Bien, y... ¿Dónde me siento? —murmuro incómoda por la presencia de la familia de mi amiga.

—Puedes sentarte en las piernas de DaeHyun. —propone KaSoo.

Siento el calor subir a mi rostro y miro a mi alrededor evitando la mirada de todos.

—¡¿Qué?! —grita KaSoo cuando Matsuri, su novia, la golpea fuertemente en la pierna.

DaeHyun y yo habíamos mantenido un pequeño romance de infancia cuando ambos teníamos apenas ocho años. Como cualquier típico amor infantil, los dos éramos lo suficientemente penosos como para incluso entablar una pequeña conversación sin tener nuestros rostros rojos de vergüenza. Apenas sabía algo de él y viceversa pero ambos solíamos jurar que nos amábamos o al menos así fue hasta los doce cuando nos dimos cuenta de lo ridículos que éramos, decidimos terminar nuestra "relación" y si siendo pareja dificilmente nos dirigíamos la palabra, mucho menos lo hicimos después de terminar.

Sin embargo, el encontrármelo por los pasillos de la preparatoria o incluso cuando visitaba la casa de WooKyung no dejaba de ser incómodo. Pues dejando de lado lo absurdo de nuestro amor de niños fue que él ha sido el único chico con el cual he vivido cierta clase de romance, mi primer abrazo, mi primer roce de manos e incluso mi primer beso le pertenecían a él.

—¿Y entonces? —la voz de WooKyung me vuelve a la realidad.

—YangMi puede sentarse en mis piernas. —propone Matsuri.

—No, no ¿cómo crees? —la madre de WooKyung interviene— Que YangMinie se siente en el regazo de Dae, para eso se supone que están los hombres; para ser caballerosos con las mujeres. —sentí el calor apoderarse de mis mejillas.

—Sí, claro. Vamos YangMi, ¡que DaeHyun sirva para algo al menos una vez en su vida!

Todos en el auto comenzaron a exclamar oraciones parecidas a la de WooKyung en contra de DaeHyun e igualmente no pararon de presionarme hasta que por fin me senté en el regazo de él.

La Primera Vez. [En Edición]Where stories live. Discover now