cuarenta

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SIN EDITAR

Corte la llamada con una gran sonrisa en mi rostro y un rubor apoderándose de mis mejillas.

-¿Era tu novio? -quise creer que lo decía en un tono celoso. Por lo que me hice la sorda, y volví a preguntar.

-¿Que?

-Nada. -aclaró su garganta.- ¿Qué hora es?

Le eché un vistazo a mi teléfono.

-Las 5:34.

-Hmm. Creo que ya es hora de irnos.

Sentí algo raro dentro de mi. Hace apenas 5 minutos me había preguntado que quería hacer.

-¿Tienes algo pendiente? -me atreví a preguntar.

-En realidad no. Pero quiero ir a ver a Minah.

-Oh.

{...}

Pateé una piedra que me encontré en el camino, o bueno traté. Termine pisándola y encajandómela en el zapato.

Suspire y cojee los 100 metros que restaban para llegar a mi casa.

Trate de abrir la puerta, cerrada.
La reja, también estaba cerrada. Di dos pasos a la izquierda y toque con el timbre nuestra clave. A los segundos, la puerta se abrio, dejando ver a DaNiel, mi hermano.

Nos miramos mutuamente, espere a que le quitara la llave a la reja para que pudiera pasar, pero él solo me enseño la lengua y entro de nuevo a la casa.

-¡DaNiel! ¡Ábreme!

-¡No quiero!

-¡Hijo de...! Toda tu reverenda madre... -termine susurrando.

Volví a cojear, para tocar él timbre innumerables veces.

-¡DaNiel! ¡UmKwon! ¡Abranme! -empece a gritar como loca.- ahh... Con que asi nos vamos a llevar... -inhale todo él aire que mis pulmones me permitieron y grite.- ¡A DaNiel le gusta Min...!

La puerta se abrió.

-Pinche chillona, no aguantas nada.

-Ay pinchi chillona, no aguantis nidi. -lo imite entrando a mi casa.

Aventé mi mochila en algún lugar de la sala y me deje caer en él sillón.

No dure mucho ahí, suspire, tome mi mochila y subí a mi habitación.

Deje mi mochila al lado de mi escritorio y me acosté de lado en mi cama.

Cerré los ojos tratando de dormir, pero recordé que tenia que mandarle un mensaje a Tae. Saque mi celular, abrí whatsapp y busque a Tae.

Ya llegue. 😊

Bloquee el teléfono y me acomode mejor en mi cama.

No se cuando ni cómo, pero me quede dormida, aunque no soñé nada.

Abrí mis ojos, todo en mi habitación se encontraba igual, a excepción de la notoria falta de luz solar. Y que ahora mis mantas me cubrían. Debió haber sido mi mama. Si ya llego del trabajo, entonces, ¿Que hora seria? ¿Las 8? Tal vez las 9. No lo sabia, ni lo quería saber. Lo único que quería era volver a dormir.

Cerré de nuevo mis ojos, me arrope bien y cambie de posición. Pero no podía dormir.

Gire incontables veces en la cama, trate varias posiciones, y él sueño me invadía, pero no podía dormir. Termine rindiéndome y mirando hacia el techo pensando en todo lo que había pasado él día de hoy.

La Primera Vez. [En Edición]Where stories live. Discover now