17

232 23 0
                                    


En cuanto mi amiga entra por la puerta de mi habitación corro a abrazarla.

- No sé que hacer - le susurro aún abrazándola.

- Pues yo no sé como has aguantado tanto tiempo sin que te guste Aiden, es decir, esta buenisimo ¿Acaso no le habías visto o qué? - dice mirándome con los ojos exageradamente abiertos. Yo como respuesta le pego en el hombro. - Vale,vale... No te preocupes que es todo tuyo.

- Mejor me callo, no sé para que te cuento nada - le digo ya enfadada.

- Ay Brooke, era una broma - dice mientras que se acerca a mí. Yo no contesto. - ¿En serio no me vas a hablar? - no contesto. - Bueno, pues me voy.

- ¡No! No... Te vayas - digo cuando esta ya en la puerta. - ¿Que hago con Aiden?

(...)

La charla que tuve ayer con Amelia me ayudo bastante. Sí, lo sé, es raro, pero ahora me siento más... ¿Segura de mí misma? Bueno da igual. La cosa es que hoy por la mañana solo pensaba en ver a Aiden. Que cursi me estoy volviendo, en serio.

Mejor cambiamos de tema. Hoy tengo examen en el conservatorio y estoy jodidamente nerviosa ¿Por qué nadie ha inventado algo para los nervios? Espera, me suena que existe algo... Bah da igual. Por lo menos en el examen solo estará mi profesora escuchándome. Normalmente hay un tribunal, pero conseguí convencer a mi profesora de que solo estuviera ella ya que tengo medio escénico y al final lo conseguí.

Estoy ya yendo hacia el conservatorio. En el colegio nada en especial... Lo único es que hoy a la salida no estaba Aiden esperándome y eso, tengo que admitir, que me ha dolido. Quería verle. Entro en la clase de piano y la señora Finnigan me sonríe.

- Suerte - me dice en cuanto me siento, a lo que yo le respondo con una sonrisa.

Empiezo a tocar nerviosa, pero poco a poco me dejo llevar, olvidándome por completo de que estoy en un exámen. Cuando termino levanto la vista hacia mi profesora y la veo escribiendo en un cuaderno. Ya están de vuelta los nervios, odio cuando escribe en el cuaderno, me pone muy nerviosa no saber lo que escribe sobre mí.

- ¿Que tal lo he hecho? - pregunto temerosa.

- Ya sabes que no puedo decir nada.

- No puedes decir nada como profesora, pero ¿Como amiga que piensas? - le digo inocentemente.

- Como amiga te digo que cada vez te superas más - me contesta por fin.

Ahora mismo estoy súper contenta. No sé, nunca me había dicho un comentario tan positivo. Sí que me dice cosas como que lo he hecho bien, pero siempre hay algún que otro fallo y esta vez no ha dicho ni uno. Es como... No sé como explicarlo. Solo puedo pensar en una palabra: wow.

Salgo del conservatorio para volver a casa. Estoy escuchando música con mis auriculares y pensando en lo que me ha dicho la señora Finnigan. En serio, ahora soy la chica mas feliz del mundo.

- ¿Que te pasa que estas tan contenta, princesa? - interrumpe mis pensamientos una voz que estaba deseando escuchar desde esta mañana. Sonrío sin girarme.

- ¿Princesa? En el fondo eres un romántico ¿Sabes? - digo conteniendome la risa.

- Pero te encanta que lo sea - dice seguro de sí mismo. - Bueno, te acompaño a casa.

Y sin dejarme decir nada se coloca al lado mía y echa a andar.

- ¿Me vas a contar ya por qué estas tan contenta? - pregunta mirándome.

- ¿Por qué tienes tantas ganas de saberlo?

- Porque me encanta verte sonreír así - responde ¿Y ahora que digo? - Me encanta cuando te sonrojas.

¡¿Que?! ¿Yo sonrojada? Me empiezo a tapar la cara como puedo y él se empieza a reír.

- Bueno, dime.

- Que me ha salido muy bien el examen de piano ¿Vale? Nada más - le contesto un poco borde.

- A ti no te puede salir mal un examen de piano - dice. - Debe ser que no te ves desde afuera, pero es alucinante verte tocar. En serio.

- No quiero ir a casa - digo cambiando de tema. - Estarán mis padres ¿Sabes algún sitio para que pueda ir y estar sola?

- Esta tarde la pasas conmigo, preciosa - dice cogiendome del brazo para llevarme a alguna parte. A este se le va.

Caminamos durante diez minutos y llegamos al coche. Cuando Aiden empieza a conducir pongo música y vamos cantando los veinte minutos que estamos en el coche. Al llegar nos bajamos y me lleva hacia alguna parte. Estamos literalmente en la nada.

- Y... ya estamos - dice de repente moviéndose a un lado para dejarme ver.

Estamos en un lago inmenso, rodeado de árboles y árboles. Todo es precioso y encima, no hay nadie, es sólo para nosotros, aunque sea por un rato.

- Me encanta - le digo aun asombrada.

- Solía venir aquí de pequeño con mi padre - explica mientras que se acerca cada vez mas a mí.

- ¿Y qué hacíais?

- Pues de todo, pescábamos en una barca que arreglo mi padre, hacíamos acampadas, nos bañábamos...

- Debía de ser genial.

- Lo era. Todo con mi padre era perfecto - contesta con la vista perdida por el lago. Lo único que se me ocurre ahora es acercarme y abrazarlo, y simplemente lo hago.

- Te quiero, joder - me susurra Aiden mientras que nos abrazamos.

- Y yo a ti - digo muy bajo esperando que no me oiga, lo necesitaba decir, pero desgraciadamente para mí estábamos muy cerca por lo que me ha oído.

- ¿Que? - pregunta incrédulo.

- Que... Esto... - busco una respuesta creíble.

Y sin dejarme decir nada me besa.

Vida Imperfectamente Perfecta.Место, где живут истории. Откройте их для себя